Mal rollito con familiares

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Hola primis

Estoy unos días invitada en casa de unos familiares y la cosa no va bien.

El caso es que mi tía me invitó a pasar unos días en su casa, en la otra punta de España. Ella es viuda, sus hijos ya no viven en casa y le sobran habitaciones. Yo en los últimos tiempos he pasado por una racha muy mala, con mucho stress por diversos problemas, que afortunamente ya se están solucionando y necesitaba desconectar. La iniciativa de invitarme fue de mi tía y yo acepté, pero le dije que lo único que me apetecía era pasear tranquilamente por la ciudad e ir algún día a la playa. Ella trabaja y tiene que madrugar mucho por la mañana, así que me dijo que me dejaría las llaves y estaría conmigo el fin de semana.

El día anterior al viaje, me avisó que su hermana y el marido de ésta irían a recogerme al aeropuerto para llevarme luego a su casa. Mi tía vive en las afueras de una gran ciudad, en una urbanización cerca de la playa. Tiene tren de cercanías, en 30 minutos estás en el centro de la ciudad.

Cuando llegamos a casa de mi tía, mi otra tía (su hermana) me dice que para mañana ha organizado una visita a la ciudad, cosa que no me entusiasmó ciertamente. La anfitriona me explicó que cuando me fuera por la mañana, al día siguiente, debía poner la alarma antirobo y después, debía avisar a mi otra tía para que nos encontrásemos en cierto sitio. Yo les dije que no pensaba madrugar y que llegaría media mañana. Lo que me apetecía en realidad era irme temprano y pasear un rato yo sola a mi aire.

Craso error. Lo que no sabía es que, al activar la alarma, mi tía recibía una notificación en una app del móvil. Así que al salir avisó a su hermana y, al yo llegar a andén de la estación donde habíamos quedado, estaba esperándome allí, en el mismo andén. Después hubo reproches por esto.

Mi otra tía lo tenía todo organizado, se hizo todo el día lo que ella quiso, o casi. Llevaba un paquete con bocadillos para comer, pero yo le dije que prefería el plato del día y la invitaba. Comimos en una terraza.

Ayer sábado estaba previsto que iría con la anfitriona a pasear por el centro. Me dice que ha quedado con una amiga suya para comer en un restaurante y ha reservado para tres. La reserva era en un interior y le pedí si podía cambiarla a la terraza, puesto que aún tengo precaucación por el covid y convivo con una persona de riesgo (aunque vacunado) y me dijo que ya había reservado “y no lo voy a cambiar”. A todo esto, está medio paranoica con el covid: en el tren a la ciudad, increpó de malos modos a varias personas por no llevar mascarilla o llevarla mal puesta, me riñó por tocar un pasamanos en El Corte Inglés (me pidió que me echara gel hidroalcohólico inmediatamente, con aspavientos) y va con mascarilla FPP2 por la calle. Pero come en el interior porque “en este restaurante no hay covid” (textual). La amiga supermaja y fue un alivo porque durante ese tiempo no me prestó atención.

Hoy domingo, les había dicho que me apetecía ir a una playa concreta. Me dijeron que no podía ser, pero me ofrecieron otra que no estaba mal y acepté. El sábado por la noche, la otra tía llama y ofrece cambiar plan a otra cosa totalmente distinta, de montaña, y, aunque me fastidía, acepto por no liarla. Comeríamos en una terraza. Cuando llegamos al punto de encuentro con los otros tíos, van y cambian el plan. Ahora la comida va a ser en su casa (interior). Yo me pongo de mal humor. Pido ir a una terraza a comer como estaba previsto. No puede ser porque ya está la comida preparada e incluso han dejado la mesa con el mantel puesto.

Vamos al sitio en cuestión, a ver un monumento muy turístico, y lógicamente se necesita entrada y cita previa, cosa que no habían previsto. “Pues antes no era así”. Después de muchos kilómetros lo vemos por fuera y pa casa a comer. Después de comer, la anfitriona propone un nuevo plan que no me apetece nada. “Es que yo quería ir a la playa”, digo. Mi tía da un manotazo con mala leche y dice: “pues venga, a la playa”. Su hermana dice que tiene la mañana del lunes muy complicada, pero que puede hacer un hueco para acompañarme. Yo le digo que mejor que no. Mi tía dice “si lo que quiere es estar sola”. Nos despedimos, los tíos disgustados conmigo.

