Desde el norte de Galicia hacia Alicante y la idea era, cerca de Madrid, sin entrar en la ciudad, seguir hacia el Mediterráneo. Mucho me jodió porque había salido de noche (por tráfico y por el calor) y después analizando el mapa me di cuenta de que la fastidie en el desvío de Benavente.
Diría que "joder, joder, joder", pero es que a mi esto me ha pasado. Sí, ven a mis brazos, prima, no estás sola. ¿Y no te has bajado del coche a preguntar a lugareños?, yo es que igual he preguntado a lugareños, empleados de gasolineras o policías locales, pues no he rezado yo para ver a estos por la carretera (rarísimo en mi que los veo y ya me pongo taquicárdica perdía aunque lleve todo en regla) pero coña, de direcciones sabrán así que...perdone, mire, ¿podría usted ayudarme?.
Se me quedan mirando, se ríen por dentro, dirán eso de "las sacas de la cocina y la lían" pero amablemente, me ayudan, para después, continuar con mi viaje y dejarlos atrás...riéndose de mi descaradamente.
Otro día hablaré de cuando me encuentro con guardia civiles mientras voy conduciendo. Es lo más parecido al microinfarto que he sufrido en mi vida. Y a lo mejor están a su bola, ahí, trincando a otros o acechando sigilosamente...pero yo veo un verde y ya: fiesta coronaria, escalofríos...una aventura. También contaré algún día aquella vez que unos me vacilaron. Jesús bendito, soy carne de cañón para esta gente.