El primer recuerdo de poner un poco los pies en la tierra y que las cosas pueden cambiar fue de bastante pequeñita:
En mi casa siempre se había vivido holgadamente (no todos los caprichos pero casi, buenos regalos de cumpleaños, reyes, fiestas....esas cosas).
Pues con unos siete años yo y diez mi hermano, mis padres nos sentaron a la mesa para intentar explicar a dos mocosos a los que no se les decía que no muy a menudo, que se iba a pasar una época en la que "había que poner todos de nuestra parte y tener un poco de cuidado con el dinero".
A mi me sonó a chino, la verdad. Pero si, muchas cosas que dábamos por sentadas se terminaron. (Ropa nueva, juguetes, se hacían comidas mucho más básicas, etc etc, vamos, una recortada de las gordas)
Resulta que mi padre se había metido en una inversión y un préstamo muy grande para comprar un negocio, y era un follón de gastos y por supuesto, siempre existía la posibilidad de que saliera mal (Spoiler, salió bien, afortunadamente).
Pero siempre recordaré aquella época con cierta angustia, yo creo que el miedo y la incertidumbre que también tenían mis padres con aquello se contagió mucho en el ambiente, porque con siete años no te enteras muy bien de qué va la cosa, sobre todo sientes, sientes mucho, lo que pasa a tu alrededor.
Y luego supongo que el mayor tortazo a mano abierta fue la muerte de mi padre con 54 años, cuando yo andaba en la universidad más perdida que un pulpo en un garaje haciendo el imbécil. Y vaya que eso me tuvo que poner las pilas, vaya que si.
En mi casa siempre se había vivido holgadamente (no todos los caprichos pero casi, buenos regalos de cumpleaños, reyes, fiestas....esas cosas).
Pues con unos siete años yo y diez mi hermano, mis padres nos sentaron a la mesa para intentar explicar a dos mocosos a los que no se les decía que no muy a menudo, que se iba a pasar una época en la que "había que poner todos de nuestra parte y tener un poco de cuidado con el dinero".
A mi me sonó a chino, la verdad. Pero si, muchas cosas que dábamos por sentadas se terminaron. (Ropa nueva, juguetes, se hacían comidas mucho más básicas, etc etc, vamos, una recortada de las gordas)
Resulta que mi padre se había metido en una inversión y un préstamo muy grande para comprar un negocio, y era un follón de gastos y por supuesto, siempre existía la posibilidad de que saliera mal (Spoiler, salió bien, afortunadamente).
Pero siempre recordaré aquella época con cierta angustia, yo creo que el miedo y la incertidumbre que también tenían mis padres con aquello se contagió mucho en el ambiente, porque con siete años no te enteras muy bien de qué va la cosa, sobre todo sientes, sientes mucho, lo que pasa a tu alrededor.
Y luego supongo que el mayor tortazo a mano abierta fue la muerte de mi padre con 54 años, cuando yo andaba en la universidad más perdida que un pulpo en un garaje haciendo el imbécil. Y vaya que eso me tuvo que poner las pilas, vaya que si.