Cosas que odiabais de pequeñas y ahora os encantan (comida o lo que se os ocurra)

La Nutella… no la probé hasta los 35 años y porque mi pareja mi obligó… hasta entonces me daba grima mirarla….y en mi casa no estaba bien vista. Y ahora solo pienso que ojalá nunca la hubiera probado porque está demasiado buena…. 🥺 mejor tenerla lejos en episodios de ansiedad.
 
En mi caso odiaba las legumbres y ahora cualquier plato de cuchara es mi favorito. Tampoco podía con el dulce, fuese lo que fuese... Pero cada año que pasa me gusta más.

Odiaba estar quieta, sentarme para comer, sentarme a ver una película, estar en casa viendo las horas pasar... Ahora es mi pasatiempo favorito😅

Odiaba y no entendía el hablar de los demás, el criticar a otros. Ahora me encanta el chisme.

Odiaba las tareas del hogar (salvo cocinar) y.... las sigo odiando🤣🤣
 
El chorizo, odiaba cuando mi madre lo echaba en el cocido y caiga en mi plato aunque fuera un trocito, ahora me encanta
 
Yo odiaba los jerseys de cuello alto, mi madre me obligaba a ponérmelos y ahora tengo muchísimos para el invierno jajajaj al igual que unos pantalones kahki de pana, son muy parecidos a unos que tuve de pequeña y que detestaba con todo mi ser... Ahora mi madre me lo echa en cara jjajajaja

Por el contrario, me gustaban mucho los callos y los caracolillos de mar y ahora me da mucho repelús comerlos.
 
Buah...

De pequeña odiaba comer ¿todo? La cebolla, el pimiento, la zanahoria, la lechuga, cualquier verdura u hortaliza verde (judías, espinacas, acelgas, brocoli) cualquier pescado (salvo las varitas de merluza), cualquier carne (salvo las salchichas de frankfurt), las lentejas y guisantes, el huevo frito, todas las frutas menos la pera, la leche, el yogur (sólo me gustaba el petit suisse o danonino), los embutidos (sólo toleraba el queso). Tampoco me gustaban demasiado el arroz, la pasta, ni la pizza. No me gustaban ni los helados. Vivía a base de zumos industriales, queso, patatas fritas, pipas de girasol, muchisimo ketchup y muchisimas gominolas.

Hace años que me quité prácticamente toda la azúcar, y a día de hoy soy vegetariana, consumo todo tipo de frutas, verduras, legumbres y hortalizas, a excepción del apio y el pepino, me obsesionan los huevos, carne y pescado no consumo, como tampoco lácteos a excepción de queso muy esporádicamente. Las patatas fritas ya no me dicen nada, prefiero boniato asado o palomitas de maíz. Me encanta la mostaza, soy adicta a probar bebidas energéticas, y mucha de la bollería industrial que consumía de pequeña me genera rechazo por lo dulce e insípida que me parece, así como los polos de hielo.

Hasta los 10 o 12 años yo era la típica niña de todo rosa, películas disney, muñecas, princesas, muy asustadiza y sensible. Hoy en día soy una ¿gótica metalera emo tomboy? pasados los 30 años
 
Odiaba las lentejas, y ahora me encantan. Me da igual que estén hechas del día o reposaditas del día anterior.
La tortilla de patatas sin cebolla, ahora me pirra la jugosidad que le da la cebolla (aunque la tortilla me gusta toda).
El huevo frito me encantaba. Ahora puedo comerlo, pero tengo que engullir, si lo huelo, soy incapaz. Solo me pasa con el que está frito o a la plancha, si está cocido, puedo comerlo sin problema y lo disfruto.
La mayor parte de las verduras, las tenía que comer en puré y aún así hacía numeritos. Ahora me encantan. En especial las judías, que las odiaba con todo mi ser.
La leche me encantaba (siempre que no tuviese telilla). Ahora no puedo con ella, es olerla y se me revuelve el estómago. Lo mismo me pasa con la miel.
El hígado encebollado era de.mis comidas preferidas. Hace unos años quise rememorarlo al verlo en la carnicería porque hacía media vida que no lo había comido. Nunca más. Se lo comió mi marido.
Las latas de atún, pero creo que es porque comí tantísimas que ahora les he cogido tirria. Puedo comer alguna, pero gracia no me hacen.
No soportaba los escabeches y ahora me flipan. Mención especial a los arenques.
De comida tengo muchas... Al final el paladar se acostumbra.


