Y ahora recuerdo otra anécdota, en Zamora. Plena Semana Santa y me prometen una comida espectacular en el restaurante más mejor especializado en arroz a la zamorana. Yo es solo oír arroz y venirme arriba y no me dio por investigar qué llevaba el arroz a la zamorana. Muy lista yo, teniendo en cuenta donde está situado Zamora, con bogavante no iba a ser, no. Solo diré que cuando vi el primer pelo ni empecé a comer. Pelo de las orejas, pues básicamente es arroz con oreja de cerdo y otras menudencias del cerdo. Dicen que es una exquisitez, qué le vamos a hacer, lo probaré en otra vida.