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Este es un tema sobre el que me cuesta un tanto abrirme, pero creo que me vendría bien algo de perspectiva, así que ahí voy:
Llevo ya casi tres años en una relación de pareja con una persona que me saca bastante edad (15 años). Es la persona más dulce y paciente que conozco, que me ha apoyado con problemas que no creo que cualquiera pudiese. A decir verdad, llevo desde hace muchos años con depresiones recurrentes que me han dificultado ir cumpliendo objetivos vitales al mismo tiempo que la mayoría de la gente, además de un problema con el abuso del alcohol (por suerte ya lo tengo controlado mediante la abstinencia). Me siento muy afortunada de que me haya aceptado tal y como soy y cómo es mi situación. Al menos, desde hace un par de años, he ido remontando y parece que ya voy pillando el ritmo, y pronto podré acabar los estudios. Creo que he podido hacer estos avances en gran parte gracias a su apoyo. El asunto es que esta persona aún vive con su madre debido a que el sector en el que trabaja a penas hay empleo, y el panorama ha empeorado con la pandemia. Cuando nos juntamos, estamos en casa de su madre, y esto nos supone unos problemas de convivencia.
Su casa está repleta de cosas por el medio y muy desordenada, y además la limpieza deja bastante que desear. Tanto los cuartos de baño como otras zonas de la casa, como la cocina o el salón, están repletos de pelos. Es difícil coger cualquier cosa y no encontrarte pelos de su madre pegados. Si fuesen de mi pareja no me daría tanto repelús, pero siendo de su madre lo llevo peor. Es caminar por la casa en calcetines durante 10 minutos y tenerlos que echar a lavar. El estado de la cocina podría resumirse como pegajoso, cualquier bote de especias, la botella de aceite, los utensilios o las sartenes están pegajosos. Luego, en general, la casa está bastante llena de polvo, lo que hace que me congestione cada dos por tres.
El caso es que lo he hablado con él ya bastantes veces, y me dice que no se siente a gusto con la situación tampoco y que cada vez que intenta limpiar se siente como Sísifo llevando la roca para que caiga por la ladera una y otra vez, porque su madre es muy descuidada y no limpia a penas. La verdad es que yo lo entiendo, tiene que ser frustrante y desmotivador hacerse cargo de una casa con una situación así. Pero, por otro lado, llevamos ya bastante tiempo de esta manera, y lo cierto es que he podido observar que en realidad él tampoco tiene mucha costumbre de limpiar. La primera vez que le comuniqué mi descontento, por ejemplo, tuvimos que ir a comprar cosas básicas como quitagrasas y líquido limpiasuelos porque no había en la casa desde hace tiempo, y después tuve que enseñarle a limpiar un baño. También, cuando le he pedido que me enseñe dónde está la aspiradora para poder sacarla, me ha puesto excusas del tipo "uff, es que es muy vieja y es un rollo sacarla". Todavía no he visto esa aspiradora.
Este fin de semana acabé explotando y le comuniqué cómo me sentía respecto a la situación, y me dijo que tenía que decirle cuándo y cómo limpiar porque él no estaba acostumbrado a percibir el desorden y la suciedad, que se había acostumbrado a vivir así. Que si le digo lo que tiene que hacer, él lo hace encantado. Él hace cosas como fregar los platos, pero no se da cuenta de que la encimera o el suelo están sucios, por ejemplo. No sé muy bien qué me removió esa respuesta, pero me puse muy dura diciéndole que ya era mayor para que yo tuviese que andar recordándole cuáles son sus responsabilidades. Él me insistió en que no era eso a lo que se refería, me lo volvió a explicar... y la verdad es que volví a entender lo mismo. Además, me dijo que él no puede adivinar lo que me molesta y lo que no, y con eso me sentí bastante "gaslighteada", porque se lo he comunicado ya unas cuantas veces. Lo que pasa es que también, cuando empiezo a sentirme ya como la policía, acabo por desistir. La verdad es que fue una discusión muy frustrante porque cuando le explicaba cómo me sentía, él se quedaba callado la mayor parte del tiempo para después decirme que no sabía qué decirme, que no sabía qué más hacer teniendo la situación que tiene con su madre. Entonces me iba poniendo más enferma. No llegué a gritarle, pero sí que le dije que "ya tenía pelos en los huevos para hacerse cargo de su alrededor". Otro factor a tener en cuenta es que cuando me pongo a limpiar cuesta bastante, porque la casa está hasta arriba de cosas que no sé muy bien a dónde mover porque no es mi casa, y además los utensilios y productos de limpieza están muy descuidados y a menudo ensucian más que limpian. Y cuando le digo de comprar nuevos se pone remolón porque a su madre no le gusta tirar cosas.