Voy con mi tía a la casa, para ponerme el bikini, y salimos para la playa. Cuando llegamos una vez que pongo la toalla en la arena, a las cuatro y media de la tarde, me dice que solamente vamos a estar una hora en la playa. ¿Solamente una hora? ¿Por qué? Porque es el primer día, y el primer día solamente puedes estar una hora. Y porque ha dejado el coche en un parking que es gratuito la primera hora, después cobran un euro por cada hora extra. Vamos, un pastizal. Ahí ya me amargo. De camino a casa le digo que me deje en un sitio y que ya vuelvo yo sola a casa dando un paseo.

Mañana creo que voy a poder ir sola a la ciudad. Me siento una mala sobrina y una mala persona. He llamado a mi madre y ella me dice que la culpa es mía porque si vas de visita a una casa tienes que adaptarte a lo que te ofrezcan.

Me marcho el martes y estoy deseando volver a mi casa.
 
y ella me dice que la culpa es mía porque si vas de visita a una casa tienes que adaptarte a lo que te ofrezcan.
Hola!!!
Tu mamá tiene más razón que un santo, es que nadie manda en casa ajena dice la estrofa de una canción ranchera, seré una rara avis, pero si hay una cosa a la que le huyo es precisamente a eso: llegar de visita a un lugar y permanecer allí mucho tiempo, recordando un refrán popular acá en estos lares latinoamericanos: El muerto, el arrimado y el pescado, al tercer día apestan no queda más que hacer sino adaptarte como bien dijo tu mamá.

Esperando que esta terrible experiencia terminé pronto, tengas un excelente regreso a casa y sobre todo que todo lo que estás pasando te sirva de lección.
 
Ante todo, siento mucho que tengas que estar sufriendo esta situación.

Es verdad que ir a casa de alguien ya te "coloca" un poco en situación de "dependencia" pero la actitud de los otros es fundamental para que se pueda convivir. Parece que hablas de personas que no respetan el espacio ajeno, que invaden y que no tienen sensibilidad ante las necesidades ajenas.
Poco se puede hacer ya, prima, personas así a una determinada edad ya no cambian...
Espera al martes como agua de mayo y no te juzgues. Aprende de la experiencia para que te sirva para saber dónde no meterte en otra ocasión.

Un abrazo y piensa que ya mañana es lunes, se pasa volando.
 
Prima, es complicado. Hay gente que opina Mi casa, mis normas. No estás en un hotel y no te queda otra que adaptarte, ya lo sabes para otra vez..

Trata de disfrutar y sacar lo positivo el tiempo que te queda. Cuando uno quiere estar solo la mejor solución suele ser irse solo. Cada uno tiene una idea distinta de lo que eso significa, puede que hayan pensado perfectamente que lo que necesitas es apoyo y por eso actúen así. También hay gente que cuando hace de anfitrión se mete tanto en el papel que piensa más en su misma que en cómo se pueda sentir el invitado. 🤷🏼‍♀️
 
Tu madre tiene toda la razón. Es lo malo de quedarte en casas ajenas, que tienes que hacer cosas que no son de tu rollo, o aguantar familiares cuando tu eres muy independiente, por ejemplo.
Pero esto te ha servido para aprender la lección, en las casas de familiares no se queda una, a no ser que éstos sean directos o amigos muy íntimos, es decir, entornos donde hay confianza para decir que algo no te gusta.
La próxima vez si quieres playita e ir a tu rollo? hotel.
 
Creo que tu familia está intentando ser amable contigo y dedicarte tiempo. Entiendo que pensarán que lo importante es que paséis tiempo juntos, y por eso organizan esas cosas. Si lo que quieres es estar sola de verdad, o te pillas un hotel y te vas sola, o intentas que quede claro que te gustaría pasar parte del tiempo a tu bola y dedicar otra parte a quedar con tu familia (por ejemplo, mañana me pillo un tren o lo que sea y me voy a la playa, y a la tarde vuelvo y salimos a cenar por ahí). Pero no creo que sea justo reprocharles nada porque lo que intentan es "entretenerte" ya que estás de visita.
 
Hola primis

Estoy unos días invitada en casa de unos familiares y la cosa no va bien.

El caso es que mi tía me invitó a pasar unos días en su casa, en la otra punta de España. Ella es viuda, sus hijos ya no viven en casa y le sobran habitaciones. Yo en los últimos tiempos he pasado por una racha muy mala, con mucho stress por diversos problemas, que afortunamente ya se están solucionando y necesitaba desconectar. La iniciativa de invitarme fue de mi tía y yo acepté, pero le dije que lo único que me apetecía era pasear tranquilamente por la ciudad e ir algún día a la playa. Ella trabaja y tiene que madrugar mucho por la mañana, así que me dijo que me dejaría las llaves y estaría conmigo el fin de semana.

