Autoestima y otros temas de psicología

Dejavu: La sensación de haber vivido la realidad con anterioridad




Un fenómeno que siempre ha despertado interés en el ser humano es el llamado Dejavu (Déjà Vu), un acontecimiento extraño que a todas las personas les ha ocurrido en algún momento de su vida. Un término que describe la sensación que se experimenta al pensar que ya se ha vivido con anterioridad un hecho que en realidad es nuevo.

El término francés “Déjá Vu” significa “ya visto”, pero estas dos palabras hacen referencia a aquellos momentos en los que al presenciar o vivir una situación nueva se tiene la sensación de haber experimentado eso previamente.


Fue Émile Boirac, un parapsicólogo francés nacido en 1851 y fallecido en 1917, quien acuñó el término Dejavu, un concepto que con el tiempo otros expertos fueron ampliando y señalaron variedades dependiendo del tipo de vivencia:


  • Déjà Senti (ya sentido)
  • Déjà Vecu (ya vivido)
  • Déjà Visité (ya visitado)

Diferentes visiones sobre qué es el Dejavu

Dentro de la comunidad científica se comparte casi por mayoría que Dejavu explica los sucesos relacionados con el proceso natural de almacenamiento de la memoria, afirmando que existe un pequeño retraso a la hora de percibir un estímulo externo y de ahí que la persona tenga la sensación de que antes sus ojos está apareciendo algo que ya ha vivido.


Sin embargo, por su naturaleza extraña, el Dejavu muchas veces escapa a los puramente científico y se instala dentro de lo paranormal, naciendo extrañas teorías que van desde las premoniciones hasta las abducciones marcianas, teorías que tienen como mínimo un planteo dudoso y difícil de corroborar.


Lejos de las teorías populares sobre el Dejavu están las de investigadores como Anne Cleary, Anthony Ryals o Jason Nomi que realizaron un informe en el cual daban una respuesta alternativa basando sus argumentos en un experimento realizado por Psychology Today que concluyó que el fenómeno del Dejavu reside en la memoria que no siempre consigue almacenar completamente toda la información.


Asimismo, existe también la teoría que afirma que el Dejavu puede hacer que alguien se sienta cómodo al vivir una situación que aparentemente ya ha acontecido en su vida.


Paramnesia

El Dejavu es también conocido como paramnesia y explica que una persona siente que vive algo familiar pero que a la vez le resulta extraño, pero no debe creerse que se trata de una experiencia precedente y para explicar este fenómeno lo divide en dos clases:


  • Dejavu o paramnesia vécu: Que explica aquello que el individuo siente que ya ha vivido.
  • Dejavu o paramnesia senti: Una situación que la persona ya sintió pero que no forma parte de los recuerdos de su memoria.

Siguiendo el concepto de cualquiera de estas dos clases de Dejavu, se realizaron estudios que concluyeron que este fenómeno se encuentra asociado a los recuerdos que una persona tiene sobre algo que ha vivido, sentido o soñado, siendo una experiencia que afecta sobre todo a jóvenes entre los 15 y los 25.


Dejavu crónico

Existen personas que padecen “dejavu crónico” pues todo lo que viven lo perciben como una situación que ya ha ocurrido, algo que los hace propensos a padecer depresión o disfunciones en la memoria, siendo un tipo de trastorno muchas veces vinculado con altos niveles de estrés y cansancio .


Las personas que sufren dejavu crónico almacenan los hechos que viven a diario de forma distinta a las sensaciones que ellos les causan produciéndose un desfase entre estas dos acciones que en la mayoría de las personas funciona de manera conjunta.


Explicaciones científicas y no científicas del Dejavu

El fenómenoo del Dejavu puede resultar inquietante y por ello se han ensayado distintas explicaciones con respecto al por qué se produce. A algunas de esas explicaciones se ha llegado a través de estudios científicos mientras que otras tienen más que ver con la metafísica o los poderes ocultos.





Explicación científica del Dejavu


Los científicos y expertos que se han dedicado y se dedican a estudiar los fenómenos del funcionamiento de la mente aún no tienen una conclusión definitiva y unánime sobre el Dejavu.


Así, por ejemplo algunos afirman que es fruto de los sueños diurnos o fantasías inconscientes de algunas personas y está relacionado con algunas situación que es de gran importancia para el individuo que la atraviesa.


Ya para los neurólogos se trata de una alteración de la memoria y se explica como un error que se activa en los circuitos neuronales responsables de la sensación del recuerdo o sea “ se recuerda” algo que realmente no ha pasado”.


Otras interpretaciones no científicas del Dejavu


Entre las explicaciones no científicas sobre el fenómeno del Dejavu están las que afirman que es un fallo en la interpretación de los hechos a lo largo del tiempo, incapacidad de establecer una secuencia detrás de la otra por un retraso entre lo que se está viendo y el tiempo que el cerebro tarda en registrar el momento.


Dentro del campo de la metafísica o los poderes ocultos la explicación más extendida relaciona el Dejavu con la reencarnación del alma, una segunda vida del individuo que no puede recordar su vida anterior pero si tiene recuerdos breves de ella.


A pesar de que es algo conocido o familiar para la mayoría de las personas, el fenómeno denominado como Dejavu puede resultar poco tranquilizante para muchos pues rompe el orden cronológico y de pronto el presente se transforma en pasado.


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Construye tus sueños o alguien más te contratará para construir los suyos. -Farrah Gray-
 
¿Cómo de perfectas son tus imperfecciones?



¿Eres de las personas que enfoca su atención a sus debilidades, defecto o aspectos negativos? Muchas personas lo hacemos, yo me incluyo, y esto hace que nuestra autoestima se merme; y es por ello que tenemos que hacer un esfuerzo por darle vuelta a la situación, es decir, saber sacar lo positivo de ese aspecto negativo para que vuestra vida cambie.. Os invito a leer la siguiente fábula para entender esto último que os he comentado.


Leyenda de la vasija agrietada

Esta es la historia que ocurrió hace un tiempo en un pueblo lejano de la India. Un portador de agua disponía de dos grandes vasijas que colgaba a cada lado de un palo y que lo apoyaba encima de los hombros para realizar su trabajo de aguador.


