Te recomiendo el libro de mi niño no me come, del pediatra Carlos Gonzalez.
De todas maneras, en el tema de alimentación, obsesionarse es malo. Los niños que mueren de hambre están en países donde no hay comida. No mueren de hambre porque no les gusta lo que hay en el plato.
Al final si tú les ofreces opciones sanas y no caes en el "ay pobre, ha comido poco así que voy a darle este bollo para que no quede con hambre".
Lo que no haya comido en el desayuno o en la comida, ya tomará de más en la merienda o en la cena o al día siguiente.
También es importante lo del peso, si el pediatra dice que esta bien y tú la ves activa, esta comiendo lo que necesita, que no tiene que ser lo que tú quieres.
Y luego en los grupos de alimentos, por ejemplo, el mío come mal la carne, yo se la sigo ofreciendo. Pero si toma algo de pescado, algún huevo a veces ya está metiendo proteínas. Le flipan las legumbres, pues lo mismo, ya lleva proteína.
No es necesario que el niño por ejemplo como fresas si no le gustan, meterlas a la fuerza hace que les coja tirria. Se las puedes ofrecer junto con más cosas para que las siga probando e igual en una de estas cambia de opinión y descubre que le gustan. Pero le puedes dar la fruta que le guste más.
Una frase que resume la filosofía del libro que te recomiendo es que la obligación de los padres es mirar la calidad de lo que le ofrecen al niño y la decisión del niño es la cantidad que va a comer.
De todas maneras, en el tema de alimentación, obsesionarse es malo. Los niños que mueren de hambre están en países donde no hay comida. No mueren de hambre porque no les gusta lo que hay en el plato.
Al final si tú les ofreces opciones sanas y no caes en el "ay pobre, ha comido poco así que voy a darle este bollo para que no quede con hambre".
Lo que no haya comido en el desayuno o en la comida, ya tomará de más en la merienda o en la cena o al día siguiente.
También es importante lo del peso, si el pediatra dice que esta bien y tú la ves activa, esta comiendo lo que necesita, que no tiene que ser lo que tú quieres.
Y luego en los grupos de alimentos, por ejemplo, el mío come mal la carne, yo se la sigo ofreciendo. Pero si toma algo de pescado, algún huevo a veces ya está metiendo proteínas. Le flipan las legumbres, pues lo mismo, ya lleva proteína.
No es necesario que el niño por ejemplo como fresas si no le gustan, meterlas a la fuerza hace que les coja tirria. Se las puedes ofrecer junto con más cosas para que las siga probando e igual en una de estas cambia de opinión y descubre que le gustan. Pero le puedes dar la fruta que le guste más.
Una frase que resume la filosofía del libro que te recomiendo es que la obligación de los padres es mirar la calidad de lo que le ofrecen al niño y la decisión del niño es la cantidad que va a comer.