En tiempos de la guerra civil una prima de mi abuela tenía a su marido en el frente y como no recibía noticias hacía tiempo no se le ocurrió otra que ir a buscarlo. Para lo cual dejó a sus hijos en la inclusa, como decían entonces, y no se lo dijo a nadie porque pensó que serían unos pocos días.
El caso es que los niños estaban en la inclusa en Alicante y la familia en Valencia no se enteró hasta varios años después. Y la “vergüenza” es que tras enterarse de que su marido había muerto, se enamoró de un carabinero que devino en maqui y se fue con él a Francia, sin acordarse de sus cuatro hijos, entre meses (cuando los dejó en la inclusa) y 7 u 8 años.
Cuando la abuela, en Valencia, se enteró del lío, ya acabada la guerra, fue a por ellos pero se encontró con que a los dos pequeños los habían adoptado (el bebé acabó en Rusia; no se reencontró con sus hermanos hasta los años 70); pudo “deshacer” la adopción del que estaba en España, que era muy reciente, y recuperar a sus nietos. Se hizo cargo de ellos con una hija y un hijo solteros, que ejercieron de padres.
La madre de los niños volvió a Valencia en los 60, sola y enferma. Pero resultó que había pasado los últimos 10 años dándose la gran vida en Barcelona con un señor. Al parecer, nunca preguntó por sus hijos en todos estos años.
De todo esto me enteré ya con 22 o 23 años. Un tío mío se ponía muy misterioso con un “secreto de familia” que no nos podía decir porque era súper vergonzoso, pero mi padre me dijo que era esto.
Hasta entonces yo había pensado que estos primos segundos de mi padre eran hijos de la pareja de hermanos (que yo, de pequeña, estaba convencida de que eran un matrimonio) y que el primo ruso (que para cuando yo aparecí por el mundo había acabado en Suiza) no tenía “secreto” alguno.
La prima “X”, que dejó a sus hijos en la inclusa, era tema tabú para mi abuela y su generación. Como si no existiese. Ni hubiese existido. Mira que tenemos fotos antiguas que vienen de casa de mi abuela y esta señora no aparece en ninguna. Curiosamente, hay una del marido con los tres niños mayores, pero de ella, ninguna. Es de esas tipo postal y se nota, por el formato, que la cortaron…
El caso es que los niños estaban en la inclusa en Alicante y la familia en Valencia no se enteró hasta varios años después. Y la “vergüenza” es que tras enterarse de que su marido había muerto, se enamoró de un carabinero que devino en maqui y se fue con él a Francia, sin acordarse de sus cuatro hijos, entre meses (cuando los dejó en la inclusa) y 7 u 8 años.
Cuando la abuela, en Valencia, se enteró del lío, ya acabada la guerra, fue a por ellos pero se encontró con que a los dos pequeños los habían adoptado (el bebé acabó en Rusia; no se reencontró con sus hermanos hasta los años 70); pudo “deshacer” la adopción del que estaba en España, que era muy reciente, y recuperar a sus nietos. Se hizo cargo de ellos con una hija y un hijo solteros, que ejercieron de padres.
La madre de los niños volvió a Valencia en los 60, sola y enferma. Pero resultó que había pasado los últimos 10 años dándose la gran vida en Barcelona con un señor. Al parecer, nunca preguntó por sus hijos en todos estos años.
De todo esto me enteré ya con 22 o 23 años. Un tío mío se ponía muy misterioso con un “secreto de familia” que no nos podía decir porque era súper vergonzoso, pero mi padre me dijo que era esto.
Hasta entonces yo había pensado que estos primos segundos de mi padre eran hijos de la pareja de hermanos (que yo, de pequeña, estaba convencida de que eran un matrimonio) y que el primo ruso (que para cuando yo aparecí por el mundo había acabado en Suiza) no tenía “secreto” alguno.
La prima “X”, que dejó a sus hijos en la inclusa, era tema tabú para mi abuela y su generación. Como si no existiese. Ni hubiese existido. Mira que tenemos fotos antiguas que vienen de casa de mi abuela y esta señora no aparece en ninguna. Curiosamente, hay una del marido con los tres niños mayores, pero de ella, ninguna. Es de esas tipo postal y se nota, por el formato, que la cortaron…
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