Una de las vasijas tenía varias grietas por donde se escapaba el agua, la otra estaba perfecta; así, cuando el aguador finalizaba el recorrido desde el arroyo hasta la casa de su patrona, en la vasija agrietada quedaba únicamente la mitad de agua, la vasija perfecta, conservaba toda el agua al final del recorrido.


Durante varios años y diariamente se repetía lo mismo, la vasija agrietada lograba transportar la mitad de agua, y la vasija perfecta llegaba con el agua cargada en su totalidad. Viendo la situación, la vasija perfecta se sentía orgullosa de su trabajo, pues se veía perfecta para obtener los logros para los que fue hecha. En cambio, la pobre vasija agrietada muchas veces se sentía avergonzada por sus imperfecciones, ya que era consciente que sólo era capaz de transportar la mitad de lo que realmente tenía que llevar. Esto le ponía muy triste y hacía que día a día se sintiese peor, cómo que ella ya no valía para este trabajo.


La tristeza era tal, que un día esta tinaja agrietada decidió hablar con el aguador para comentarle lo que sentía. “Señor, me siento muy avergonzada y necesito pedirte disculpas, ya que debido a mis grietas, tú solo eres capaz de entregar la mitad de mi carga y por mi culpa sólo obtienes la mitad del dinero que deberías recibir”.


Al escuchar sus palabras, el aguador le miró con ojos compasivos y le dijo: ” Me gustaría de corazón que de regreso a casa te fijes en todas las bellísimas flores que han crecido a lo largo del camino”


Y eso es lo que hizo la tinaja. De vuelta a casa se fijo que efectivamente a lo largo del camino habían florecido muchísimas flores, pero esto no le levantaba el ánimo, ya que en su cabeza retumbaba ese sentimiento de culpabilidad.


El aguador, viendo que la tinaja no había entendido el mensaje que le quería transmitir con el hecho de observar las flores, le dijo:


El aguador le dijo entonces. “¿Te has dado cuenta de que las flores solo han crecido a tu lado del recorrido? No tengas ese sentimiento de culpabilidad ni te pienses que ya no sirves para obtener los logros. Si te soy sincero, siempre he sabido de tus grietas, y por eso he querido sacar la parte positiva de esto, así, lo que hice es sembrar semillas de flores por el lado del camino por donde tú sueles ir. Cada día, tú has ido regando esas flores y gracias a tu trabajo mira qué flores más maravillosas he sido capaz de recoger.


¿Te das cuenta que si no llegas a ser tal y como eres, con tus grietas, con tus limitaciones, nunca hubiese sido capaz de crear esta maravilla? ¿Crees que la otra tinaja, la que para ti es perfecta no tiene su propia grieta? Pues no pienses así, todos y cada uno de nosotros tenemos nuestras limitaciones, todos somos tinajas agrietadas, pero cada uno de nosotros deberíamos de hacer el ejercicio de aprovechar esas debilidades y convertirlas en fortalezas.


Habiendo leído esta leyenda, creo que todos deberíamos ponernos manos a la obra y buscar la forma de sacar provecho de nuestras grietas.

Por Triskel
 
Abandona el pobre de mí, pero sólo después de abrazarle


El “pobre de mí” es un estado similar al victimismo, pero con unos matices muy dañinos para quien lo padece.


Mientras que el victimismo se centra en el daño que los otros nos ocasionan continuamente, el “pobre de mí” sube un escalón más.


Son los otros, el Universo entero, la vida, las circunstancias los que nos han dejado en un estado de tal vulnerabilidad, que ya ni miramos hacia la causa (como hace el victimista, que se encarga de dejar muy claro que fulanito, o menganita le han dañado) sino que nos centramos exclusivamente en nuestro dolor.


Mientras que el victimismo es más bien un rasgo de personalidad, el “pobre de mí” nos afecta a todos en algún momento de nuestra vida, o en varios.


Te despiden del trabajo, se te rompe la lavadora, discutes con tu hija y te sale un flemón…. Que ya se sabe que las desgracias nunca vienen solas….


Esta situación o cualquier otra similar, es susceptible de hacernos entrar en “el pobre de mí”.


Empezamos con las generalizaciones “TODO me va mal”, “TODO me pasa a mí”, “No avanzo NADA”…


Y vamos sintiéndonos cada vez más vulnerables, más tristes, más desafortunados…


La tristeza nos lleva al aislamiento y nos vamos retroalimentando de más tristeza y de más vulnerabilidad.


Nuestra vibración desciende, nos movemos en energías de muy baja vibración dirigidas por el miedo y sus secuaces, preocupación, ansiedad, envidias, mentalidad de carencia…


Esta bajada energética nos suele conducir a una mala alimentación, a “consolarnos” con alimentos ricos en azúcares y grasas saturadas.


Nos volvemos más sedentarios…


Todo este descuido de nuestro YO, a todos los niveles, funcionará como un imán para que sigan viniendo a nosotros todo tipo de problemas.


Es evidente que tenemos que salir de este estado, sí, pero no corras…


Si te despiden, se te rompe la lavadora, te sale un flemón y discutes con tu hija TIENES DERECHO A ESTAR MAL.


Tienes derecho a enfadarte, a pensar mal, muy mal de tus exjefes, a pensar lo injusta que ha sido tu hija y lo inoportuno del flemón, tienes derecho a tumbarte en la cama y llorar y pensar que no se puede ser más desgraciado… Claro que sí faltaría más…


Y digo esto, porque las personas que estamos trabajando tanto en entender las causas reales de lo que ocurre, que comulgamos con la ley de atracción, que entendemos que somos co-creadores de nuestra realidad, cuando atravesamos estos momentos entramos en un conflicto enorme entre nuestras creencias y nuestras emociones.


Entramos en lucha con nosotros mismos, e intentamos en ese momento, en el que las emociones de dolor, de indignación, de shock, son dueños de nosotros (haciendo de maravilla su trabajo y vertiendo hormonas y neurotransmisores sin parar, o dejando de verterlos según sea el caso), racionalizar y poner en práctica todo lo que sabemos sobre la realidad….


