Hola prima! Me uno a las muchas que ya te han dicho que lo primero es responsabilizarte de ti y de tu vida y priorizar tus propios cuidados.
En muchas ocasiones, la persona que vive al lado de alguien muy enfermo desarrolla un patrón llamado "codependencia", que acaba convirtiéndose en sí mismo en otro trastorno mental/emocional que puede llegar a ser igualmente muy grave.
Busca terapia no para él, sino para ti, para poder gestionar los altibajos del acompañamiento a una persona con una enfermedad grave y que no te genere a ti otros trastornos de salud mental.
En cuanto a la pareja en sí, no hay garantía alguna de que lo que él padece (que pinta a algún trastorno enraizado en la estructura de la personalidad en la infancia) sea curable, pero muchas personas con TP consiguen tener una vida bastante buena si tienen continuidad y responsabilidad con la terapia y la medicación.
No obstante, la elección y el camino lo tiene que tomar él, nunca tú. Tanto si decide rendirse porque la vida se le hace insoportable, como si decide luchar porque quiere ir mejor, es algo que tiene él que revisárselo profundamente dentro de sí. Y si elige vivir y tirar para adelante, no te preocupes que no tendras que convencerle, ni pincharle, se irá poniendo el marcha él mismo. Pero tú no puedes hacer su camino, solo puedes hacer el tuyo. Su enfermedad puede ser tu preocupación, pero nunca tu ocupación. Si no puedes o te resulta difícil establecer una línea entre ambas cosas, no dudes en buscar ayuda profesional, la codependencia también hay que atenderla.
Mucho ánimo!
En muchas ocasiones, la persona que vive al lado de alguien muy enfermo desarrolla un patrón llamado "codependencia", que acaba convirtiéndose en sí mismo en otro trastorno mental/emocional que puede llegar a ser igualmente muy grave.
Busca terapia no para él, sino para ti, para poder gestionar los altibajos del acompañamiento a una persona con una enfermedad grave y que no te genere a ti otros trastornos de salud mental.
En cuanto a la pareja en sí, no hay garantía alguna de que lo que él padece (que pinta a algún trastorno enraizado en la estructura de la personalidad en la infancia) sea curable, pero muchas personas con TP consiguen tener una vida bastante buena si tienen continuidad y responsabilidad con la terapia y la medicación.
No obstante, la elección y el camino lo tiene que tomar él, nunca tú. Tanto si decide rendirse porque la vida se le hace insoportable, como si decide luchar porque quiere ir mejor, es algo que tiene él que revisárselo profundamente dentro de sí. Y si elige vivir y tirar para adelante, no te preocupes que no tendras que convencerle, ni pincharle, se irá poniendo el marcha él mismo. Pero tú no puedes hacer su camino, solo puedes hacer el tuyo. Su enfermedad puede ser tu preocupación, pero nunca tu ocupación. Si no puedes o te resulta difícil establecer una línea entre ambas cosas, no dudes en buscar ayuda profesional, la codependencia también hay que atenderla.
Mucho ánimo!