El día anterior al viaje, me avisó que su hermana y el marido de ésta irían a recogerme al aeropuerto para llevarme luego a su casa. Mi tía vive en las afueras de una gran ciudad, en una urbanización cerca de la playa. Tiene tren de cercanías, en 30 minutos estás en el centro de la ciudad.

Cuando llegamos a casa de mi tía, mi otra tía (su hermana) me dice que para mañana ha organizado una visita a la ciudad, cosa que no me entusiasmó ciertamente. La anfitriona me explicó que cuando me fuera por la mañana, al día siguiente, debía poner la alarma antirobo y después, debía avisar a mi otra tía para que nos encontrásemos en cierto sitio. Yo les dije que no pensaba madrugar y que llegaría media mañana. Lo que me apetecía en realidad era irme temprano y pasear un rato yo sola a mi aire.

Craso error. Lo que no sabía es que, al activar la alarma, mi tía recibía una notificación en una app del móvil. Así que al salir avisó a su hermana y, al yo llegar a andén de la estación donde habíamos quedado, estaba esperándome allí, en el mismo andén. Después hubo reproches por esto.

Mi otra tía lo tenía todo organizado, se hizo todo el día lo que ella quiso, o casi. Llevaba un paquete con bocadillos para comer, pero yo le dije que prefería el plato del día y la invitaba. Comimos en una terraza.

Ayer sábado estaba previsto que iría con la anfitriona a pasear por el centro. Me dice que ha quedado con una amiga suya para comer en un restaurante y ha reservado para tres. La reserva era en un interior y le pedí si podía cambiarla a la terraza, puesto que aún tengo precaucación por el covid y convivo con una persona de riesgo (aunque vacunado) y me dijo que ya había reservado “y no lo voy a cambiar”. A todo esto, está medio paranoica con el covid: en el tren a la ciudad, increpó de malos modos a varias personas por no llevar mascarilla o llevarla mal puesta, me riñó por tocar un pasamanos en El Corte Inglés (me pidió que me echara gel hidroalcohólico inmediatamente, con aspavientos) y va con mascarilla FPP2 por la calle. Pero come en el interior porque “en este restaurante no hay covid” (textual). La amiga supermaja y fue un alivo porque durante ese tiempo no me prestó atención.

Hoy domingo, les había dicho que me apetecía ir a una playa concreta. Me dijeron que no podía ser, pero me ofrecieron otra que no estaba mal y acepté. El sábado por la noche, la otra tía llama y ofrece cambiar plan a otra cosa totalmente distinta, de montaña, y, aunque me fastidía, acepto por no liarla. Comeríamos en una terraza. Cuando llegamos al punto de encuentro con los otros tíos, van y cambian el plan. Ahora la comida va a ser en su casa (interior). Yo me pongo de mal humor. Pido ir a una terraza a comer como estaba previsto. No puede ser porque ya está la comida preparada e incluso han dejado la mesa con el mantel puesto.

Vamos al sitio en cuestión, a ver un monumento muy turístico, y lógicamente se necesita entrada y cita previa, cosa que no habían previsto. “Pues antes no era así”. Después de muchos kilómetros lo vemos por fuera y pa casa a comer. Después de comer, la anfitriona propone un nuevo plan que no me apetece nada. “Es que yo quería ir a la playa”, digo. Mi tía da un manotazo con mala leche y dice: “pues venga, a la playa”. Su hermana dice que tiene la mañana del lunes muy complicada, pero que puede hacer un hueco para acompañarme. Yo le digo que mejor que no. Mi tía dice “si lo que quiere es estar sola”. Nos despedimos, los tíos disgustados conmigo.

Voy con mi tía a la casa, para ponerme el bikini, y salimos para la playa. Cuando llegamos una vez que pongo la toalla en la arena, a las cuatro y media de la tarde, me dice que solamente vamos a estar una hora en la playa. ¿Solamente una hora? ¿Por qué? Porque es el primer día, y el primer día solamente puedes estar una hora. Y porque ha dejado el coche en un parking que es gratuito la primera hora, después cobran un euro por cada hora extra. Vamos, un pastizal. Ahí ya me amargo. De camino a casa le digo que me deje en un sitio y que ya vuelvo yo sola a casa dando un paseo.