No es buena idea. Por dos motivos.


En primer lugar es una guerra perdida, por razones biológicas (debido a los cócteles químicos que nuestro cerebro ha preparado para la ocasión) y por razones de fuerza.


Estamos vulnerables y desde esa vulnerabilidad no podemos entrar en guerra, porque vamos a fracasar y encima nos vamos a sentir peor por habernos fallado cuando más nos necesitábamos.


Corremos el riesgo de pensar que todo lo que hemos aprendido hasta ahora no sirve de nada y abandonar un paradigma más que válido, o el de creer que somos unos inútiles y dañar nuestra autoestima.


Si el primer motivo para no entrar en esa guerra es que NO PUEDES ganarla, el segundo es que NO DEBES empezarla.


Ese bajón que has tenido, esos pensamientos y emociones negativos que te surgen en ese estado de vulnerabilidad máximo, en el que te pone el “pobre de mí”, son oro informativo sobre creencias soterradas que nos siguen limitando.


Así, emoción expresada, emoción liberada nos tiene que servir para dos cosas.


A veces olvidamos que no somos santos, que no aspiramos a la perfección. Somos seres humanos y las emociones son una parte tan importante en nosotros como nuestro espíritu.


Negarlas, porque no nos gusten, es negarnos a nosotros mismos, es negarnos el derecho de ser humanos.


Así, reconozcámoslas y abracémoslas, como abrazaríamos a nuestro hijo cuando se ha caído. No es momento de reñirle por haberse subido alto, ni de decirle que va a necesitar tres puntos de sutura, en ese momento hay que darle amor, tenemos que darnos amor y decirnos:


  • Ay, sí, pobrecito, qué mal nos está yendo todo, cachis…

Y exactamente igual que hacemos con los niños pequeños, cuando la emoción ha pasado, cuando ha sacado de dentro de sí, mediante el llanto, su susto, sus miedos, su “pupa” le decimos suavemente que vaya parando.


  • Venga, ya está, ya pasó.

El siguiente paso, como haríamos con el nene, será aprovechar la información que el incidente nos ha dejado para no “volver a caer”


Cuando hayamos recuperado las fuerzas, cuando hayamos sacado lo que llevábamos dentro, examinemos qué dolores pasados se han removido, cuál era nuestro auto lenguaje durante la crisis… seguro que nos ha dejado muchísimo material para trabajar en nosotros mismos…

Por Triskel
 
La trampa mortal de las expectativas



La mejor forma de no decepcionarnos por culpa de nuestras expectativas es aceptar que el resto de personas no tienen por qué actuar como nosotros lo haríamos. Nuestra felicidad solo debe depender de nosotros

En muchas de nuestras relaciones las expectativas tienen una gran importancia. Ellas nos permiten esperar que las personas actúen de una u otra manera.


Sin embargo, en ocasiones, estas expectativas nos decepcionan.








Las expectativas no dejan de ser creencias erróneas sobre los actos de otra persona que, probablemente, no se sucedan como nosotros pensamos en nuestra mente. Se convierten, así, en una trampa mortal.


Las expectativas desencadenan decepciones

Muchos de los problemas que nos abordan surgen por esas creencias que tenemos en los demás. Imaginamos que actuarán como lo haríamos nosotros y no nos damos cuenta de que, quizás, la realidad nos sorprenda de una manera diferente a la que pensamos.




Otra de las opciones que debemos considerar es que, a veces, las personas adornan su forma de ser. Pueden mostrarse de determinada manera y, a la hora de la verdad, cambian de parecer y se transforman en todo lo contrario.


Todo esto provoca que nos decepcionemos, que perdamos la fe en las personas y que empecemos a desconfiar de todo lo que nos digan. Sin embargo, debes ser consciente de que ellas no tienen la culpa.


El problema son tus expectativas






La mejor forma de evitar esta situación es no esperar nada de los demás y aceptar las circunstancias de la mejor manera. Nosotros no podemos decidir cómo tienen que actuar el resto de las personas, no tenemos dicho poder.


Deja de esperar

Hay algunas formas muy efectivas que podemos empezar a poner en práctica para evitar sentirnos tristes ante la actuación tan diferente que acaban teniendo las personas de nuestro alrededor.


Esto nos permitirá dejar de esperar:




Asume que nadie es perfecto

Tú tampoco lo eres y también has caído en contradicciones alguna vez. Deja de juzgar y empieza a aceptar que errar es de humanos. No solo el resto se equivoca, tú también lo haces.


Respeta la individualidad

Cada uno de nosotros tiene una forma de actuar diferente. Por eso es mejor estar abiertos y respetar que los actos de esa persona no van a ser los que nosotros, en un principio, creíamos que serían.




No siempre recibirás algo a cambio

Pensamos que, por hacer ciertas cosas, recibiremos otras a cambio, pero esto no es así. Tu amistad y confianza quizás no se vea correspondida de la misma manera.


Permítete dar sin esperar a recibir.


Tu felicidad depende de ti

Nuestras expectativas provocan que hagamos a los demás responsables de nuestra felicidad, y de ahí que el resultado sea siempre negativo.


No permitas que tu felicidad se encuentre en manos ajenas, tú eres el único dueño de ella.




En algún momento de nuestra vida, todos hemos caído en la trampa de las expectativas. Lo importante es aprender y reconocer que no tenemos el poder para controlarlo todo. De esta manera, dejaremos de llevarnos desilusiones.


Nuestra seguridad se tambalea

Si te has visto envuelto en expectativas jamás cumplidas, te habrás dado cuenta de que tu seguridad se tambalea de forma vertiginosa.


De repente, aquello que creíamos seguro se torna todo lo contrario.




Tal vez estas creencias hacia los demás sean una manifestación de lo inseguros que somos. Por eso, dejamos en manos de otras personas nuestra felicidad. El gran problema es que esto se transforma casi siempre en todo lo contrario.


