Tener padrino y estar posicionado te ayuda en todo, pero con este tema yo llegué a una conclusión. Y me refiero al posicionamiento social, que no tiene que ver con el dinero, porque muchos podrán tener mucho estatus pero estar pelados de pasta.
Yo me refiero al estatus.
Hace años trabajé en una empresa financiera de postín, ubicada en una de las mejores zonas de la capital, mucho apellido compuesto, hasta el descendiente de un ilustre español vinculado al mundo científico, entorno de Borja Maris, Cayetanos y Cucas variadas...y os lo digo claramente: no me cambiaba por ninguno de ellos.
La gente de su alrededor les quería por interés, contactos y ascensos, no solo laborales, sino sociales, hasta los matrimonios de esta gente tenían un acuerdo detrás de interés, es como vivir sabiendo que hasta el que se quiere tomar un café contigo te quiere por algo. Esa gente no tenía amigos, tenía intereses, y esa vida, ah, es la mierda, al menos desde el punto de vista de mis valores personales.
Y ya por no mentar la cara B: suicidios en las familias y entornos, familiares en drogas a punta pala (casi todos tenían lo menos dos o tres casos), cuernos, eso por descontado, porque tenían que estar currando horas y horas para llevar ese tren de vida, muy alto por cierto, y eso suponía mucho tiempo fuera de la casa, o eran ellos los adúlteros o las parientas que se quedaban solas en casa y acababan buscándose una compañía. Y hasta la última mona, osea, yo, tenía a alguna trepa de nuestro escalafón social (osea, últimas monas), que eran capaces de hacer cualquier cosa con tal de hacerse la mano derecha del Cayetano de turno. Mis compañeras y veíamos cosas tremendas de la que iba con ganas de pescar al posicionadito mientras trabajaba de recepcionista o secretaria, que a su vez, provocaba otra alteración en el hogar de los Márquez de Quesada, porque la parienta solitaria en el hogar ya veía otra amenaza en la recién ascendida secretaria del marido.
Al final allí las últimas monas como yo, y mis ya ex compañeras, éramos las que mejor vivíamos, salvo la trepa que sin ser de ese mundo quiso pertenecer a él a toda costa (la que peor acabó, pagándolo con creces), nosotras terminábamos nuestro turno y para casa, a nuestros barrios, pero felices. Todavía recuerdo las fotos que les enseñaba a mi compañera la pija y muy trepa de las quedadas con mis amigos esos del barrio, que parecía estar contemplando algo con lo que soñaba. "ala, qué bien os lo tenéis que pasar". Ella llegaba reventada a su casa con un estrés del quince por pretender ser quien no era y encajar en entorno. Por favor, una foto de mi misma con amigos tomando unas simples cervezas en el bar de confianza le parecían la octava maravilla, la envidia y el anhelo, ahí me di cuenta de lo que no tenía en su vida.
El resto de posicionados: mucho cochazo, mucho nombre y apellidos, y mucho descendientes del marqués, pero ese cochazo, ese apellido y esa familia tenían un fuerte precio a pagar.
El posicionamiento podrá ayudar, pero es algo con lo que no sueño. Hemos venido a este mundo cada uno en nuestro destino, unos estarán más arriba, otros estamos más abajo, a mi eso es que me da igual. No sueño nunca con pertenecer a otro escalafón social más alto. Igual me gustaría tener más pasta porque yo sí creo que el dinero ayuda mucho pero que mucho, pero porque pienso con mentalidad de pobre imagino, pero sobre influencias y demás mierdas de aparentar en sociedad y "ser alguien", eso me la pela a raudales. Y la gente que va de ese palo, me da bastante asco.
Ahora si me dieran pasta, pues sinceramente, a mi me ayudaría, para qué nos vamos a engañar.
Yo me refiero al estatus.
Hace años trabajé en una empresa financiera de postín, ubicada en una de las mejores zonas de la capital, mucho apellido compuesto, hasta el descendiente de un ilustre español vinculado al mundo científico, entorno de Borja Maris, Cayetanos y Cucas variadas...y os lo digo claramente: no me cambiaba por ninguno de ellos.
La gente de su alrededor les quería por interés, contactos y ascensos, no solo laborales, sino sociales, hasta los matrimonios de esta gente tenían un acuerdo detrás de interés, es como vivir sabiendo que hasta el que se quiere tomar un café contigo te quiere por algo. Esa gente no tenía amigos, tenía intereses, y esa vida, ah, es la mierda, al menos desde el punto de vista de mis valores personales.
Y ya por no mentar la cara B: suicidios en las familias y entornos, familiares en drogas a punta pala (casi todos tenían lo menos dos o tres casos), cuernos, eso por descontado, porque tenían que estar currando horas y horas para llevar ese tren de vida, muy alto por cierto, y eso suponía mucho tiempo fuera de la casa, o eran ellos los adúlteros o las parientas que se quedaban solas en casa y acababan buscándose una compañía. Y hasta la última mona, osea, yo, tenía a alguna trepa de nuestro escalafón social (osea, últimas monas), que eran capaces de hacer cualquier cosa con tal de hacerse la mano derecha del Cayetano de turno. Mis compañeras y veíamos cosas tremendas de la que iba con ganas de pescar al posicionadito mientras trabajaba de recepcionista o secretaria, que a su vez, provocaba otra alteración en el hogar de los Márquez de Quesada, porque la parienta solitaria en el hogar ya veía otra amenaza en la recién ascendida secretaria del marido.
Al final allí las últimas monas como yo, y mis ya ex compañeras, éramos las que mejor vivíamos, salvo la trepa que sin ser de ese mundo quiso pertenecer a él a toda costa (la que peor acabó, pagándolo con creces), nosotras terminábamos nuestro turno y para casa, a nuestros barrios, pero felices. Todavía recuerdo las fotos que les enseñaba a mi compañera la pija y muy trepa de las quedadas con mis amigos esos del barrio, que parecía estar contemplando algo con lo que soñaba. "ala, qué bien os lo tenéis que pasar". Ella llegaba reventada a su casa con un estrés del quince por pretender ser quien no era y encajar en entorno. Por favor, una foto de mi misma con amigos tomando unas simples cervezas en el bar de confianza le parecían la octava maravilla, la envidia y el anhelo, ahí me di cuenta de lo que no tenía en su vida.
El resto de posicionados: mucho cochazo, mucho nombre y apellidos, y mucho descendientes del marqués, pero ese cochazo, ese apellido y esa familia tenían un fuerte precio a pagar.
El posicionamiento podrá ayudar, pero es algo con lo que no sueño. Hemos venido a este mundo cada uno en nuestro destino, unos estarán más arriba, otros estamos más abajo, a mi eso es que me da igual. No sueño nunca con pertenecer a otro escalafón social más alto. Igual me gustaría tener más pasta porque yo sí creo que el dinero ayuda mucho pero que mucho, pero porque pienso con mentalidad de pobre imagino, pero sobre influencias y demás mierdas de aparentar en sociedad y "ser alguien", eso me la pela a raudales. Y la gente que va de ese palo, me da bastante asco.
Ahora si me dieran pasta, pues sinceramente, a mi me ayudaría, para qué nos vamos a engañar.