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Hace ya más de 20 años presencie una conversación entre dos vecinas, una de ellas acababa de tener a su segunda hija y al verlas por la calle nos acercamos a darle la enhorabuena y a conocer a la niña. La que me acompañaba le pregunto como se llamaba la niña y la madre contesto muy orgullosa, "Vanessa" a lo que le responde la que preguntaba -No me digas que le has puesto el mismo nombre que a la mayor.
La madre muy asombrada le contesta: no, mi otra hija se llama Verónica.
-si, si, es el mismo nombre porque Vanessa es Verónica en ruso.
La madre de las criaturas dio un respingo y se marcho de tan mala leche que no ha vuelto a dirigirle la palabra a la enterada.
No obstante, "la enterada" aun me apostilló cuando la otra se marcho: No se como se lo han permitido en el registro
ponerle el mismo nombre a dos hermanas, a lo que yo le conteste:
-Mujer, el del registro seguramente to sabrá ruso, no como tu
La madre muy asombrada le contesta: no, mi otra hija se llama Verónica.
-si, si, es el mismo nombre porque Vanessa es Verónica en ruso.
La madre de las criaturas dio un respingo y se marcho de tan mala leche que no ha vuelto a dirigirle la palabra a la enterada.
No obstante, "la enterada" aun me apostilló cuando la otra se marcho: No se como se lo han permitido en el registro
ponerle el mismo nombre a dos hermanas, a lo que yo le conteste:
-Mujer, el del registro seguramente to sabrá ruso, no como tu