Hola primas! Intentaré resumirlo lo mejor posible, pero es un tema que ya me está agobiando un poco y no sé cómo abordarlo. Os cuento.
Llevo de Erasmus poco más de un mes. Desde entonces, me he enrollado con 3 chicos, uno de los cuales es español y forma parte del grupo que hemos formado aquí. Nos conocemos de hace unas 3 semanas. Pues bien, ese chico, llamémosle Carlos, es la razón por la que abro este hilo.
La primera vez que nos enrollamos fue hace 3 semanas. La verdad es que muy bien, me sentí muy cómoda con él en todo momento. El problema está en que al día siguiente, me evitaba con la mirada cuando estábamos en grupo y si yo no me acercaba a él para hablar y preguntarle qué tal, él no lo hacía. No pretendía acercarme a él con intenciones románticas, solo hablar como con un amigo más. Nos liamos por segunda vez, siempre de fiesta, habiendo bebido los dos, y de nuevo al día siguiente, si te he visto no me acuerdo. Le pregunté si tenía algún problema conmigo y le dije que no estaría mal que me mirase y no me ignorase al día siguiente, a lo que me respondió que así lo haría, y que yo era una de las que mejor le caía del grupo. El cambio le duró poco.
Nos enrollamos una tercera y última vez, de nuevo de fiesta. Cabe destacar que esa noche antes de enrollarnos me contó un problema que tenía con un amigo de nuestro grupo, al que conoce de unos cuantos años, pues ambos estudian lo mismo. Le apoyé y le dije que si necesitaba algo, que me lo hiciera saber. Al día siguiente, tuvo un problema con el casero (no viene a cuento contarlo) y yo le mostré mi apoyo, justo como haría con cualquier otro amigo. Estaba disgustado por el problema que había tenido con su casero, como es lógico. Esa misma noche salimos unos pocos del grupo de fiesta, pero estaban todos de capa caída, por lo que yo procuraba animar el ambiente y tratar de que entrásemos a la discoteca, a lo que Carlos dijo que era muy insistente, y que cada uno hiciese lo que quisiese. Primas, os aseguro que no fui pesada en ningún momento, el fue el único que se sintió "presionado". Evidentemente, la bordería me sentó bastante mal, y nuestros amigos se quedaron bastante cortados sin saber qué decir. Pero me sentó especialmente mal por todo lo que he contado arriba: apenas mirarme y hablarme y, pese a ello, haberle apoyado con sus movidas. Me sentí bastante gilipollas y lloré un poco.
Todo esto ocurrió hace una semana. Desde entonces, la relación (de amistad) ha ido cada vez a peor. Hablé con su amigo, llamémosle Javier, y me dijo que no me rayase, que Carlos era un poco (bastante) especialito y que él, en 5 años de amistad, no termina de pillarle. Que es muy independiente, que va a su bola, que es muy hermético, lo cual me parece genial, porque cada uno es como es, pero una cosa es eso y otra cosa es ser un maleducado. Por lo que, tras ver que seguía en sus trece, esta semana me enrollé en un pub con un extranjero (no lo hice por despecho, simplemente me apetecía), estando él delante. Aunque es cierto que habíamos dicho que no nos liaríamos con terceros estando uno de los dos presentes, al ver que seguía igual, decidí que no iba a ir más detrás de él. Pues al día siguiente yo ya no existía para él. Por lo que de nuevo, hablé con Javier y le pregunté por Carlos, y me dijo que le daba igual que me hubiese liado con otro, pero que había mejores formas de hacerlo (no delante de él), pero que no había hecho nada malo porque entre Carlos y yo no hay nada, ni siquiera estábamos de rollo. Me dijo que dejase que se enfriasen las cosas y que esto no iba a afectar al grupo. Anoche, antes de salir de fiesta, le pregunté si estaba picado conmigo y me dijo que no. Así que nada, salimos de fiesta y en fin, hasta una amiga del grupo se dio cuenta de que me evitaba con la mirada, y si en algún momento estaba más cerca de él, se iba a otro lado. Cuando salimos del pub, intenté hablar algo con él, pero nada, no había forma. En el ascensor del piso le dije si quería hacer algo, y me dijo que no creía que fuese el momento.
El hecho de que entre Carlos y yo no vaya a pasar nada más me da igual, la verdad. Lo que me preocupa es que esta hostilidad por su parte repercuta en el buen rollo del grupo. A mí no me nace ignorar a alguien con quien comparto grupo, me hace sentir muy mal, y la gente se da cuenta de ello. Yo con el grupo me llevo bastante bien, tengo más afinidad con unos que con otros como es normal, pero todo bien. Sin embargo, he notado a Javier un poco raro conmigo, y el instinto me dice que algo anda mal. No termino de fiarme de Javier, por lo que no le he contado nada en particular sobre Carlos.