El caso es que es una persona cuya salud mental no está en muy buen estado, ya que su familia es muy absorbente y eso le genera mucha ansiedad y creo que hasta depresión. Se queda bloqueado y le cuesta ceñirse a proyectos debido a esto. Y cuando digo que su familia es absorbente no estoy exagerando. Su madre, literalmente, es incapaz de quedarse sola en casa, y no es que tenga algún deterioro físico o cognitivo que le impida hacerse cargo de sí misma. Esto, con la pandemia, también se ha agravado. La verdad es que empatizo mucho con esto, ya que los problemas familiares también han resentido mucho mi salud mental, y creo que a nadie le gusta verse con más edad de la necesaria en casa de sus padres (yo también vivo en casa de mis padres). Le he intentado animar hablar con algún psicólogo, pero no tiene muy claro que pueda servirle de ayuda.
Tenemos ilusión por irnos a vivir juntos, pero estoy viendo cosas que no me hacen ninguna gracia. La primera es el problema de la limpieza y su actitud de echar balones fuera. Y la segunda es su poca iniciativa para buscar trabajo o ponerse a formarse. Entiendo que los problemas de salud mental son una gran dificultad que literalmente te joden la vida, te succionan la motivación y las ganas de vivir. Pero le veo intentar lo mismo una y otra vez sin resultados, y no parece querer probar otras estrategias. Y ha priorizado dedicarse a lo que se dedica a ser independiente de su madre. Siempre hablamos de que cuando yo acabe los estudios podremos ponernos a planear independizarnos, pero mientras que estoy preparando cosas, a él no le veo plantearse objetivos. También le saqué este tema este fin de semana, me dijo que no sabía qué hacer y se quedó callado y bloqueado.
Él me ha apoyado mucho en mis malos momentos y le estaré eternamente agradecida, porque creo que gracias a su apoyo y paciencia he conseguido crecer y avanzar. La verdad es que me gustaría apoyarle y darle tanto o más cariño como el que él me ha dado para ayudarle a salir del hoyo. Pero empiezo a estar bastante desgastada con esta situación, y tengo miedo de que algunas actitudes vayan más allá de sus problemas de salud mental.
Llevo ya casi tres años en una relación de pareja con una persona que me saca bastante edad (15 años). Es la persona más dulce y paciente que conozco, que me ha apoyado con problemas que no creo que cualquiera pudiese. A decir verdad, llevo desde hace muchos años con depresiones recurrentes que me han dificultado ir cumpliendo objetivos vitales al mismo tiempo que la mayoría de la gente, además de un problema con el abuso del alcohol (por suerte ya lo tengo controlado mediante la abstinencia). Me siento muy afortunada de que me haya aceptado tal y como soy y cómo es mi situación. Al menos, desde hace un par de años, he ido remontando y parece que ya voy pillando el ritmo, y pronto podré acabar los estudios. Creo que he podido hacer estos avances en gran parte gracias a su apoyo. El asunto es que esta persona aún vive con su madre debido a que el sector en el que trabaja a penas hay empleo, y el panorama ha empeorado con la pandemia. Cuando nos juntamos, estamos en casa de su madre, y esto nos supone unos problemas de convivencia.
Su casa está repleta de cosas por el medio y muy desordenada, y además la limpieza deja bastante que desear. Tanto los cuartos de baño como otras zonas de la casa, como la cocina o el salón, están repletos de pelos. Es difícil coger cualquier cosa y no encontrarte pelos de su madre pegados. Si fuesen de mi pareja no me daría tanto repelús, pero siendo de su madre lo llevo peor. Es caminar por la casa en calcetines durante 10 minutos y tenerlos que echar a lavar. El estado de la cocina podría resumirse como pegajoso, cualquier bote de especias, la botella de aceite, los utensilios o las sartenes están pegajosos. Luego, en general, la casa está bastante llena de polvo, lo que hace que me congestione cada dos por tres.