Aprender a aceptar que los actos de otros no serán los que nosotros esperamos será un paso complicado, pero necesario para empezar a despertar en nosotros mismos el poder de aceptar todo aquello que no podemos controlar.


Los seres humanos cometemos errores, somos incoherentes, mentimos… Todo esto nos convierte en sujetos susceptibles de fallarles a aquellas personas que más queremos. Por eso, es importante aceptar que todo puede suceder de otra manera.




¿Has caído alguna vez en la trampa de las expectativas? ¿Comprendiste que aceptar te libraba de la decepción?


Cuanto antes logres observar con otros ojos las actuaciones de los demás, antes te permitirás liberarte de esperar que actúen como tú lo harías.

Por Raquel Lemos
 
La gente diferente hace la vida más divertida


No tengas miedo a ser diferente. Rodéate de aquellos que respeten y valoren tu forma de ser y que no pretendan cambiarte ni que seas la copia de otra persona

La gente diferente rompe esquemas, viste con las tonalidades del desafío y ve la vida con esa pincelada de color que tanto nos alegra, que tanto nos contagia con su forma de ser.


Como ya dijo Coco Chanel en su momento, “para ser irremplazable uno tiene que ser capaz de ser diferente” y, lo creamos o no, esto es algo muy difícil de llevar a cabo, porque quien destaca o se atreve a tener voz propia siempre acaba siendo señalado.




No obstante, la vida siempre será más apasionante si nos atrevemos a dar el paso y, sobre todo, a romper esa necesidad de “ser todos iguales”: todos con un mismo físico, con el mismo estilo de vestir y con los mismos pensamientos.


No vale la pena, no es saludable ni tampoco nos traerá la felicidad. Ser único es una virtud que cada uno de nosotros deberíamos alcanzar.


Te invitamos a reflexionar sobre ello.




Cuando ser diferente nos produce miedo

Todos nosotros tenemos múltiples necesidades interiores, voces, intereses, sueños y deseos que no nos atrevemos a exteriorizar. Tememos que los demás se sorprendan o, peor aún, que nos rechacen.


Nuestra educación y, en ocasiones, los entornos en los que nos movemos son muy poco facilitadores y, ante todo, nada respetuosos con lo “diferente” o lo no establecido.





  • Un determinado modo de vestir, unos valores, unas ideas políticas, una orientación sexual determinada, las amistades o las aficiones pueden ser aspectos que no nos atrevamos a demostrar por miedo.





Por temor a ser rechazados.


No es lo adecuado. Quien no se atreve a mostrar al mundo sus necesidades y su identidad, acaba viviendo la vida de los demás y nunca la propia, la que uno mismo siente y ansía.


Vale la pena pensar unos momentos en las siguientes dimensiones.




El duro “guion de la vida”

La realidad es como es y, lo queramos o no, la mayoría de nosotros intentamos siempre encajar con el “guion de la vida”.


Es decir, como grupos sociales y como individuos que deben encajar en la sociedad, siempre nos esforzamos por ser iguales al resto. De este modo, conseguimos integrarnos y ser aceptados.




La aceptación nos ofrece equilibrio y, a su vez, esas recompensas emocionales por parte de los demás.


Nuestros padres, por ejemplo, se alegrarán si aceptamos el trabajo que ellos nos recomiendan, si estudiamos lo que ellos tenían previsto.


Nuestros amigos se alegrarán también si les acompañamos a esa fiesta que, a pesar de no encajar con nuestros gustos personales, aceptamos experimentar.


  • Si nos damos cuenta, nos pasamos gran parte del tiempo intentando encajar en el “guión de la vida” posponiendo muchos de nuestros deseos, gustos e inquietudes solo porque son demasiado diferentes a lo que se espera de nosotros.




Ahora bien…¿Adónde nos lleva todos estos comportamientos?


  • Nos alejamos de nuestra propia identidad.
  • Dejamos de reforzar nuestro autoconcepto para construir un falso salvavidas con el cual ir arrastrados a la deriva de los demás para sobrevivir.
  • Hemos de tenerlo claro: si nos limitamos a sobrevivir para encajar en el guion de la vida que los demás marcan para nosotros, no estaremos viviendo, esa vida no será real.

Será una farsa con la cual tarde o temprano llegarán las crisis personales y las depresiones.




No seas un “personaje” que vive tras una máscara: sé libre

Quién más y quien menos lleva su propia máscara. En ocasiones nos la colocamos para disimular nuestras tristezas, para aparentar fortaleza ante nuestros hijos, ante los amigos.


  • Hay máscaras necesarias, pero muchas de esas corazas invisibles ocultan en realidad una alta frustración. La frustración por no ser como deseamos de verdad, la infelicidad por no poder hacer lo que deseamos.
  • Así pues…¿Por qué no atrevernos a ser diferentes? Lejos de verlo como un peligro, intenta asumirlo como una oportunidad. No importa la edad que tengas, no importa lo que ahora mismo te envuelva cada día.
  • Ser diferente es una inversión personal que te permitirá sin duda disfrutar de una mayor energía personal, de más vitalidad, creatividad y por supuesto, de una mayor felicidad.




Para conseguirlo y dar el paso, no dudes en rodearte de personas que te permitan, por encima de todo, ser tú en toda tu esencia. Evita a quien te juzga, a quien no te acepta, a quien arquea una ceja cada vez que dejas caer un comentario original y divertido.


Aléjate de quien no entiende tu sentido del humor y te juzga, de quien te pone muros cada día cuando, en realidad, tú deseas caminos libres por donde reluzca el amanecer y ese horizonte lleno de oportunidades por donde, cada día, pasan trenes que llevan tu nombre.


Por Valeria Sabater
 
Me gusta la gente con un punto de sana locura

Todos deberíamos contar con ese punto de locura que nos permita no agobiarnos con los cambios imprevistos y disfrutar al máximo de la vida, con sus cosas buenas y malas

La locura, si es sana, se convierte en alegría y libertad, es ese tipo de personalidad que se permite romper moldes y que trae luz a nuestra vida.

