Pues prima, con todo el cariño del mundo te lo digo, pero qué tragaderas tiene tu marido... Me ha sorprendido bastante la historia, la verdad.Me enamoré por primera vez en mi vida de un compañero de estudios.
Era un amor platónico ya que él me hizo muy poco caso.
Después de mucho tiempo, unos 20 años, seguía pensando en él e incluso alguna vez soñaba con él.
Se lo conté a mi marido y decidimos ir a verle, tuvimos que coger un avión ya que vivía a muchos quilómetros de distancia.
Fue fácil encontrarle porque tenía una tienda de cara al público.
Fuimos a su tienda, mi marido se quedó en la puerta y yo entré a hablar con él.
Ni siquiera me reconoció.
Pero yo vi a un hombre normal y corriente que no me impresionó nada.
¿Y 20 años estuve pensando en él?
Que tonta fui. No hay nada como dejar que no vuele tu imaginación y enfrentarte a la realidad.
Esa fue mi experiencia. Nunca más volví a soñar con él.