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Hola prima:Prima, siento muchísimo lo que te pasó, y me he animado a raíz de tu historia a contar un poco la mía, aunque no se acerca ni de lejos a todo lo que habéis pasado muchas/os. Mi padre también es bipolar, y desde el momento en el que lo supe de pequeña, tenía dentro un miedo demencial a decir o hacer algo que hiciera que se suicidara. Es un hombre que de puertas hacia afuera parecía ejemplar, parecía tener un don de la palabra, y siempre mostrando muy buen humor, yo por mi parte las pocas cosas que recuerdo de mi infancia son MIEDO de hacerle enfadar, a la mínima se enfadaba muchísimo, recuerdo como una vez se puso a golpear a mi hermana con una zapatilla por ir descalza por casa, son cosas que llevo arrastrando desde pequeña, y a veces tengo miedo de yo misma haberlo heredado, siento que desde muy pequeña estoy amargada, incluso me quedó marcado una vez en primaria, que estábamos haciendo el típico ejercicio de escribir cosas en un papel sobre nuestros compañeros, y una de mis compañeras me lo escribió y me lo dijo a la cara directamente, que era una amargada. Tengo algunos días en los que sin motivo aparente me siento demasiado capaz de cualquier cosa, pero no suele durarme demasiado. Siento que mi vida carece de sentido, no tengo ambiciones y a veces me asusto a mí misma con mis pensamientos, sobre todo a altas horas de la noche, donde me inunda la idea de tirarme por el balcón y acabar con todo, pero siempre logro quitármelo de la cabeza, sobre todo porque no me perdonaría hacerles eso ni a mi madre ni a mi hermana, no sé por qué solo me vienen ellas dos a la cabeza en esos momentos. Siento que odio a mi padre por todo lo que nos ha hecho vivir, pero al mismo tiempo sé qué nunca podría echarle nada en cara por su bipolaridad. De mi infancia conservo mi miedo de hacer enfadar a las personas, de los enfrentamientos dónde no sabes de qué forma va a reaccionar la otra persona. Me gustaría poder recordarlo todo, por saber si hay algo que me he estado todo este tiempo pasando por alto.
Te entiendo totalmente pero te recomiendo que luches por tí y que intentes abandonar esos malos pensamientos.
Sí, lo sé, es duro cuando hacen las "cosas raras", cosas como darse cabezazos con la pared y tú llegar y preguntar "¿qué haces?" y ella te diga: "quitarme los demonios de la cabeza".
Cosas como cuando era pequeñita darme una paliza impresionante y acto seguido que te cogiera y abrazara llorando diciendo "¿por qué haces cosas para que yo te pegue?"
Cosas como intentar convencerte de que la dejes cerca de las vías de un tren y te vayas.
Sé que tú a lo mejor no has vivido esas mismas situaciones pero sí parecidas. Pero yo al día de hoy vivo tranquila y feliz y siempre que la recuerdo, intento olvidar esos momentos, que ojo, como crecí con ellos, pensaba que era lo habitual (no me dí cuenta que eran raros hasta que empecé a salir con amigas o echarme novios) y siempre recuerdo sus bromas y caricias cuando "estaba bien".
La verdad es que he tenido que luchar mucho por mí para salir sin muchas secuelas y te recomiendo que tú intentes hacer lo mismo por tu hermana y por tu madre.
Te recomiendo que intentes ponerte ambiciones, pero no muy grandes, para mí mis ambiciones es como una carrera de obstáculos, ve de pequeños a grandes y, si puedes, intercámbialos de vez en cuando.
Yo también te digo que he necesitado apoyo psicológico, de hecho mi pareja es psicólogo.
He ido a varios hasta que he dado con uno que me va bien, pero te puedo decir que llevo bastante años sin necesidad de utilizarlos.
Pero viene bien ir, sobretodo si alguna vez te ha dado miedo ser como él (seguro que me entiendes al leerlo).