Mal rollito con familiares

Uffff esq yo no voy a casa de nadie qllevo diez años sin ver y más cuando tu padre ( q ojo tenía sus razones) estuvo dos años sin querer quedar con ella y creo qhablas de quedar no de alojar.
Mira si t soy sincera no sé si t hubiera dado alojamiento, igual si x los diez años q ha estado con su marido quedando con tu madre asiq creo q cabezonas y mandonas pero q tb se han portado bien.
La próxima rascada d bolsillo y hotel q tenemos muy arraigado en España eso d ir a casas ajenas d vacas y muchas veces no resulta.
De hecho, cuando mi madre se enteró del plan, me dijo: ¿Pero estás loca? ¿Alojarte en su casa? Con la mala leche que tiene, va a haber roce seguro. Me dijo que me fuera a un hotel y no hice caso. Pensé que en su casa estaría más segura por el covid. Las madres son sabias.
Por cierto, que le dije: ¿Pero cómo que mala leche? Sí, sí, mal carácter. Me dejó extrañada, pero está visto que ella la conoce mejor .
 
¿Cuántos años tienes, @Dowie ? Es que tal y como lo cuentas parece que para ellos seas la niña de 15 años que viene a pasar unos días y hay que estar encima de ella todo el rato. A ver, yo entiendo lo de "mi casa, mis normas" pero hasta cierto punto. También es verdad que si supiese que la organización es más estricta que en un viaje organizado no iría, supongo que para la próxima vez lo has aprendido.

Yo como anfitriona puedo organizar cosas para las visitas pero no imponerlas, no se me ocurriría decir que me da igual lo que te aptezca hacer, que vamos a hacer esto y punto. Pero parece que tus tíos son de la vieja escuela y no conciben que no quieras hacer todo lo propuesto, así que por desgracia no puedes hacer mucho más que aguantar el cahparrón y desde luego no sentirte mala sobrina y no volver a alojarte con ellos.
Tengo cuarenta y tantos. La tía con la que me alojo tiene 69 y su hermana, 75.
 
Tengo cuarenta y tantos. La tía con la que me alojo tiene 69 y su hermana, 75.
He leído tus últimos mensajes... Una persona a la que llevas 10 años sin ver (y sin contacto en este tiempo) es un desconocido. Yo no me hubiese ido ni loca a casa de una prima de mi madre a la que llevo tanto sin ver pero desde luego su actitud hacia una persona de cuarenta y tantos también es de traca. Aunque entiendo que a su edad sea lo normal, puede que incluso consideren raro o algo peor que una mujer haga cosas como ir a la playa sola.

Esto lo digo porque mi abuela era una poco así. Y mira que era moderna en muchos aspectos pero el "qué dirán" lo tenía muy metido dentro. Mis abuelos veraneaban en el piso de unos familiares suyos, se lo alquilaban por 3 meses en verano. Mis padres y yo solíamos ir una o dos semanas, sobre todo cuando yo era pequeña. Conforme me hice mayor íbamos menos, a mis padres no les estusiasma la playa y yo también iba haciendo mis planes. Los últimos años fui un par de veces yo sola a pasar el finde. Estoy hablando de cuando yo ya tenía 22-24 años. Solía aprovechar para visitar a una amiga que vivía cerca y pasaba un par de días con mis abuelos y luego me iba donde mi amiga o al revés. Bueno, pues mi abuela no me quería dejar ni a sol ni a sombra, no concebía que yo por la tarde quisiera bajar a la playa porque ellos tenían una rutina muy clara (desayuno, playa, comida, siesta, paseo por ídem marítimo, cena y a la cama) y que yo quisiera ir a la playa por la tarde y sola la descolocaba completamente. Si hasta me quería acompañar para que no fuese sola porque iban a pensar que no tenía amigos! Y a ver, yo el resto del año a mis abuelos los veía todas las semanas porque vivían al lado y había confianza para decirle que no, pero eso de alguien menos cercano me hubiese hecho no haber vuelto nunca.
 
Bueno, pues son unos días. Entiendo que te hayas sentido mal, pero no te vas a quedar ahí un mes. No entiendo bien el propósito del hilo.
 
Espero que tus tías no manejen internet, porque estás contando por cada detalle...
Yo creo que os complicais demasiado la vida. Ellas y tú.
 