Qué haríais vosotras? Os leo.
Llevo de Erasmus poco más de un mes. Desde entonces, me he enrollado con 3 chicos, uno de los cuales es español y forma parte del grupo que hemos formado aquí. Nos conocemos de hace unas 3 semanas. Pues bien, ese chico, llamémosle Carlos, es la razón por la que abro este hilo.
La primera vez que nos enrollamos fue hace 3 semanas. La verdad es que muy bien, me sentí muy cómoda con él en todo momento. El problema está en que al día siguiente, me evitaba con la mirada cuando estábamos en grupo y si yo no me acercaba a él para hablar y preguntarle qué tal, él no lo hacía. No pretendía acercarme a él con intenciones románticas, solo hablar como con un amigo más. Nos liamos por segunda vez, siempre de fiesta, habiendo bebido los dos, y de nuevo al día siguiente, si te he visto no me acuerdo. Le pregunté si tenía algún problema conmigo y le dije que no estaría mal que me mirase y no me ignorase al día siguiente, a lo que me respondió que así lo haría, y que yo era una de las que mejor le caía del grupo. El cambio le duró poco.
Nos enrollamos una tercera y última vez, de nuevo de fiesta. Cabe destacar que esa noche antes de enrollarnos me contó un problema que tenía con un amigo de nuestro grupo, al que conoce de unos cuantos años, pues ambos estudian lo mismo. Le apoyé y le dije que si necesitaba algo, que me lo hiciera saber. Al día siguiente, tuvo un problema con el casero (no viene a cuento contarlo) y yo le mostré mi apoyo, justo como haría con cualquier otro amigo. Estaba disgustado por el problema que había tenido con su casero, como es lógico. Esa misma noche salimos unos pocos del grupo de fiesta, pero estaban todos de capa caída, por lo que yo procuraba animar el ambiente y tratar de que entrásemos a la discoteca, a lo que Carlos dijo que era muy insistente, y que cada uno hiciese lo que quisiese. Primas, os aseguro que no fui pesada en ningún momento, el fue el único que se sintió "presionado". Evidentemente, la bordería me sentó bastante mal, y nuestros amigos se quedaron bastante cortados sin saber qué decir. Pero me sentó especialmente mal por todo lo que he contado arriba: apenas mirarme y hablarme y, pese a ello, haberle apoyado con sus movidas. Me sentí bastante gilipollas y lloré un poco.
Todo esto ocurrió hace una semana. Desde entonces, la relación (de amistad) ha ido cada vez a peor. Hablé con su amigo, llamémosle Javier, y me dijo que no me rayase, que Carlos era un poco (bastante) especialito y que él, en 5 años de amistad, no termina de pillarle. Que es muy independiente, que va a su bola, que es muy hermético, lo cual me parece genial, porque cada uno es como es, pero una cosa es eso y otra cosa es ser un maleducado. Por lo que, tras ver que seguía en sus trece, esta semana me enrollé en un pub con un extranjero (no lo hice por despecho, simplemente me apetecía), estando él delante. Aunque es cierto que habíamos dicho que no nos liaríamos con terceros estando uno de los dos presentes, al ver que seguía igual, decidí que no iba a ir más detrás de él. Pues al día siguiente yo ya no existía para él. Por lo que de nuevo, hablé con Javier y le pregunté por Carlos, y me dijo que le daba igual que me hubiese liado con otro, pero que había mejores formas de hacerlo (no delante de él), pero que no había hecho nada malo porque entre Carlos y yo no hay nada, ni siquiera estábamos de rollo. Me dijo que dejase que se enfriasen las cosas y que esto no iba a afectar al grupo. Anoche, antes de salir de fiesta, le pregunté si estaba picado conmigo y me dijo que no. Así que nada, salimos de fiesta y en fin, hasta una amiga del grupo se dio cuenta de que me evitaba con la mirada, y si en algún momento estaba más cerca de él, se iba a otro lado. Cuando salimos del pub, intenté hablar algo con él, pero nada, no había forma. En el ascensor del piso le dije si quería hacer algo, y me dijo que no creía que fuese el momento.
El hecho de que entre Carlos y yo no vaya a pasar nada más me da igual, la verdad. Lo que me preocupa es que esta hostilidad por su parte repercuta en el buen rollo del grupo. A mí no me nace ignorar a alguien con quien comparto grupo, me hace sentir muy mal, y la gente se da cuenta de ello. Yo con el grupo me llevo bastante bien, tengo más afinidad con unos que con otros como es normal, pero todo bien. Sin embargo, he notado a Javier un poco raro conmigo, y el instinto me dice que algo anda mal. No termino de fiarme de Javier, por lo que no le he contado nada en particular sobre Carlos.
Qué haríais vosotras? Os leo.