La primera vez que fui a terapia marcó un antes y un después en mi vida y empecé a identificar muchos traumas. Desde ahí empecé a cambiar ciertas cosas y ahora soy consciente de lo que me provoca fijarme en cierto prototipo. Pero no lo he dejado de hacer. Y eso no quiere decir que me guste que me traten mal ni que sea una mujer sumisa, soy segura de mí misma y tengo más ovarios que h****s tienen muchos hombres. Pero siento una especie de ADICCIÓN (no me escondo!!!) a esa energía masculina y la vibra de cabroncete, del que, cuánto más le gustas, más te marea porque sabe que te tiene ahí... pero eso nunca me trajo nada bueno.
No, no, prima, no es una especie de adicción, es una adicción. Lo de que te marea, que sí que no, que un día te quiere y te da el subidón y otro pasa de ti, genera reacciones químicas en el cerebro y subconscientemente esos periodos de subidón se ven como recompensas que hacen que sigamos ahí esperando el siguiente pico.
Pero me alegra leer que ahora estás dando con buena gente con confianza en sí misma ^^