Te explico un poco.
Estas señoras son primas de mi madre. De jóvenes se fueron a la otra punta de España y se vienen por mi zona en vacaciones. Tienen buena relación con mi madre, pero sólo las veo un par de veces en verano.
La mayor tiene 75 y la más joven, con la que me alojé, tiene 69. Esta señora está viuda, su marido murió hace 10 años.
A raíz de la muerte de su marido, dejó de venir en vacaciones. Mi madre la llamó muchas veces para pedirle que volviera y no quiso. A partir de entonces, pasó todas las vacaciones en el extranjero con un grupo de amigas. De ahí dedujimos que quien tenía interés en venir era su marido.
En los veranos de 2020 y 2021, sí que volvió de vacaciones y quiso quedar con mi madre. Ella se negó rotundamente. Interpreta que regresó porque, al estar la cosa muy difícil o imposible con los viajes internacionales con las amigas, esta era la mejor opción, como un segundo plato. Además, venía con sus hijos, uno de ellos es médico en una planta covid, y en el primer verano mis padres estaban sin vacunar. Sí que quedaron con otros familiares.
Yo no quería estar sola exactamente. Pero me he sentido muy agobiada por mi tía. Llevaba sin verla diez años, exactamente desde el funeral de su marido, y la encontré muy cambiada de carácter. Tal vez fuera el paso del tiempo o que entonces siempre la veía con él, que era una persona con mucho carisma. De hecho, él era la persona que más me gustaba de esta familia de aquí. A veces pienso que esto no habría pasado si él estuviera.
Los dos días que estuve sin ella (viernes y lunes), porque estaba en el trabajo, me llamó o me envió WhatsApps aproximadamente cada hora para preguntarme dónde estaba o qué estaba haciendo. Luego, me he dado cuenta que tiene un carácter similar con sus hijos. De hecho, llego a decirme que no podía evitar ser controladora con ellos. Sus hijos son treintañeros.
Respecto a lo de comer en terraza o interior. Antes de venirme, yo estaba muy dudosa y hablé con ella respecto al covid. Me dijo que podía estar muy tranquila en ese sentido porque ella era muy cuidadosa. De hecho, entre los familiares del otro lado se comenta que su hijo mayor vivía hasta hace poco con ella y dejó la casa agobiado por el protocolo covid que impuso la madre en la casa. Yo específicamente no le dije que no quería comer en interiores, y llevaba sin hacerlo desde marzo de 2020, pero entendí que una persona así no lo hace.
Por eso mi sorpresa, cuando me dice que ha reservado en un restaurante para comer en interior. Estamos hablando de una persona que va por la calle con mascarilla FPP2, que increpa a personas que no siguen las normas, que lleva guantes en el tren, que va por la calle por al sol que más calienta a propósito para tener mayor distancia de seguridad. Poco antes de entrar al restaurante, estábamos haciendo cola para entrar en la catedral y montó un pollo porque la persona de detrás estaba a menos de un metro, un turista extranjero que no entendía nada. Y ella con mascarilla, eh.
No entendía el empeño en comer dentro hasta que llegué al restaurante. Pertenecía a un hotel de lujo y la decoración era todo oropel. El restaurante tenía opción de comer en exterior, pero era una solución improvisada por la pandemia, no era tipo la terraza del Ritz. Simplemente, habían puesto unas mesas, sillas y toldos en la calle. Sin glamour. Sin decorado de amor y lujo. El plato del día, carísimo lógicamente. El glamour tiene un precio. Por cierto, ¿a ti te invitan a un sitio, pagando tú, y ni siquiera te preguntan si quieres ir?. "Ahora ya he reservado y no lo voy a cambiar".
Durante el tiempo que estuve dentro del restaurante, yo mantuve la mascarilla puesta excepto para el momento de comer, y ella no. De hecho, me insistió varias veces en que me la quitara "porque en este sitio no hay covid". Debe ser que el bichito es pobre y tiene prohibida la entrada en ambientes selectos.
Pues chica, sabiendo lo que sabías no entiendo el por qué de ir, la verdad.
 
Te han utilizado para salir, seguro que sin tu presencia no hubieran hecho esos planes. Estarían aburridas y vieron en tí una forma de salir. El restaurante guay y al día siguiente, para compensar: bocadillos.

Antes de ir, es mejor hablar de lo que quiere hacer: descansar, pasear, ver la ciudad a tu aire. Tomar el aperitivo o invitarles a comer un día, pero ya.

Se les abrió el cielo con tu visita. Si las veo egoístas, sí.
 
Solo puedo decir que mi regla número uno es no alojarme en casas de familiares, ni de sangre ni políticos.

Gastas más dinero pero ahorras en explicaciones, me parece que compensa.
 
Espero que estés en tu casa ya mañana, tranquila y bien. Ya se ha pasado todo.
Recuerda la experiencia para aprender de ella.

Un abrazo fuerte, prima
 
Hola primis

Estoy unos días invitada en casa de unos familiares y la cosa no va bien.

El caso es que mi tía me invitó a pasar unos días en su casa, en la otra punta de España. Ella es viuda, sus hijos ya no viven en casa y le sobran habitaciones. Yo en los últimos tiempos he pasado por una racha muy mala, con mucho stress por diversos problemas, que afortunamente ya se están solucionando y necesitaba desconectar. La iniciativa de invitarme fue de mi tía y yo acepté, pero le dije que lo único que me apetecía era pasear tranquilamente por la ciudad e ir algún día a la playa. Ella trabaja y tiene que madrugar mucho por la mañana, así que me dijo que me dejaría las llaves y estaría conmigo el fin de semana.

