En clave de EEUU, el otro día me topé con un artículo algo antiguo (2016) pero bastante interesante sobre la correlación política de los nombres en el país, cuales son los nombres 'más rojos' (republicanos) y cuales los más 'azules' (demócratas), comparando la popularidad de los nombres entre distintos estados (y cuales eran más comunes en los estados históricamente demócratas y cuales en estados históricamente republicanos).
La conclusión es peculiar: Mientras que en la mayoría de países, la gente de derechas suele ser más propensa a poner nombres clásicos/tradicionales a sus hijos y los progresistas tienden a ser más 'rompedores', en EEUU es al revés, los votantes demócratas son más conservadores con los nombres de sus hijos que los del GOP, y la renta pesa más que la orientación política.
Traduciendo la introducción del artículo: Si le das a tu hijo un nombre algo 'tradicional' como Maximilian o Maya, eres probablemente Demócrata, pero una elección 'novedosa' como Brylee o Braylen podría encasillarte como votante republicano. En los estados azules, los padres son más propensos a votar a los liberales, pero su gusto para los nombres de bebés es mucho más conservador.En EEUU el término 'liberal' tiene una connotación distinta a España, un 'liberal' en EEUU es lo que aquí en España se considera 'progre' y de izquierdas, cuando en España los liberales suelen estar asociados a la derecha política.
Al menos, esto es entre la población blanca, ya que las minorías étnicas que tienden más a votar demócrata (latinos, afroamericanos) suelen ir a su bola. En los estados más Republicanos (menor renta), los padres son más propensos a poner nombres que no sean del calendario cristiano, confusos en cuanto a género del portador, y con deletreo inventado (Kayleigh, Jaxton, Braylon, Gracelyn...)
Entre los Demócratas (no 'PoC'), la mayor renta y nivel socioeconómico de sus votantes que de la 'white trash' implica una menor preferencia temporal, que es un factor clave a la hora de escoger tendencias clásicas o 'novedosas', y su aversión a los nombres inventados es mayor.
Además, la 'obsesión identitaria' y la progresiva disolución de la identidad anglo-americana en el país hace que muchos demócratas blancos pero no WASP tiren por nombres del país de sus bisabuelos para 'homenajearlos' (a ellos o a su cultura). En los últimos años se han multiplicado los casos de parejas italoamericanas llamando a sus hijos Luca, Giovanni, Bianca o Chiara, o de irlandeses llamando a sus hijos Darragh o Aoife. Así, aunque se produzca una 'des-anglizicación' de los nombres propios, esto no implica que sean sustituidos por nombres 'inventados' (al contrario)
Por ilustrarlo de forma gráfica, una comparación de los nombres más populares en Washington DC (renta alta, aplastante mayoría demócrata) y en Virginia Occidental (renta baja, casi 70% de votos para Trump en 2020)
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Capacidad analítica bajo cero de los que escribieron el artículo. Lo importante ahí es la renta. Washington DC está lleno de altos funcionarios pijos, la clase de persona que llama a sus hijos Benjamin o Theodore, y que siempre votan demócrata. Virginia Occidental es uno de los estados más pobres del país, cuya economía se derrumbó cuando desapareció la minería del carbón y que votó mayoritariamente a Trump porque prometió volver a abrir las minas. Así que la diferencia en realidad es blancos ricos vs blancos pobres.