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Cierto, de los 4 o 5 súpers q voy, solo uno tiene cajas autopago y voy allá de cabeza....lo malo es q me pilla lejos, pero cuando voy arramplo con los productos q no ofrecen los otros...estas cajas casi siempre están vacías, y como tú dices, l@s chic@s encargados de ellas, como se aburren, suelen ayudar...Por ese motivo conmigo han conseguido que me haya hecho adicta al autopago. Voy a toda hostia, empaqueto y si hay dudas siempre hay una cajera para eso pero no te cobra, te orienta. Tardo muchísimo menos, luego dicen que se pierden los puestos de trabajo pero...se siente. Y eso de ir a comprar y que la Jenny de la cajera le esté contando su vida a la Jessy de la compañera a voces, venga chonis, ¡a currar cohone!.
En un super de mi barrio pusieron en caja a un tipo de unos 50 años y menudo caballero, educado, amable y super servicial. Daban ganas de invitarle a unas mirindas a este galán de los que ya no quedan. ¡Más hombres caballeros en caja, empresaurios del sector!.
Depende de a qué establecimiento y si voy obligada o no, me gusta o no hacer la compra. De pequeña mi madre nos asignó a cada hijo una tarea y a mi me tocó la compra porque se me daba muy bien cazar ofertas y escoger lo adecuado, cosas que mis hermanos no sabían y eso le gustaba mucho a mi madre (me lo confesaría años más tarde). Así que por hacerlo bien: ajo y agua. Odiaba ir a la compra, pero aprendí a desenvolverme para cuando me hicr mayor y curiosamente, he observado que las personas que no saben comprar y gastan mucho o compran a lo loco de pequeños no eran enviados a hacer la compra como tarea.
Como no tenga prisa disfruto mucho en un super/hipermercado. Pero de estar horas hasta pillar lo correcto (caducidad, origen, ingredientes). Eso sí si voy obligada y con prisas: lo odio. Y siempre, por decreto ley, VOY SOLA.