Mañana creo que voy a poder ir sola a la ciudad. Me siento una mala sobrina y una mala persona. He llamado a mi madre y ella me dice que la culpa es mía porque si vas de visita a una casa tienes que adaptarte a lo que te ofrezcan.

Me marcho el martes y estoy deseando volver a mi casa.
Sé , por experiencia que estas cosas no suelen salir bien. Lo único que te puedo decir es que aprendas la lección (yo ya lo hice): tras episodios similares al tuyo, siendo yo la invitada o la anfitriona , he llegado al convencimiento de que ni quiero hospedarme en casa de nadie , ni recibir en la mía. Por mucha confianza que haya. Todos tenemos nuestros gustos y necesitamos nuestros espacios, y más, en vacaciones. Así que, ahora, aguanta hasta el martes como puedas y saca tus propias conclusiones. Es mucho mejor pagar un alojamiento e ir a tu bola. La libertad no tiene precio.
(ESo, sí, qué intensas, tus tías... yo, como anfitriona, siempre he intentado respetar a las personas invitadas...)
 
Pues no estoy de acuerdo que te inviten y lo hagan como se les antoja .
Para mi lo primordial es que el invitado disfrute, ofrecer planes y preguntarle que le apetece hacer, para que nos divirtamos todos.
No todos tenemos ni el mismo ritmo, ni los mismos gusto. Y eso de tener que ceder a todo por obligación me parece re mal.
O es que sólo te invitaron para llevarte de un lado para el otro como si no tuvieras ni voz ni voto? Es como si fueras el juguete que sacan a pasear.
No eres mala persona, no es un pecado no estar de acuerdo con los demás, que por eso somos todos diferentes. Qué no te manipulen con eso.
Al menos te queda la experiencia de conocer a tu familia, y ya conocen como son.
 
Pienso como @nezzi, parece que ellos necesitaban que alguien viniera más que ir tú.
Imponen su plan, "ahora hacemos esto y ahora hacemos lo otro, este tiempo limitado y de esta manera", con mosqueos y golpes en la mesa incluidos. Me parecen muy poco respetuosos con tu libertad.

Si tú estuvieras imponiendo ir aquí o allí a esta hora, pues te diría lo que la mayoría, que no es tu casa, pero es que no estás haciendo nada de eso, muy al contrario, te estás adaptando a sus planes, no tiene nada que ver que sea su casa.

Es que ni te han preguntado, por lo que cuentas, si te apetece esta cosa o la otra, comer con la amiga o no, ni siquiera las precauciones del Covid que tú prefieres tomar.

No te sientas mala sobrina en absoluto. Yo creo que me habría ido antes.
 
Una cosa es que la quieran entretener y otra que no la dejen ni un segundo hacer nada de lo que le apetece. La que va a allí a pasarlo bien se supone que es ella, pero los tìos no hacen más que torcerle el gesto si propone algo.
Un poco más de empatía con esa sobrina joven y menos ofendiditis.
Cuando mi familia ha venido a vernos se va a donde ellos quieran y por supuesto no estamos pegados las 24 horas, pueden ir y venir a su antojo, sin agobios. Queremos que lo pasen bien, se lleven un buen recuerdo de su visita y tengan ganas de volver otra vez, no espantarlos.
 
Última edición:
Una cosa es que la quieran entretener y otra que no la dejen ni un segundo hacer nada de lo que le apetece. La que va a allí a pasarlo bien se supone que es ella, pero los tìos no hacen más que torcerle el gesto si propone algo.
Un poco más de empatía con esa sobrina joven y menos ofendiditis.
Cuando mi familia ha venido a vernos se va a donde ellos quieran y por supuesto no estamos pegados las 24 horas, pueden ir y venir a su antojo, sin agobios. Queremos que lo pasen bien, se lleven un buen recuerdo de su visita y tengan ganas de volver otra vez, no espantarlos.
Pero si la que no ha parado de quejarse desde que llegó es la OP. Me da la sensación de que sus tías han querido que se sintiera acompañada durante esos días, más aún sabiendo que acababa de pasar por una mala racha. Puede que otra gente hubiera optado por dejarla a su aire, pero no creo que su familia lo haya hecho para fastidiarla, simplemente esa es su manera de mostrarle su apoyo y para 3 o 4 días que iba a estar allí, creo que lo más apropiado habría sido adaptarse a los planes de sus tías.
Como ya te han dicho algunas primas, si lo que querías era ir a tu bola deberías haberte ido a un hotel.
 

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