A menudo suele decirse aquello de que siempre es preferible la gente loca a las personas amargadas, si bien, antes de caer en las etiquetas, es necesario saber qué historia se esconde detrás de cada rostro.


La locura sana es, ante todo, una actitud. Es la capacidad de relativizar las cosas para dotarlas no solo de cierta distensión, sino de un optimismo contagioso que nos permita entender que, en ocasiones, el sentido del humor es la mejor medicina para el corazón.

Te invitamos a reflexionar en estas ideas.


La gente sana y libre disfruta de un matiz de agradable locura

Una de las mayores limitaciones que suele tener el ser humano es la rigidez de esquemas, de perspectivas.

La imposibilidad de dotar a nuestro día a día de esa flexibilidad de pensamiento con la cual ser receptivo y sensible a todo lo que nos envuelve limita en muchos casos nuestra capacidad de ser felices.

Hablábamos al inicio del reverso de esa sana locura: la amargura. En realidad, nadie nace “siendo un amargado”. Son las circunstancias y el modo en que las afrontamos lo que hace que, poco a poco, almacenemos cierto resentimiento, cierta amargura.



  • Abrirnos mucho a las personas y acabar decepcionados hace que desarrollemos la desconfianza.
  • Poner unas altas expectativas en ciertas relaciones o en algunos sueños que más tarde no se cumplen también hace que nuestra ilusión se apague, que dejemos de alimentar el positivismo.

La vida es, ante todo, actitud. El modo en que gestionemos lo bueno y lo malo que nos ocurre hará que nos permitamos ser más libres o, por el contrario, nos aferremos al escepticismo, a la baja motivación.

El disponer de una mente abierta y flexible nos va a ayudar mucho.

Veamos ahora qué componentes definen a esas personas que “visten” ese brillo envidiable de sana locura.



Las personas con una sana locura aceptan lo “imprevisto”

No es fácil aceptar lo casual, lo inesperado, lo que ocurre sin que lo hayamos planeado y que escapa por completo a nuestro control.

  • Las personas con una sana locura, en cambio, tienen una alta tolerancia a lo imprevisto porque lo ven como un reto, como una oportunidad de salir de lo normal y experimentar cosas nuevas de las que aprender.
  • A su vez, lo imprevisto pone a prueba esa flexibilidad mental de la que hablábamos al inicio. Nos ayuda a desarrollar nuevas estrategias para afrontar ese acto no planeado, algo que acogemos con motivación y optimismo porque es como un pequeño reto.



Las personas con una sana locura contagian alegría

Las personas “locas pero sanas” pueden parecernos algo irresponsables, e incluso caóticas. Sin embargo, saben muy bien lo que hacen porque se conocen muy bien a sí mismas, tienen confianza y una buena autoestima.

  • La locura es ese punto en que uno, por fin, se desprende del miedo para dejarse llevar. Hay un equilibrio entre el desafío y la prudencia que siempre cautiva y sirve de inspiración al resto.
  • Si en tu contexto social más cercano tienes a una persona con este tipo de personalidad, seguro que habrá alegrado mucho tus días, y te habrá enseñado que es mejor atreverse que quedarse con las ganas, que quien se contiene luego se arrepiente y que la vida, con una sonrisa, duele mucho menos.

Las personas con una sana locura viven el momento

Quien vive centrado en el ayer y en la nostalgia se pierde el presente, y quien focaliza su vida en el futuro pone sus expectativas en algo que aún no ha ocurrido.

Lo creamos o no, este es un error muy común en el que caemos en la actualidad: “perdernos el presente”. Vivimos a base de listas, de cosa que hacer, de agendas que cumplir, nos aferramos a cosas que ya han pasado o a hechos que debemos llevar a cabo y que incrementan nuestra ansiedad.



  • En cambio, las personas con una sana locura se permiten desconectar del ayer y del mañana para abrazarse con fuerza al presente. Son receptivas a todas las oportunidades y se lanzan a ellas con descaro y positivismo, de tal manera que muchas veces nos llegan a asombrar.
  • Las llamamos “locas” pero, en realidad, son poseedoras de esa energía vital que se nutre de una buena tranquilidad interior que sabe que la vida acontece ahora y que por tanto, debe aprovecharse.

Vale la pena que nos sirvan de inspiración, que sigan a nuestro alrededor para sacarnos sonrisas, para invitarnos a dar el paso y salir de esa zona de confort donde se hallan nuestros miedos.

Atrévete tú también a envolverte de ese punto de sana locura que todos deberíamos tener.

¿O quizá lo posees ya?

Por Valeria Sabater
 
Cómo seguir adelante cuando nada nos hace felices



Cuando no haya nada que nos haga felices no debemos deseperarnos. Es conveniente ir poco a poco y generar pequeños cambios que nos vayan aportando bienestar, aunque este sea mínimo

Hay momentos en que nada nos hace felices. En que el mundo pierde su brillo, las canciones su música y las risas de quienes nos rodean ya no nos contagian su alegría.


Seguir adelante en estos instantes vitales no resulta fácil si no encontramos un motivo lo bastante fuerte como para seguir levantándonos cada día. No obstante, ese motivo es fácil de identificar: eres tú mismo.




Cuando descuidamos nuestras necesidades emocionales, cuando dejamos que lo que nos envuelve nos aprisione de tal modo que perdemos el aliento, los ánimos y el control de nuestra existencia, el mundo empieza a ir del revés.


Pueden darnos ánimos, pueden decirnos aquello de que “el tiempo todo lo cura y que lo malo pasa” pero, si nosotros mismos no cogemos la riendas de lo que ocurre en nuestro universo personal, de nada van a servir las buenas palabras y las palmadas en la espalda.


Hay muchos momentos en que efectivamente, nada nos hace felices. No obstante, no hemos de dejar que un mal momento se convierta en una mala vida.


Te explicamos qué hacer.




Estrategias de afrontamiento cuando nada nos hace felices

Si nada nos alegra, si nos damos cuenta de que llevamos más de tres meses con el ánimo bajo, con problemas de insomnio, inapetencia y con esa apatía con la cual todo ha perdido interés para nosotros, es recomendable que lo hablemos con nuestro médico.