El caso es que lo he hablado con él ya bastantes veces, y me dice que no se siente a gusto con la situación tampoco y que cada vez que intenta limpiar se siente como Sísifo llevando la roca para que caiga por la ladera una y otra vez, porque su madre es muy descuidada y no limpia a penas. La verdad es que yo lo entiendo, tiene que ser frustrante y desmotivador hacerse cargo de una casa con una situación así. Pero, por otro lado, llevamos ya bastante tiempo de esta manera, y lo cierto es que he podido observar que en realidad él tampoco tiene mucha costumbre de limpiar. La primera vez que le comuniqué mi descontento, por ejemplo, tuvimos que ir a comprar cosas básicas como quitagrasas y líquido limpiasuelos porque no había en la casa desde hace tiempo, y después tuve que enseñarle a limpiar un baño. También, cuando le he pedido que me enseñe dónde está la aspiradora para poder sacarla, me ha puesto excusas del tipo "uff, es que es muy vieja y es un rollo sacarla". Todavía no he visto esa aspiradora.
Este fin de semana acabé explotando y le comuniqué cómo me sentía respecto a la situación, y me dijo que tenía que decirle cuándo y cómo limpiar porque él no estaba acostumbrado a percibir el desorden y la suciedad, que se había acostumbrado a vivir así. Que si le digo lo que tiene que hacer, él lo hace encantado. Él hace cosas como fregar los platos, pero no se da cuenta de que la encimera o el suelo están sucios, por ejemplo. No sé muy bien qué me removió esa respuesta, pero me puse muy dura diciéndole que ya era mayor para que yo tuviese que andar recordándole cuáles son sus responsabilidades. Él me insistió en que no era eso a lo que se refería, me lo volvió a explicar... y la verdad es que volví a entender lo mismo. Además, me dijo que él no puede adivinar lo que me molesta y lo que no, y con eso me sentí bastante "gaslighteada", porque se lo he comunicado ya unas cuantas veces. Lo que pasa es que también, cuando empiezo a sentirme ya como la policía, acabo por desistir. La verdad es que fue una discusión muy frustrante porque cuando le explicaba cómo me sentía, él se quedaba callado la mayor parte del tiempo para después decirme que no sabía qué decirme, que no sabía qué más hacer teniendo la situación que tiene con su madre. Entonces me iba poniendo más enferma. No llegué a gritarle, pero sí que le dije que "ya tenía pelos en los huevos para hacerse cargo de su alrededor". Otro factor a tener en cuenta es que cuando me pongo a limpiar cuesta bastante, porque la casa está hasta arriba de cosas que no sé muy bien a dónde mover porque no es mi casa, y además los utensilios y productos de limpieza están muy descuidados y a menudo ensucian más que limpian. Y cuando le digo de comprar nuevos se pone remolón porque a su madre no le gusta tirar cosas.
El caso es que es una persona cuya salud mental no está en muy buen estado, ya que su familia es muy absorbente y eso le genera mucha ansiedad y creo que hasta depresión. Se queda bloqueado y le cuesta ceñirse a proyectos debido a esto. Y cuando digo que su familia es absorbente no estoy exagerando. Su madre, literalmente, es incapaz de quedarse sola en casa, y no es que tenga algún deterioro físico o cognitivo que le impida hacerse cargo de sí misma. Esto, con la pandemia, también se ha agravado. La verdad es que empatizo mucho con esto, ya que los problemas familiares también han resentido mucho mi salud mental, y creo que a nadie le gusta verse con más edad de la necesaria en casa de sus padres (yo también vivo en casa de mis padres). Le he intentado animar hablar con algún psicólogo, pero no tiene muy claro que pueda servirle de ayuda.
Tenemos ilusión por irnos a vivir juntos, pero estoy viendo cosas que no me hacen ninguna gracia. La primera es el problema de la limpieza y su actitud de echar balones fuera. Y la segunda es su poca iniciativa para buscar trabajo o ponerse a formarse. Entiendo que los problemas de salud mental son una gran dificultad que literalmente te joden la vida, te succionan la motivación y las ganas de vivir. Pero le veo intentar lo mismo una y otra vez sin resultados, y no parece querer probar otras estrategias. Y ha priorizado dedicarse a lo que se dedica a ser independiente de su madre. Siempre hablamos de que cuando yo acabe los estudios podremos ponernos a planear independizarnos, pero mientras que estoy preparando cosas, a él no le veo plantearse objetivos. También le saqué este tema este fin de semana, me dijo que no sabía qué hacer y se quedó callado y bloqueado.
Él me ha apoyado mucho en mis malos momentos y le estaré eternamente agradecida, porque creo que gracias a su apoyo y paciencia he conseguido crecer y avanzar. La verdad es que me gustaría apoyarle y darle tanto o más cariño como el que él me ha dado para ayudarle a salir del hoyo. Pero empiezo a estar bastante desgastada con esta situación, y tengo miedo de que algunas actitudes vayan más allá de sus problemas de salud mental.