El día anterior al viaje, me avisó que su hermana y el marido de ésta irían a recogerme al aeropuerto para llevarme luego a su casa. Mi tía vive en las afueras de una gran ciudad, en una urbanización cerca de la playa. Tiene tren de cercanías, en 30 minutos estás en el centro de la ciudad.

Cuando llegamos a casa de mi tía, mi otra tía (su hermana) me dice que para mañana ha organizado una visita a la ciudad, cosa que no me entusiasmó ciertamente. La anfitriona me explicó que cuando me fuera por la mañana, al día siguiente, debía poner la alarma antirobo y después, debía avisar a mi otra tía para que nos encontrásemos en cierto sitio. Yo les dije que no pensaba madrugar y que llegaría media mañana. Lo que me apetecía en realidad era irme temprano y pasear un rato yo sola a mi aire.

Craso error. Lo que no sabía es que, al activar la alarma, mi tía recibía una notificación en una app del móvil. Así que al salir avisó a su hermana y, al yo llegar a andén de la estación donde habíamos quedado, estaba esperándome allí, en el mismo andén. Después hubo reproches por esto.

Mi otra tía lo tenía todo organizado, se hizo todo el día lo que ella quiso, o casi. Llevaba un paquete con bocadillos para comer, pero yo le dije que prefería el plato del día y la invitaba. Comimos en una terraza.

Ayer sábado estaba previsto que iría con la anfitriona a pasear por el centro. Me dice que ha quedado con una amiga suya para comer en un restaurante y ha reservado para tres. La reserva era en un interior y le pedí si podía cambiarla a la terraza, puesto que aún tengo precaucación por el covid y convivo con una persona de riesgo (aunque vacunado) y me dijo que ya había reservado “y no lo voy a cambiar”. A todo esto, está medio paranoica con el covid: en el tren a la ciudad, increpó de malos modos a varias personas por no llevar mascarilla o llevarla mal puesta, me riñó por tocar un pasamanos en El Corte Inglés (me pidió que me echara gel hidroalcohólico inmediatamente, con aspavientos) y va con mascarilla FPP2 por la calle. Pero come en el interior porque “en este restaurante no hay covid” (textual). La amiga supermaja y fue un alivo porque durante ese tiempo no me prestó atención.

Hoy domingo, les había dicho que me apetecía ir a una playa concreta. Me dijeron que no podía ser, pero me ofrecieron otra que no estaba mal y acepté. El sábado por la noche, la otra tía llama y ofrece cambiar plan a otra cosa totalmente distinta, de montaña, y, aunque me fastidía, acepto por no liarla. Comeríamos en una terraza. Cuando llegamos al punto de encuentro con los otros tíos, van y cambian el plan. Ahora la comida va a ser en su casa (interior). Yo me pongo de mal humor. Pido ir a una terraza a comer como estaba previsto. No puede ser porque ya está la comida preparada e incluso han dejado la mesa con el mantel puesto.

Vamos al sitio en cuestión, a ver un monumento muy turístico, y lógicamente se necesita entrada y cita previa, cosa que no habían previsto. “Pues antes no era así”. Después de muchos kilómetros lo vemos por fuera y pa casa a comer. Después de comer, la anfitriona propone un nuevo plan que no me apetece nada. “Es que yo quería ir a la playa”, digo. Mi tía da un manotazo con mala leche y dice: “pues venga, a la playa”. Su hermana dice que tiene la mañana del lunes muy complicada, pero que puede hacer un hueco para acompañarme. Yo le digo que mejor que no. Mi tía dice “si lo que quiere es estar sola”. Nos despedimos, los tíos disgustados conmigo.

Voy con mi tía a la casa, para ponerme el bikini, y salimos para la playa. Cuando llegamos una vez que pongo la toalla en la arena, a las cuatro y media de la tarde, me dice que solamente vamos a estar una hora en la playa. ¿Solamente una hora? ¿Por qué? Porque es el primer día, y el primer día solamente puedes estar una hora. Y porque ha dejado el coche en un parking que es gratuito la primera hora, después cobran un euro por cada hora extra. Vamos, un pastizal. Ahí ya me amargo. De camino a casa le digo que me deje en un sitio y que ya vuelvo yo sola a casa dando un paseo.

Mañana creo que voy a poder ir sola a la ciudad. Me siento una mala sobrina y una mala persona. He llamado a mi madre y ella me dice que la culpa es mía porque si vas de visita a una casa tienes que adaptarte a lo que te ofrezcan.

Me marcho el martes y estoy deseando volver a mi casa.
Pues yo, si son tus vacaciones y no estás a gusto, cojo la maleta y para mí casa que me vuelvo.
No le veo más problema
 

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