Podemos estar sufriendo una depresión, y será siempre un profesional quien nos ofrezca el diagnóstico y qué estrategias debemos seguir de acuerdo a nuestras necesidades.


Una vez hayamos descartado o confirmado un problema psicológico más profundo, es necesario que reflexionemos sobre estas dimensiones y las intentemos poner en práctica cada día.




Respeta tus ritmos: el mundo va ahora más despacio

Estamos mal, no podemos ni debemos disimularlo. ¿De qué nos sirve sonreír o llevar máscaras cuando lo que sentimos es tristeza y apatía?


  • No finjas lo que no sientes o intensificarás tu sufrimiento.
  • Tienes derecho a vivir ese instante de fragilidad, de tristeza. Lo creas o no, las emociones negativas tiene un fin y es el de hacernos ver que “hay algo que debemos cambiar” para adaptarnos mejor a nuestro entorno.

Respeta ese ritmo más lento que ahora necesitan tu mente y tu cuerpo. Necesitas de un tiempo de introspección con el cual atenderte, hacer preguntas y descubrir qué ocurre en tu interior.




Deja a un lado lo que sientes y descubre qué necesitas

Sabes que no estás bien, que a instantes sientes rabia, otras tristeza, en otros momentos solo quieres dormir y, más tarde, necesitas hablar con alguien.


Bien, puesto que eres consciente del complejo tiovivo emocional en el que te encuentras, es el momento de dejar en un segundo plano lo que sientes para identificar qué necesitas.


  • Necesito verme mejor.
  • Necesito pasar un tiempo solo.
  • Necesito encontrar nuevas ilusiones.
  • Necesito empezar de nuevo.
  • Necesito dejar de sentirme triste.
  • Quiero sentirme útil.
  • Quiero quererme como merezco.






Pequeños cambios cotidianos

Nadie se va a sentir más feliz de un momento a otro ni de un día a otro. El bienestar se trabaja día a día, modificando poco a poco nuestro pensamiento y haciendo pequeños cambios.


  • Hoy me voy a poner como propósito dar un largo paseo, que intentaré disfrutar al máximo.
  • Hoy voy a controlar mis pensamientos negativos.
  • Hoy voy a quedar con unos amigos e intentaré hablar con ellos de planes de futuro.
  • Hoy voy a priorizarme, a regalarme tiempo, instantes placenteros.
  • Hoy voy a involucrarme con algo a largo plazo: me apuntaré a un curso, proyectaré un viaje.

Estos pequeños cambios cotidianos generan, a su vez, importantes mejoras emocionales que revertirán poco a poco en nuestro bienestar.


Para ser feliz hay que renunciar a ciertas cosas

Para ser feliz, en ocasiones, hemos de ser capaces de renunciar a ciertas cosas, e incluso a algunas personas. Todo ello requiere de un acto de gran valentía que no siempre es fácil de llevar a cabo.



  • Debemos aprender a escuchar nuestras necesidades, a nuestra conciencia. Si nos damos cuenta de que lo que nos envuelve nos aleja de nuestras esencias, lo que está ocurriendo también es que renunciamos a nuestra felicidad.
  • Renunciar es aprender a cerrar círculos, etapas. Es saber reconocer lo que ya no aporta, lo que no enriquece y lo que nos hace sentir mal.
  • Hay que tener en cuenta también que en ocasiones, no hay culpables que justifiquen nuestra infelicidad. Hay veces en que somos nosotros, con nuestros miedos e inseguridades, quienes cerramos las puertas al bienestar.

Aprende a identificar eso saboteadores internos y derríbalos. El esfuerzo siempre merecerá la pena.

Por Valeria Sabater
 
A veces lo que se termina no es el amor, sino la paciencia



A veces tenemos que aprender a valorarnos y saber poner un punto final a aquellas relaciones que, lejos de beneficiarnos, no nos permiten crecer y nos perjudican

No importa cuánto amemos a alguien, no importa el tiempo que hayamos compartido o los sueños que hayamos construido. En ocasiones, el amor, por sí solo, no es la llave de las relaciones felices.


Cuando no hay reciprocidad, comprensión o respeto, la paciencia termina acabándose.




Sin lugar a dudas, esta situación es algo que todos hemos experimentado alguna vez con gran dolor y sufrimiento. Porque decir adiós a quien fue tan significativo en nuestra vida duele, pero es una necesidad vital de la que hay que aprender.


Cuando se acaba la paciencia, se acaban las ganas, se apagan las ilusiones y corremos el riesgo de terminar perdiéndonos a nosotros mismos en el vacío de la frustración y la falta de la autoestima.


No vale la pena. Hoy en nuestro espacio te invitamos a reflexionar sobre ello.


Te digo adiós porque mi paciencia ha cumplido su fecha de vencimiento



Hay quien cae en el error de pensar que las relaciones son eternas y que no tienen fecha de caducidad. Necesitamos pensarlo así para sentirnos comprometidos, para construir ese vínculo basado en la admiración, el cariño y el respeto. Es algo normal.


Son muchas las ilusiones y proyectos que elaboramos en nuestra mente cuando mantenemos una relación de pareja.


De algún modo, es como si construyésemos una relación paralela sobre lo que debería ser, lo que esperamos y que, desgraciadamente, no siempre se cumple o se ajusta a esas expectativas.


Por ello, es necesario que tengamos en cuenta estos aspectos previos en lo que se refiere a las relaciones afectivas.









Vive el “aquí y ahora” y atiende tu felicidad en este mismo instante

En ocasiones, a muchos nos transmiten ideas culturales basadas en tradiciones erróneas y peligrosas. El amor no es “aguantar” cada día algo que no nos gusta, el amor no es sufrimiento, ni tener que disimular cosas que no nos gustan por no hacer daño al otro.


  • Atiende “el aquí y ahora”. Si en este mismo instante te sientes feliz, ilusionado y tu corazón alberga una sensación serena y satisfactoria, todo va bien.

