Cosas de antes que dan pena que se hayan perdido.

Que las cosas sean tan accesibles tiene ventajas y desventajas.

Por ejemplo las películas, ahora hay un montón de plataformas con cientos de películas, o te las puedes bajar piratas en pocos minutos. De pequeña cuando comprábamos una película nos reuníamos todos a verla en el salón, hacía un montón de ilusión. Lo mismo cuando teníamos un cd/cassete nuevo, o un videojuego. Ya digo, poder acceder a todo sin esfuerzo está muy bien pero también ha desaparecido un poco el valor que le damos.

En el caso de los videojuegos, como gamer sí que echo mucho de menos las teorías y los trucos que aparecían en revistas, o los sabía el primo de tu amigo, y tu no tenías más remedio que probarlo en tu juego para comprobar si era verdad. No existía Internet ni sitio donde poder consultar. Ahora, aunque los desarrolladores intenten meter misterios o eventos ocultos en sus videojuegos, a la gente sólo le hace falta una tarde para ver el código y encontrarlo todo. Luego lo publican y adiós magia. En pokemon oro/plata, por ejemplo, con un amigo estuvimos buscando a Ho-oh (un pokemon legendario) como locos y cuando lo encontramos fue increíble. Algo que hoy en día no pasaría porque en quince segundos te sale una guía en google.

Aix prima. Cuando no te tenias que gastar 30 pavos en dlcs para pasarte un juego completo :(
O que ahora con las redes hacen Spoiler de todo y te quitan la emoción sea videojuegos, películas o series. (por desgracia más de uno me he comido de gratis)

Y por último echo de menos esa libertad que teníamos antes sin WhatsApp y redes en general, ahora para mi gusto estamos demasiado controlados y enganchados (me incluyo)
Salía con mi mejor amiga de adolescente y nos lo pasábamos pipa sin necesidad de estar mirando un móvil todo el rato, ni preocupadas por tener x seguidores en Instagram.
 
Más cosas pérdidas....

Antes, la gente tenia interés por leer, mejorar su expresión oral y escrita.
Veo entrevistas a folclóricas y se esforzaban x hablar con una buena dicción y educación.

El Belén en Navidad. Era una bonita tradición buscar figuritas en los mercadillos navideños y poco a poco ibas coleccionando piezas.

El gusto x la calidad sobretodo en confección. Las prendas duraban lavados y años. Las abuelas distinguían los tejidos y sus composiciones al tacto.

Me ha llamado mucho la atención que, echando de menos el interés que antes ponía la gente en su expresión oral y también escrita, utilices "x" en lugar de "por"

Lo fuerte es que a veces hay que hacerlo así porque a la gente ya no le gusta que le llamen!

Culpable. Soy de esas. Odio que me llamen sin avisar, lo confieso.
 
Cosas q se han perdido:

1. El cortejo. Ese espacio/tiempo donde conocía a alguien , deseaba estar con esa persona para descubrir lo q me atraía y acabar o no, teniendo s*x*.
Ahora todo está enfocado a la fugaz consumación sexual como si no hubiera nada más allá.

2. La buena programación de tv. Tantos canales para una parrilla televisiva de ínfima calidad. De niña , he visto muchísimos ciclos de cine de calidad , programas, series y dibujos animados basados en literatura o conocimientos científicos... Ahora todo es tele basura, realities y cotilleos.

3. La música. Ya no hay programas musicales en tv, ni videos musicales y nada de actuaciones en directo.
En el confinamiento, descubrí en la casa familiar videos de un programa "La edad de oro" Ahora mismo sería impensable un programa así.

4. El respeto. No se q ha pasado pero ahora predomina la gentuza gritona, maleducada, insultona e irrespetuosa x todas partes.

5. El vestir femenino . En grandes ciudades, solo te arreglas para bodas, bautizos y comuniones. Puedes pasarte media vida en vaqueros , deportivas y camisetas. Algo tan simple como ponerte un vestido favorecedor y unas sandalias bonitas y triunfas..... Aun así, en ocasiones da pereza.
¡¡De acuerdísimo con esto!!

Se echa de menos más variedad musical y calidad de las canciones. También la radio, ahora o es todo reggaeton, artistas para adolescentes, o bien, los 4 mismos "hits" de los 80 y 90. Sin contar la maravilla de programas de radio que había en un pasado (era una niña y estaba enganchada a los programas que ponían en Cadena 100 a últimos 90s y primeros 00s).

Más humor y tono desenfadado en TV. Sin ser exageradamente blanco y correcto como puede pasar a veces Antena 3 o un total despropósito como a veces pasa el Tele 5.

La fruta y la verdura CON SABOR. Da igual que sea de super, ecológica, del mercado, barata o cara... las frutas y verduras actualmente no saben a nada. A veces no sabes si lo que comes es una manzana, una pera o un melocotón. Echo mucho de menos los tomates de cuando era niña, cuyo sabor salivo al recordarlo.

