Cosas “graciosas” que creíais de pequeñas

Yo de pequeña creía que todos los que tenían apellidos unidos por la "y", como Ramón y Cajal, eran dos señores hermanos gemelos.

También creía que los muñecos cobraban vida y se movían cuando estaba dormida y notaban cuando me iban a despertar para volver a su sitio. Y que las sábanas dentro del armario podían convertirse en fantasmas y venir a asustarme si me veían, así que también me tapaba hasta más arriba de la cabeza.

Y pensaba que el sol se apagaba por las noches porque se metía en el mar y al amanecer lo encendía Dios como una estufa de gas.

Y que a los niños los traían las cigüeñas después de escribirles una carta de encargo (cosas de mi madre), aunque más que miraba para arriba nunca veía a ninguna cigüeña llevando un bebé en el pico.

Y creía que los paralelos y meridianos que aparecían dibujados en los mapas y globos terráqueos eran unos cables negros muy gordos que existían de verdad encima de las ciudades, pueblos, montañas, océanos...

Mis padres me hicieron creer que los bomberos acompañaban a los reyes magos para dejarles escaleras muy largas y llegar a todos los pisos.

También pensaba, como otra prima, que los espíritus de los antepasados nos veían y me daba mucha vergüenza que me vieran comerme el chocolate o los cereales con miel a escondidas, así que me echaba una bata por encima de la cabeza para taparme.

Y que si me estaba mucho rato sentada en la taza del wc podía salir un cocodrilo y morderme el culo porque como no me gustaba la carne, hacía como que me comía los trozos y cuando nadie me miraba, me los sacaba de la boca, los metía en los bolsillos de la bata y después los tiraba al wc, hasta que mi madre se dio cuenta por las manchas en los bolsillos y me dijo que dentro del wc vivía un cocodrilo pequeñito que se comía la carne que yo tiraba y así cada vez se hacía más grande. Como ya dejé de tirar los trozos de carne, pensaba que acabaría mordiéndome el culo porque mi madre y abuela lo que hicieron fue preparar purés con verduras y carne y así ya no podía sacarme los trozos de la boca. Estaba deseando hacerme mayor para no tener que comer carne. A día de hoy sigue sin gustarme y no la como.

Y que cuando pensaba algo, los demás lo veían dentro de una especie de nubecilla de color banco, como en los tebeos, hasta que un día caí en que si me veían mis pensamientos, yo también tendría que ver los suyos de la misma forma y no los veía. También creía que si me podía meter dentro de la pared me volvería invisible y aparecería en otra habitación sin que nadie me viese.

Tuve una profesora muy antipática y gruñona que tenía unos prismáticos siempre encima de su mesa y creía que después de clase iba a casa de los niños que le caían peor para espiarlos por la ventana y chivarse a sus padres y que tenía siempre los prismáticos sobre la mesa como recordatorio..

Y creía que el viento lo producían soplando una especie de espíritus muy grandes y gordos de color grisáceo que vivían escondidos en las montañas.

Y que si miraba debajo de las plantas podría encontrarme un hadita o un duendecillo.

Y que todos los mineros eran como los enanitos del cuento de Blancanieves, hasta que un día vi una foto de unos mineros en huelga en un periódico y me llevé una gran decepción.
Tremenda imaginación la tuya algo ayudada por tu madre y abuela. Me parece que has tenido una infancia muy feliz. Qué lindos y tiernos recuerdos
 
Tremenda imaginación la tuya algo ayudada por tu madre y abuela. Me parece que has tenido una infancia muy feliz. Qué lindos y tiernos recuerdos

Gracias, prima :kiss:

También es que leía muchos cuentos y creía que los relatos y personajes podían existir de verdad. En el colegio había biblioteca y nos podíamos llevar libros a casa unos días. Me gustaba más leer y ver los dibujos que jugar con muñecos.
 