  • Si lo que intuyes en este momento es preocupación y miedo, valora en qué punto está tu relación. El amor no son lágrimas, porque quien bien te quiere te hará feliz y no desgraciado. Por ello, no dudes nunca en atender tu corazón y tus pensamientos.



La paciencia tiene un límite: tu autoestima

Sin saber muy bien cómo, acabamos cediendo y cediendo en tantas cosas que, al final, dejamos de reconocernos a nosotros mismos.


  • Puedes perdonar hoy y perdonar mañana. El perdón es positivo, siempre y cuando exista reciprocidad y sinceridad en el arrepentimiento. Ahora bien, la cuota de “cesiones y concesiones” es limitada.

  • Cada vez que cedemos en algo perdemos parte de nosotros mismos. Renunciar a una afición, a un trabajo o incluso a dejar de ver a determinadas personas porque nuestra pareja siente celos, implica renunciar a una parte de nuestra identidad.

  • Nuestra paciencia tiene un límite, y ese límite es nuestra integridad. En el momento en que notes que has dado demasiado y ninguna de esas cesiones ha sido recompensada o desconocida, valora tu situación. Tal vez debas tomar una decisión.




Decir adiós también es crecer

Decir adiós a una persona es dejar atrás nuestro modo de vida, es dejar hábitos, costumbres y, ante todo, la compañía de una persona que, hasta no hace mucho, era tan importante como el aire que respirábamos.


Ahora bien, puede llegar un instante en que “ya nos falta” el aire y, a pesar de que siga existiendo amor, percibimos que el sufrimiento y la desilusión está quebrando nuestra salud emocional y nuestra salud. Es algo peligroso.




Es necesario entender que decir adiós es parte de nuestra vida. Porque la vida son ciclos y son cambios, y todo cambio exige estos aspectos:





  • Valentía.
  • Autoconocimiento: Todos tenemos muy claro cuáles son nuestros valores y nuestros límites personales. Es una línea que no debe ser cruzada ni vulnerada para cuidar de nuestra autoestima.
  • Saber decir adiós implica la necesidad de romper vínculos de manera definitiva, es un acto de coraje.
  • Integrar un aprendizaje: Toda relación que se rompe nos enseña algo y esos aspectos, lejos de olvidarlos o mirarlos con rencor, los integraremos y los aceptaremos para crecer.
  • Dejar ir sin odio: Romper una relación porque se nos acaba la paciencia, implica romper vínculos sin odios o resentimientos. Porque toda emoción negativa nos hace prisioneros y nos impide olvidar.

No lo hagas, dejar ir con libertad, sin rencores, para avanzar más ligeros.

Por Valeria Sabater
 
Las emociones positivas mejoran la salud


Todos sabemos que un estilo de vida saludable en el que se incluyan rutinas de ejercicio físico y una alimentación balanceada es la clave para mantener un buen estado de salud, pero hay otros aspecto muy importante que puede repercutir de manera positiva o negativa en la salud de todas las personas: las emociones.






Las emociones positivas son esenciales para el buen estado de la salud de todas las personas sin importar la edad; algunos estudios que se han realizado al respecto demuestran con toda certeza esta realidad y, además, también exponen que las emociones y los pensamientos negativos son realmente perjudiciales para la salud, haciendo que esta se deteriore día a día.






Cuando podemos sentir y expresar positivismo, el estrés se aleja de nuestro entorno dando paso a reacciones y algunas conductas que afectan de manera positiva nuestra salud, y por lo tanto todo aquello que tiene que ver con la buena calidad de vida, ya que al estar tranquilos y sentirnos felices, tenemos ánimo para salir a caminar, a hacer alguna actividad física en compañía de nuestra pareja o de algunas amistades, inclusive nos preocupamos por mantener una buena apariencia física aumentando de esta manera nuestra autoestima, algo muy importante para todas las personas.






Además al lograr mantener una actitud positiva siempre, aún en momentos críticos, se beneficia sustancialmente la calidad del sueño, el cual es muy importante para tener buena salud. Asimismo se pueden aumentar los niveles de antioxidantes y de colesterol bueno, lo cual es sumamente importante para prevenir muchas enfermedades y mantener una apariencia mucho más fresca y juvenil, pues como todos sabemos una cara sonriente y de apariencia tranquila expresa y proyecta salud y vitalidad, lo contrario que demuestran las personas amargadas y pesimistas.


Las personas que llevan una vida angustiada y demasiado estresada, ya sea por cuestiones de trabajo o por problemas familiares, tienen un gran riesgo de sufrir algún tipo de enfermedad cardiovascular. Las personas que siempre piensan de manera negativa, que creen que lo que desean jamás lo pueden lograr, son quienes más enfermedades pueden desarrollar.


Por lo tanto es muy importante para todo ser humano ser capaz de aprender a controlar las emociones y tener la capacidad de superar los contratiempos que se presentan en muchos momentos de la vida, nadie está exento de ellos, el reto es saber salir de ellos actuando de manera positiva y entender que pasar y superar los malos momentos de la vida nos hace ser más fuertes y esto se lo debemos enseñar a nuestros niños, ellos deben aprender que en la vida todo se puede lograr si se cree en uno mismo y que para esto siempre hay que ser positivos, manteniendo una sonrisa y una buena actitud ante todo.

Por Aydee Castaño





 
Los pequeños detalles son los que marcan la diferencia



Generalmente no somos conscientes de que lo importante no son las cosas extraordinarias, sino las cosas cotidianas y las personas que nos rodean, hasta que es tarde y nos faltan

Diez de cada diez personas adoran los pequeños detalles de cada día. Esos que no necesitan de fechas importantes ni clichés y que alimentan en lo cotidiano una gran lista de motivos por los que seguir, por los que ser humilde y conocer el don de cuidar cada día a las personas que queremos.




Porque son los pequeños detalles los que tienen un mayor impacto, los que muestran la grandeza de las personas y los que nos sacan enormes sonrisas. Y es que lo pequeño siempre es lo más importante, pues es lo que nos hace crecer y ser mejores cada día.




