Yo creo que he odiado siempre el deporte por la asignatura de educación física. Para mí, era un castigo. Los que se les daba bien, genial, los torpes y poco atléticos, éramos el blanco preferido de los profesores. Lo dicho: me enseñaron a odiar la actividad física.
Yo la odiaba, de pequeña era una zángana de cuidado, pero tampoco me motivaba mucho dar vueltas al campo de fútbol y que todo estuviera enfocado al putísimo fútbol.