Y creía que los paralelos y meridianos que aparecían dibujados en los mapas y globos terráqueos eran unos cables negros muy gordos que existían de verdad encima de las ciudades, pueblos, montañas, océanos...
También pensaba eso y que viajar a otro país era cosa de minutos porque medía las distancias con los dedos en los mapas y el Atlántico me parecía pequeño. Creía que los países eran del color que pintan los mapas, con franjas o lisos.

como no me gustaba la carne, hacía como que me comía los trozos y cuando nadie me miraba, me los sacaba de la boca, los metía en los bolsillos de la bata y después los tiraba al wc,
¡Yo hacía lo mismo! Sólo que usaba servilletas para "limpiarme la boca" cuando en realidad tiraba el bocado, lo guardaba hasta que se distrajeran y a la basura o iba al baño a tirarlo. La leche también la devolvía a la olla, cerca de casa de mi abuelo había un establo y en las tardes iban a comprar la leche allí, como la leche se hervía en una gran olla, se separaba la nata y después a cenar, me servían una gran taza de leche hirviendo...y a mi no me gustaba. Así que cuando podía y nadie me veía, devolvía la leche a la olla, me habré tomado la mitad para que no se dieran cuenta que la olla tenía el mismo nivel.
 
Gracias, prima :kiss:

También es que leía muchos cuentos y creía que los relatos y personajes podían existir de verdad. En el colegio había biblioteca y nos podíamos llevar libros a casa unos días. Me gustaba más leer y ver los dibujos que jugar con muñecos.
Me recuerdas a una personita de mi familia que actuaba igual y vivìa los cuentos como si fueran reales. Què tiempos de inocencia y falta de preocupaciones!!! Tambièn con una infancia muy, muy feliz
 
Para reírse de esa persona..., Yo creo que el que más se reiría sería al que le habían echado el tripi!


Pues nada de gracia hace. El que era novio de mi amiga, que ni fumaba y bebida alcohol así en una ocasión especial, se puso malísimo tras beberse la bebida con el tripi echado ahí a traición. Primero viaje raro y luego bajonazo.
 
Veo que nadie se reía a carcajadas cuando había una sitcom con risas enlatadas para escuchar su propia risa por la tele.
Porque yo hacía esto mismo.
 
Cuando tenía unos 5-6 años fui al supermercado de mi barrio con mi madre y allí había otra madre con su hijo (de mi edad) y su bebé recién nacido. La frutera le preguntó al niño qué quién le había traído a su hermanito y el niño le respondió que se lo había traído la cigüeña. Yo, al escuchar eso fui a junto el niño toda indignada y le grité que los bebés no los traía la cigüeña, sino que crecían en la barriga de las mamás y luego salían por la chocha. Mi madre no sabía donde meterse, la otra madre y la frutera con cara de póker y el niño llorando y llamándome mentirosa.
De pequeña, me encantaba la película Willow y en mi cabeza los enanos eran equivalentes a las hadas, las brujas, los trolls, etc... Vamos que me parecían alucinantes. Yo jamás había visto ninguno en la realidad, y un día, caminando con mi madre por mi ciudad vi a uno y me puse como una loca gritando de emoción "mira mamá, un enano!!! Es un enano!!!" mientras lo señalaba con el dedo. Mi madre me apretaba el brazo y me decía que me callase la boca y yo seguía gritando "es que no lo ves? Es un enano de verdad!". El tío se acercó todo cabreado a gritarle a mi madre que yo era una p*ta maleducada y algunas barbaridades más... Me asusté un montón. Mi madre me dijo (supongo que para que no volviese a repetir la escena) que los enanos tenían muy mal genio y se enfadaban con facilidad. Estuve muchos años teniéndoles un pánico atroz.
Hahahaha que recuerdos con la película Willow! A mí mi hermana (mucho mayor que yo) de pequeña me decía que el bebé que aparecía en la película era yo cuando era muy pequeña y me lo creí porque me enseñaba mi álbum de fotos de bebé y era clavadita. Y yo no entendía nada porque no me acordaba de haber grabado nada hahaha.

También mis hermanos me decían que un circo me había abandonado y mis padres me habían adoptado hahahha que llorera me pegaba por culpa de ellos :ROFLMAO:

Añado: cuando era pequeña, un familiar trabajaba en una famosa fábrica de preservativos y claro, le daban preservativos gratis. Un día encontré un montón por casa y tonta de mí pensaba que eran globos.. pues ya me veis a mi con toda la boca llena de lubricante hinchando los globos. Cuando mi familia me vio se empezaron a partir y yo no entendía porque. Eso sí, les dije que no compraran más esos globos que tenían un sabor raro.
 
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