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Pues no se la edad de tu niña, pero un trozo de chocolate negro con un trocito de pan es una merienda estupenda, de toda la vida, lógicamente no se lo vas a dar todos los días, pero las propiedades del choco negro como ha explicado @Tasmania más atrás son incontestables. Hay que encontrar un término medio, un niño también necesita azúcar, el cerebro necesita azúcar, la de la fruta es suficiente, o la de la leche es cierto, pero por hacer concesiones no pasa nada, sino luego te puedes encontrar con que se atiborre en casa de la amiguita o que se intercambien meriendas en el recreo ( suele pasar) también depende de los casos, yo me he echado las manos a la cabeza de ver madres que les daban a bebés en cochecitos dulces, mi hija no probó el chocolate hasta los tres años creo, mucho peor un bollo que una onza de buen chocolate con pan.A mí me hizo gracia relativamente la segunda parte del artículo, la primera no, ninguna. Y eso que confieso que yo soy una madre talibana de la comida sana, reconozco que soy ese perfil de madre y que mi hija por ejemplo aún no ha probado el chocolate.
A mí sin embargo, bueno a mi niña la miran como bicho raro cuando salimos a comer, nunca ha tomado un menú infantil, desde siempre ha comido de nuestros platos, la misma comida cuando era muy peque, y ahora pide lo que quiere de la carta, que consigues con eso, pues educar su paladar a los nuevos sabores, todavía encontramos gente que se queda alucinada de ver a mi hija comiendo ostras o tartar o tataki de atún creo que es la única niña de su clase que le gusta el cabrales y que no sabe lo que es el ketchup o la mahonesaBueno, aquí hay que matizar que "salir a cenar" con niños no es lo mismo que que cenen en casa. Yo cuando salgo con mis hijos (que tienen 4 años), para que no molesten y se estén quietos soy capaz de darles, como ocasión especial, lo que les apetezca comer (que seguramente serán hamburguesas y patatas). Algo que en casa no comen, o comen muy de vez en cuando.
Ver a niños comiendo en un restaurante pizza o fingers de pollo no quiere decir que sólo coman eso. Con lo difícil que es salir con críos de esa edad en un sitio público, no me imagino además pretender que coman algo que no les gusta. Espero que con 10 años no sea así, se comporten un poco más y puedan comer lo mismo que comen en casa cuando salen fuera.
Al artículo le falta el final ... explicar que hace el resentido padre separado que intenta ser guay con su merienda basura la única tarde que pasa él porque lo que no dice Reverte es que la mayoría no saben que hacer con sus hijos el único día que tienen la posibilidad de ejercer como padres.
En restaurantes cuesta mucho más..Vete a Mercadona, a Lid'l, a sitios normales, hay de todo sin gluten, hasta turrón.
Eso se llama falta de comunicación. Deberían hablar más y poderse de acuerdo en relacion a la alimentacion de los hijosConozco a un par de madres divorciadas talibanas de la alimentación. El motivo es bien simple. Ya les gustaría a las señoras talibanas ser un poco más flexibles, quitarse el burka para llevar a los niños una vez a la semana a comer una hamburguesa o darles una buena merienda a base de donuts y colacao. La verdad es que no pueden porque sus hijos están de viernes por la tarde a domingo por la noche con el padre, que como es tan simpático los deja comer todo lo que quieran, caprichos dos días y medio. Así que o se compran a los hijos dándoles también caprichetes para merendar o no les queda otra que talibanear cuatro días y medio. Uno de ellos también les compra chuches para toda la semana por lo que la mala madre además se tiene que convertir en policía de aduanas.
Pues yo me he descojonao con el artículo de APR. Es que es así, como la vida misma. En el colegio de mi hijo pasa lo mismo, todos políticamente correctos hasta la nausea, dando por .ulo con los tappers de fruta pelada y los zumos naturales en envase reciclable, que le quieres comprar una bolsa de patatas fritas y eres malísima madre, y si ya le añades un colacao es que te juegas la custodia del niño.....¡por favor!!.
Yo a mi hijo le dejo comer de todo, lo importante es la variedad, y porque los viernes le compre una bolsa de palomitas si vamos al cine o un donut si vamos a merendar a alguna cafetería, no me parece que sea para enviarme a un exorcista. Mira, lo que nunca le he dado ni ha probado jamás son los refrescos de gas, ni cocacola, ni fanta, ni nada de eso, en casa no tomamos nunca porque no le gustan a nadie.
Yo me crié con panteras rosas, bollicaos y tigretones...que sólo comía los viernes, no por salud que entonces no se cuestionaba, sino porque mis padres iban justitos de dinero y caprichos los justos. Pues siento defraudar al talibanismo más recalcitrante pero mido 1.70 y peso 57 kgs. y he sido delgada toda la vida, mi colesterol es perfecto y no tengo azúcar ni trigligéridos.
Se siente.