Como madre igual no os puedo ayudar mucho, pero hace relativamente poco que era adolescente (tengo 24 años) y no lo tuve para nada fácil.
Yo he tenido (y tengo) una relación muy tóxica con mi madre y desde los 11 años he tenido depresión y autolesiones porque sufrí acoso en el instituto, a nivel de que diariamente me empujaban por las escaleras y me esperaban en la puerta para darme una paliza. Toda esta situación sumado a que mi madre me daba pánico, lo único que me hizo fue hacerme sentir mucho más sola de lo que estaba y tener absoluto miedo a contar cualquier cosa, me encerré en mí misma, dejé de comer y sé que no fue una situación buena para nadie, por culpa de todas las partes.
Viéndolo ahora, lo que puedo "aconsejar" es que deis la mano a vuestros hijos, con calma, sin gritos ni situaciones de tensión para no provocar ansiedad ni miedo, hablad y escuchad muchísimo, por mucho que sepamos los adultos, muchas veces los niños están en situaciones que no hemos vivido y obviamente no sabemos qué ocurre en esos casos. Sinceramente, lo único que necesitaba muchas veces era que alguien me apoyase simplemente, sin hacerme sentir atosigada y un abrazo si lo pedía (por favor, no forcéis el contacto físico jamás, tenga la edad que tenga vuestro hijo).
Cada persona es un mundo, con quince años yo me puse a trabajar dando clases particulares porque sabía que jamás me iban a pagar un capricho (aunque el capricho fuese gastarme 3€ en una pizza un sábado) y me busqué la vida, porque mi personalidad en concreto es así, pero no todos lo harán del mismo modo, por eso creo que es muy importante establecer límites pero también hacer concesiones, todo hablado y con un discurso coherente por ambas partes, sin meter miedo ni amenazar.
Yo he tenido (y tengo) una relación muy tóxica con mi madre y desde los 11 años he tenido depresión y autolesiones porque sufrí acoso en el instituto, a nivel de que diariamente me empujaban por las escaleras y me esperaban en la puerta para darme una paliza. Toda esta situación sumado a que mi madre me daba pánico, lo único que me hizo fue hacerme sentir mucho más sola de lo que estaba y tener absoluto miedo a contar cualquier cosa, me encerré en mí misma, dejé de comer y sé que no fue una situación buena para nadie, por culpa de todas las partes.
Viéndolo ahora, lo que puedo "aconsejar" es que deis la mano a vuestros hijos, con calma, sin gritos ni situaciones de tensión para no provocar ansiedad ni miedo, hablad y escuchad muchísimo, por mucho que sepamos los adultos, muchas veces los niños están en situaciones que no hemos vivido y obviamente no sabemos qué ocurre en esos casos. Sinceramente, lo único que necesitaba muchas veces era que alguien me apoyase simplemente, sin hacerme sentir atosigada y un abrazo si lo pedía (por favor, no forcéis el contacto físico jamás, tenga la edad que tenga vuestro hijo).
Cada persona es un mundo, con quince años yo me puse a trabajar dando clases particulares porque sabía que jamás me iban a pagar un capricho (aunque el capricho fuese gastarme 3€ en una pizza un sábado) y me busqué la vida, porque mi personalidad en concreto es así, pero no todos lo harán del mismo modo, por eso creo que es muy importante establecer límites pero también hacer concesiones, todo hablado y con un discurso coherente por ambas partes, sin meter miedo ni amenazar.