La ropa bien hecha, con buenas telas y buenos cortes. No puede ser real la nula calidad de las telas y los patronajes surrealistas actuales. Mi armario es un caos donde conviven felizmente la 38, la 40 y la 42, S, M y L, hacen las cosas azarosamente como le dan la gana. Creo que mi talla es la 38/S porque es la talla más habitual que suele quedarme bien, pero a veces la hacen para vestir a una Barbie o para vestir a Falete. Por otro lado la moda no cambia, veo los mismos diseños de todo y tipos de corte desde hace unos 6 años. Se ha perdido originalidad (que hablen las primas que están metidas en el sector que me interesa leerlas).

Ciudades con cada vez menos personalidad, cascos históricos que pierden sus bares y tiendas de toda la vida por grandes superficies. Los centros de Madrid, Sevilla, Málaga, etc. son cada vez más similares. Mismos artículos en todos sitios.
 
Porque igual no me pilla en buen momento, estoy haciendo algo, no me apetece hablar...
A mí tampoco me mola nada que me llamen “a tradición”, a no ser que sea alguien muy cercano, obvio.
Bueno, pero en ese caso no pasa nada por no cogerlo o colgar y decir mira, en otro momento hablamos. No sé, a veces uno no está para andar mandando un whatsapp de permiso si necesita cualquier cosa.
 
Y por qué habría que pedirte permiso para llamarte?
Pregunto desde mi ignorancia.

Ojo, que he dicho avisar, no pedir permiso.

De todas formas, pues ya lo ha dicho todo @Pololeta, si recibes una llamada inesperada puede que te venga bien o puede que no.

Un ejemplo claro es mi cumpleaños, cayó en día laborable, y cuando pude mirar el teléfono al final de mi jornada tenía unas 15 llamadas de unas 6 personas distintas, me tiré una hora después de trabajar, agotada, devolviendo llamadas. Todo el santo día llamando a clientes, y salgo de trabajar y a devolver llamadas personales.

Odio el teléfono a tal punto que cuando es urgente la familia me llama al fijo, porque el móvil lo suelo tener en silencio excepto cuando estoy en la calle.

Por otra parte, cuando íbamos a hacer videollamada con la familia durante el confinamiento, nosotros también avisabamos antes de llamar, entre otros motivos, porque los abuelos querían grabar la videollamada con los nietos y si no avisabamos no se podían preparar para grabar.
 
Mira, acabo de caer en algo que echo de menos yo. Cuando la gente solo tenía fijo, si no lo querías coger decías que no estabas en casa, y si no querías que sonase lo dejabas descolgado, y luego decías que es que estabas hablando con otra persona :LOL:
 
Mira, acabo de caer en algo que echo de menos yo. Cuando la gente solo tenía fijo, si no lo querías coger decías que no estabas en casa, y si no querías que sonase lo dejabas descolgado, y luego decías que es que estabas hablando con otra persona :LOL:
Prima,pues con el móvil igual. Yo,llaman,si me apetece hablar,lo cojo y si no,pues no. Tan sencillo. Ya luego, pondré la excusa que se me ocurra en el momento. Pero eso es otra cosa que es una pena que se haya perdido: libertad. Con el móvil,se supone que estás localizable sí o sí y que tienes que atender sí o sí. Antes,con el fijo y las cabinas no sé cómo,pero siempre te localizaban y localizabas.
 
Como se nos permitía perder el tiempo en una sociedad que iba muuuucho más lenta.

Tengo videos de mi infancia donde me pasaba una tarde ENTERA intentando volar una cometa. Nunca voló. Y esa paciencia jamás volverá a mi.

Eso y los trabajos fijos juas juas
 
El bocadillo a la hora de almorzar. Ahora se ha convertido en un acto de rebeldia frente al queso batido con muesli y frambuesas, la tosta de aguacate o el bol de frutas tropicales. Que me gusta, pero oye, como esos bocadillos de chorizo revilla que nos preparaban para ir al colegio no hay nada.
 
El respeto y amor propio a nosotros mismos. Sin darnos cuenta, nos hemos convertido en bienes de consumo. Nos vendemos como productos en las redes sociales. Buscamos aprobación, amor, amistad, subir nuestra autoestima a partir de lo que subimos. Es así, parece que ya no podemos valorarnos si no nos valoran con likes o no nos dicen lo guap@s que somos, el viaje tan guay que hemos hecho o la comida tan deliciosa que vamos a comer. Exponemos a la venta todo eso. Si no, ¿por qué no íbamos a subir esas fotos? Queremos que la gente lo vea y queremos esos likes. Mostramos el cuerpo (cada vez con menos ropa), las mujeres nos excusamos con el empoderamiento femenino (cuando es mentira, es prostit*ción a cambio de likes y lo más perturbador es que lo hacen menores de edad y señores de la edad de tu padre les dicen guarradas) ; los hombres sin camiseta enseñando pectorales (pero aún así mucho menos sexualizados)
Fotos de viajes en los que en realidad los hemos desperdiciado porque veíamos los paisajes a través de una cámara la mayor parte del tiempo. Reuniones de amigos en las que en realidad no estás a gusto pero sonríes en todas las fotos.
Es muy, muy triste pero es la sensación que me da. Que no vivimos para nosotros, si no para los demás.
 

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