Detesto también que entren a mi habitación sin avisar antes. Yo hasta con mi novio lo hago. "Se puede?", toctoc. Así de sencillo es. A mis padres les corté el rollo desde muy joven, en ese sentido supe poner límites y me lo respetaron. Pero sí que me ha pasado con una compañera de piso en mi primer año de universitaria, que avisaba pero se te sentaba encima de la cama a hablar e igual yo estaba leyendo o estudiando y no me apetecía. Y mi maravillosa suegra, esa que tanto quiero, que entraba sin siquiera llamar y se ponía a hablarnos como un sin respetar ni que estuviéramos viendo una película.