Esas historias no me gustan nada de nada porque me recuerdan a cuando se han dejado olvidados a bebés dentro de los coches en verano. Me da muy mal rollo.
Aquí lo único que pasó es que le cobraron un dineral por las dos o tres horas extra.
En cierto modo, fue un “despertar” para ellos; ella estaba muy estresada por trabajo y familia y a raíz de ésto empezó terapia y su marido empezó también a responsabilizarse más de los niños.