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Yo tuve un jefe, del que tuve dudas si era él el que tenía algún problema incipiente de Alzeimer o yo me estaba volviendo loca, al principio no lo supe ver hasta que me di cuenta de que quería que me fuera.Es bueno lo que dices porque lo único a lo que se aspira llegar, en muchos casos, es a detectarlos.
Una vez detectados, en algunos casos si no todos, es mejor concienciarse de que 'no hay nada que hacer' (la situación no mejorará), y lo ideal, es salir corriendo.
Pero como ya apuntaban arriba, cuando p. ej. eso se da en un entorno laboral del que no se puede prescindir, almenos por el momento, es una tortuosa condena la que sufre el que es objeto de ese mal trato.
A veces, de nada sirve comunicarlo a los demás, e incluso puede ser contraproducente; opino que es mejor no perder energía en eso.
Es un tema muy penoso de vivir. Totalmente injusto.
Y creo que frente a un caso de esos, es muy recomendable acudir a ayuda profesional rápidamente, antes que consigan dilapidar el autoestima de la persona, la válua profesional, etc..
Me decía una cosa al cabo de dos días me decía que no sabía nada de aquello que me había dicho, pedía hacer un pedido y cuando se recibía me decía que quien lo había pedido, o me pedía que llamara a alguien y cuando le iba pasar la llamada me decía que no sabía quién era esa persona. De locos. Me quitaba el sueño, coincidió con unos problemas personales y me encontré en un callejón sin salida. Pero en un momento de lucidez pensé qué es lo peor que me puede pasar?, que me despida? Así que asumiendo lo peor, me relajé y empecé a jugar yo también. Es verdad que me costaba un mundo levantarme de la cama para ir a trabajar, era un infierno.
Me compré un cuaderno y le puse en la portada peticiones de Pepe (su nombre) bien visible. Pensé que nadie me podía acusar de tener un cuaderno y apuntar en el lo que me diera la gana.
Se dio cuenta por supuesto porque yo lo dejaba siempre en lugar visible. Y desde ese día cada vez que me iba decir algo le decía perdona Pepe voy a tomar nota para que no se me olvide. Y cuando terminaba de hablar, le repetía a modo de acta lo que me acababa de decir. Hoy día 4 de enero del año 2000 Pepe me ha dicho lo siguiente, Y le preguntaba si era eso lo que me quería decir, por supuesto no me podía negar lo que acababa de decir y yo le decía gracias.
Me amenazó una de las veces que tomaba nota, le dije que nadie me puede despedir por tener un cuaderno y apuntar en el mis cosas siempre que redunde en algo bueno para la marcha de la empresa.
En una ocasión le pille ojeando el cuaderno, normal.
Así que se me ocurre comprar otro cuaderno igual y dejarlo encima de la mesa pero este en blanco. Di el cambiazo. Ahí es donde noté el cambio. Ya no quería hablar conmigo, la tortilla se dio la vuelta. Un triunfo para mí.
Al final, negocié, por otras razones y le perdí de vista.
Pero te planteas, porque hay gente así, y porque te toca a ti.