El problema es que declinar también es ir contra las reglas del juego.Desde mi punto de vista, esto de las bodas en nuestro contexto cultural tiene unas reglas implícitas muy claras. Si no apetece jugar se declina la invitación con todo el derecho, pero si se juega, las reglas son las que son y todo el mundo las conoce. Si no se siguen, hay que apechugar con las consecuencias.
Es una mierda? Sí. Debería acabarse con este circo? También. Pero es lo que hay, se toma o se deja.
Lo de los cumpleaños y otras celebraciones no tienen reglas formales, para mí no entra en la misma categoría.
Sobre que todo el mundo conoce las reglas tampoco estoy de acuerdo. Cosas como dar el regalo antes o después, sólo en las últimas páginas de este hilo se ve que en cada entorno es diferente. O eso de dar cuanto se recibe, no parece que todo el mundo lleve el Excel al día.