He entrado en este hilo alguna vez pero creo que nunca comenté nada, el otro día recordé que cuando murió mi padre no le compré flores, tenia las que ponen en la funeraria pero ninguna más pero es que para mi en ese momento lo mas importante era darme cuenta de que ya no le vería más aunque ahora lo pienso y me siento algo culpable, tampoco lloré en ese momento lo hice días después en casa cuando estaba sola, porque vi, bueno vimos como se iba, se le notó en la cara que dejó de existir entonces yo ya sabia que él no estaba ya aquí lo tenia totalmente asumido ya, él ya llevaba varios días como en coma en el hospital y minutos antes de morir me acerqué a su oído y le dije que le queríamos mucho, al momento escuché como decía algo no entendí bien lo que me dijo pero me alegra saber que me llegó a escuchar, no lo sabe ni mi familia pero cuando todavía estaba bien en el hospital resulta que venían las enfermeras a ver como estaba de azúcar y siempre me encontraba por allí encima de la cama con pequeños algodoncitos que le ponían en el dedo con una manchita de sangre, yo los cogía y los guardaba en un bolsillo de mis vaqueros para tirarlos después todos a la vez pues cuando se puso peor y cuando ya murió me los encontré en el bolsillo y ya no los tiré: los tengo guardados en una cajita en mi mesilla de noche, es un recuerdo más que tengo de él
creo que una manera de mitigar el dolor por perder a esas personas queridas es queriendo a los que todavía están aquí con nosotros, olvidarlos nunca se olvidan
Cierto, cuando fallece una persona tan cercana necesitas atesorar pequeños detalles; esos algodones por ejemplo para tí significan muchísimo más de lo que en realidad son. Te entiendo perfectamente porque muchísimas veces recuerdo las manos de mis padres , qué curioso.