De tal palo tal astilla.Se viene anécdota larga.
Mi mejor amiga tiene dos hijos pequeñitos y comen muy poco, así que cuando vamos a cenar o comer juntos, a mí no me importa pagar a pachas porque para lo poco que consumen los críos sería tontería. Aparte, otras veces que he ido a cenar o comer yo sola con ellos, ni me han dejado pagar, así que tenemos ese nivel de confianza.
Hace unas semanas quedamos para ir a cenar en una hamburguesería y como tres horas antes me escribe diciendo que se les ha acoplado su cuñada con el marido y la niña, que si me importaba que vinieran porque se habían puesto muy insistentes y le dije que por supuesto que no. Llegan la cuñada y el marido con su Noa, una niña muy antipática y malcriada (de esto ya me había avisado mi amiga). Mi amiga para sus niños les pide una ración de patatas fritas y unos nuggets para compartir entre ambos porque sabe que es lo máximo que comerán, y si se quedan con hambre a tiempo estamos de pedirles algo más.
A la pequeña Noa de 4 años se le mete entre ceja y ceja que quiere una hamburguesa con patatas como los adultos. Le advierto a su madre de que las hamburguesas son enormes y alguna vez me ha costado terminarlas, que será demasiado para un niño, todo esto mientras Noa me mira como si fuera el mismísimo demonio por osar decirle a su madre que no le pida la hamburguesa. Al final se la piden, dice su madre que si no se la come ya se la comen entre ella y su marido (y yo pensando "¡Ja! Que te crees tú eso").
Pues os podéis imaginar lo que pasó, llegó la hamburguesa de Noa y solamente se comió cuatro patatas, le pegó un mordisco minúsculo a la hamburguesa y se dedicó a guarrearla. De repente, ve llegar los nuggets de los primos y ya no quiere saber de la hamburguesa, se le antojan ahora nuggets. Mi amiga se ofrece a darle del plato de sus primos pero la niña no quiere compartir, quiere su propia ración, así que los padres claudican y le piden una. Como os podéis imaginar, se comió un nugget y dejó el resto.
Para beber, Noa se ha pedido un zumo. Después de media hora sin tocar el zumo porque estaba mirando vídeos en el móvil, éste ya se ha calentado y Noa ya no lo quiere, quiere otro zumo frío. Cuando le traen otro zumo, monta un berrinche porque ella ahora quiere Fanta naranja. Sus papis le piden la Fanta sin pestañear.
Llega la hora de pagar, en la cuenta vienen varios artículos pedidos por Noa que se han quedado sin consumir: una ración de nuggets a la que les falta uno, dos zumos de melocotón enteros, una Fanta de naranja con tres sorbitos menos, una hamburguesa con patatas (como era de esperar, los padres acabaron tan llenos que fueron incapaces de comerse la comida que dejó su hija) y una bola de helado de postre del cual solo probó una cucharada y dejó en el plato. Pues no se le ocurre a la cuñada otra cosa que decir "Pagamos a partes iguales, ¿no?". Y yo salté automáticamente y dije que no, que mejor cada uno lo suyo. Por la cara que puso la cuñada, parece que no le hizo demasiada gracia. El marido de mi amiga, abochornado por la jeta de su hermana, pagó él todo con tarjeta y dijo y ya le pagaríamos nuestra parte. Mi pareja y yo le hicimos un Bizum ahí mismo en la mesa.
Le he preguntado a mi amiga si sus cuñados les han pagado su parte de la cena y me dice que qué va, y que no cuentan con ello, que ya están acostumbrados a que le echen morro a estas situaciones. Le he dicho que lo siento mucho, pero que sería la última vez que acepto comer o cenar con sus cuñados. Ya sin entrar en el tema de lo malcriadísima que tienen a la niña, me han parecido unos sinvergüenzas de la peor calaña. Permiten a su hija malgastar y desperdiciar comida y luego pretenden que los demás les paguen su parte, ¿están locos o qué? Que me puse a sacar cálculos de todo lo que había pedido la niña y no se había comido y subía a unos 27€.
Casi 30€ en comida desperdiciados, me parece de una indecencia moral que se me calienta la sangre.