Tenía la mi habitación siempre desordenada y llena de pósters por todos lados sin lógica ninguna. Ahora todo tiene su sitio y "encaja" generalmente en líneas paralelas imaginarias, si lo que me rodea está desordenado estoy incómoda.
La ropa, cuanto más ceñida y llamativa, mejor. Creo que esto fue por la edad del pavo, lo de la elegancia en mi tenía otro significado.
El olor del tabaco. Fumaba de manera ocasional, pero el olor me gustaba mucho. Ahora lo detesto. El olor de la pintura, la gasolina o el barniz me siguen encantando.
El tatuaje en la espalda justo encima del culo era mi favorito. Le estoy muy agradecida ahora a mi madre que no me diese permiso para hacerlo.
Los masajes. Pero en qué estaba pensando? Un masaje bien dado es como que un ángel te acaricie te quedas nueva.
 
Las lentejas. No podía con ellas desde pequeña y nunca las comía, siempre decía no me gustan. Hasta que un día me dió por ahí y ahora las devoro con chorizo. También le tenía especial manía y no se porque a la clara del huevo frito. La quitaba entera y solo me comía la yema hasta un día empecé a mezclarlo todo y adiós problema. Y más cosas que recuerde.....el tomate me daba asco su textura en la boca, las alcachofas

Otra cosa es el color rosa. Ni de pequeña lo quería ver delante y ahora muchos años después lo voy tolerando poco a poco ( tono rosa fuerte, fucsia)
 
Buah...

De pequeña odiaba comer ¿todo? La cebolla, el pimiento, la zanahoria, la lechuga, cualquier verdura u hortaliza verde (judías, espinacas, acelgas, brocoli) cualquier pescado (salvo las varitas de merluza), cualquier carne (salvo las salchichas de frankfurt), las lentejas y guisantes, el huevo frito, todas las frutas menos la pera, la leche, el yogur (sólo me gustaba el petit suisse o danonino), los embutidos (sólo toleraba el queso). Tampoco me gustaban demasiado el arroz, la pasta, ni la pizza. No me gustaban ni los helados. Vivía a base de zumos industriales, queso, patatas fritas, pipas de girasol, muchisimo ketchup y muchisimas gominolas.

Hace años que me quité prácticamente toda la azúcar, y a día de hoy soy vegetariana, consumo todo tipo de frutas, verduras, legumbres y hortalizas, a excepción del apio y el pepino, me obsesionan los huevos, carne y pescado no consumo, como tampoco lácteos a excepción de queso muy esporádicamente. Las patatas fritas ya no me dicen nada, prefiero boniato asado o palomitas de maíz. Me encanta la mostaza, soy adicta a probar bebidas energéticas, y mucha de la bollería industrial que consumía de pequeña me genera rechazo por lo dulce e insípida que me parece, así como los polos de hielo.

Hasta los 10 o 12 años yo era la típica niña de todo rosa, películas disney, muñecas, princesas, muy asustadiza y sensible. Hoy en día soy una ¿gótica metalera emo tomboy? pasados los 30 años
¿Y como le ponemos de nombre al premio que merece tu madre por haberte criado? Virgen santa, yo te hubiese dejado en la puerta de un orfanato xD

Odiaba las lentejas, y ahora me encantan. Me da igual que estén hechas del día o reposaditas del día anterior.
La tortilla de patatas sin cebolla, ahora me pirra la jugosidad que le da la cebolla (aunque la tortilla me gusta toda).
El huevo frito me encantaba. Ahora puedo comerlo, pero tengo que engullir, si lo huelo, soy incapaz. Solo me pasa con el que está frito o a la plancha, si está cocido, puedo comerlo sin problema y lo disfruto.
La mayor parte de las verduras, las tenía que comer en puré y aún así hacía numeritos. Ahora me encantan. En especial las judías, que las odiaba con todo mi ser.
La leche me encantaba (siempre que no tuviese telilla). Ahora no puedo con ella, es olerla y se me revuelve el estómago. Lo mismo me pasa con la miel.
Pero qué dices prima si los huevos que apestan son los cocidos que huelen a pedo.

Doy gracias al cielo que nunca o al menos eso creo me obligaron a tomarme un vaso de leche sola, me parece asquerosa si no está mezclado con algo.


Comentaros una cosa, yo hasta no estar en el colegio no me enteré de que los niños no beben café (mi hermana la mayor se enteró más tarde que yo y también alucinó) nosotras lo hemos bebido desde pequeña, hasta el punto de no recordar cuando fue la primera vez, recuerdo que echaba un montón de galletas a un vaso con café y eso comía. cuando en mi clase me dijeron eso y yo aluciné y dije que llevaba toda la vida tomando café se rieron de mi y yo no entendía nada. A ninguna de mis hermanas ni a mi nos afecta el café del típico ese de para mantenerse despierto, vamos que puedo tomarme un café a las 10 de la noche y que no me afecte para nada a la hora de dormir ¿Vosotras lo veis tan descabellado también el dar café a niños?
 

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