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Ayer en el gimnasio compartí vestuario con dos crías que no tendrían más de 20 años (adultas eran porque las oí hablar de sus cosas de la universidad). 20 años reales y por lo menos 15 mentales, pues estando sentada mientras me desvestía sentí sus miradas sobre mí, como en el instituto. Luego en las duchas, sorprendí a una de ellas observándome de reojo. Nada bueno, me hicieron sentir un poco incómoda porque no me gusta sentirme observada. No sé qué perra les dio conmigo, pero no veía esos comportamientos desde la época de la ESO. Menos mal que ya tengo una edad como para que me la soplen las gilipolleces de unas adolescentes, pero ayer saqué dos conclusiones: o estas chicas eran tontas perdidas y no habían superado la fase del instituto aún, o a lo mejor como aparento menos edad de la que tengo automáticamente me pusieron en su punto de mira como si algún tipo de rival fuese. Cosa que me parece poco factible porque yo les saco más de diez años y más de diez kilos de peso a cada una.
En serio, me da una mezcla de pena y rabia que las chicas jóvenes sean tan pérfidas y maliciosas, qué educación más tóxica. Estoy esperando a volver a encontrármelas hoy para quedarme mirándolas fijamente a ver qué hacen.
En serio, me da una mezcla de pena y rabia que las chicas jóvenes sean tan pérfidas y maliciosas, qué educación más tóxica. Estoy esperando a volver a encontrármelas hoy para quedarme mirándolas fijamente a ver qué hacen.