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Suscribo punto por punto todo lo que ha dicho @Naranja !! Y eso solo lo sabemos las que somos madres. Que la maternidad merece la pena por ver cómo educamos a esos pequeños seres, que quieren a sus padres de la manera más pura. Y cómo quieren a los familiares adyacentes que también le dan afecto y amor. Son seres que lo único que hacen es amar incondicionalmente, incluso aunque seas el peor padre del mundo. Y si ya encima les das el cariño y el amor que ellos se merecen, todo se multiplica. Yo me paso muchas horas fuera de casa por temas laborales, pero cuando estoy en casa estoy al 100% para el niño, y eso él lo nota, porque a pesar de que pasa más horas con el padre, cuando estoy yo en casa me viene a buscar más a mí que a su padre, porque me nace jugar con él, cuidarle, darle cariñitos cuando se pone mimosón, consolarle si se cae, etc. Sí, a veces si están cansados y se ponen perretosos una se puede desquiciar (por dentro), pero también hay que ser calmados y sosegados y no pagar nuestras frustraciones con ellos, porque nuestras frustaciones son NUESTRAS, no suyas, y para eso los adultos somos nosotros.