Al final te das cuenta de que lo pequeño siempre es más importante. Las conversaciones a las tres de la mañana, las sonrisas espontáneas, las fotos desastrosas que te hacen reír a carcajadas, los poemas de diez palabras que te sacan una lágrima. Los libros que nadie más conoce y se vuelven tus favoritos, una flor que te pones en el cabello, un café que te tomas solo… Eso es lo que verdaderamente vale la pena; las cosas diminutas que causan emociones gigantescas.

Entre letras y cafeína




Los pequeños detalles son los que realmente nos enamoran de la vida



Los pequeños detalles enamoran, porque marcan la diferencia y le confieren a la vida el estatus que le corresponde, pues son el reflejo de la grandeza de las personas y de nuestra capacidad de amar de manera constante y sin condiciones.





Esperamos día tras día que frases de película nos salven antes de caer ante el abismo, o que nos toque la lotería para ser un poco más ricos y dedicarnos a hacer aquello que anhelamos.


Pero, en realidad, la lotería nos toca a diario, en cada segundo y en cada pequeño detalle. Detalles como levantarnos cada día y tener a nuestro lado a quien queremos. Detalles como un ataque de risa, una conversación hasta las 3 de la mañana o la visión de un atardecer.






Lo verdaderamente importante y lo que nos mantiene vivos es lo cotidiano, pero de esto solo nos damos cuenta cuando algo nos falta o algo nos falla. Recalcamos este último apunte porque, cuando algo nos falla, cuando nos decepcionamos, también hay algo que se aviva en nuestro interior.


Porque los pequeños detalles funcionan como avisos, como una manera de hablar el lenguaje de la vida y convertirnos en coleccionistas de momentos emocionales intensos e inolvidables.


Los pequeños detallen hacen grandes momentos



Hacer dieta, ir al gimnasio o ser productivos en nuestro trabajo está muy bien como objetivos diarios, pero se nos olvida lo más importante: tenemos que convertirnos en coleccionistas de momentos emocionales.


Porque los momentos emocionales son los que nos dan alegría ante la vida. Para acostumbrarnos a esto podemos comenzar por llevar con nosotros un diario emocional en el que registremos si hemos tenido algún momento especial en el que se reflejaran nuestros sentimientos y emociones.




Tras unos días de coleccionar situaciones de este tipo, nos sorprenderá cómo nos estamos volviendo más atentos con nuestras relaciones. Gracias a estos esfuerzos reforzaremos nuestros lazos con los demás, ya que hacerlo durante un tiempo puede crear una gran diferencia.


También puede ayudarnos a ser más atentos la creación de un mapa del amor para las personas próximas. Nuestro cerebro almacenará esa información de tal manera que nos sintamos más familiarizados con los detalles de la vida de los demás.


Esto ayudar a crear relaciones más felices y estables pues, cuanto más conozcamos las experiencias, las sensaciones y las preferencias diarias, más fácil nos resultará conectar emocionalmente con esa persona.




¿Qué detalles debemos destacar en el mapa del amor?

A continuación os vamos a mostrar parte del listado que el psicólogo John Gottman nos propone que tenemos que conocer a la hora de elaborar esta guía de pequeños detalles:


  • El plato favorito de esas personas especiales.
  • Sus películas, programas de televisión y libros favoritos.
  • Al menos dos personas que admiran profundamente.
  • Sus animales preferidos.
  • Su destino ideal para las vacaciones.
  • Lo primero que comprarían si les tocase la lotería.
  • Algo que podríamos hacer para mejorar la relación que tenemos con él o ella.
  • Qué querría él o ella cambiar de nosotros.
  • Cuál es su forma preferida de pasar una tarde en casa.
  • Cuál es la actividad en la que él o ella se siente más competente.
  • Cuáles son sus ambiciones secretas.
  • Cuáles son las mejoras personales que quiere realizar en su vida.
  • Cuáles son sus restaurantes favoritos.
  • Cuáles son sus revistas favoritas.
  • Qué tipo de literatura prefiere.
  • Cuál es su pasatiempo favorito cuando está enfermo.
  • Cuál es su regalo ideal de cumpleaños.
  • Cuáles son sus tensiones o preocupaciones actuales.
  • Cuál es su forma favorita de conseguir nuestra atención.
  • Cuál es su sueño sin realizar más anhelado.
  • Cuáles son las razones por las que se siente más orgulloso de sí mismo.




A los hombres también les gustan los pequeños detalles



Solemos tener la creencia errónea de que al común de los hombres no les interesan los pequeños detalles, que no aprecian lo pequeño o lo sutil y que consideran que ciertas cosas son una pérdida de tiempo. Pero sí lo hacen, al igual que las mujeres.


Por eso hemos de reivindicar que ellos también merecen detalles que les ilusionen como palabras, besos o abrazos inesperados. También ellos esperan las sorpresas, porque ellos también merecen amor.


Sean hombres o mujeres debemos valorar día a día a las personas que tenemos alrededor. Una buena forma de hacerlo es marcar la diferencia con pequeños detalles, con cuidados y atenciones especiales.


Es primordial hacer sentir especial a la gente que queremos, demostrar que tienen un peso en nuestra vida. Porque en la cotidianidad se nos olvida lo importante que es mostrar afecto y hacer entender a quienes nos rodean que son imprescindibles para nosotros.


Algo que, sin duda, mantiene fresco el amor.


Notas al lector


  • Si al lector le interesa profundizar en cómo mejorar la comunicación en sus relaciones puede leer a autores como John M. Gottman, Antonio Bolines o Joan DeClaire. Estas lecturas son muy enriquecedoras y nos ayudarán a mejorar la calidad de nuestras relaciones.
Raquel Aldana
 
Hermoso mensaje de Stephen Hawking para cualquier persona con depresión


Stephen Hawking nació el 8 de enero de 1942 (300 años después de la muerte de Galileo) en Oxford, Inglaterra y es conocido por tener una de las mentes más grandes de nuestro tiempo. También es bien conocido por su trabajo en física teórica. Cuando era un niño pequeño, quería estudiar matemáticas, pero una vez que comenzó la universidad, estudió Ciencias Naturales. Luego, durante su primer año en Cambridge a la edad de 21 años, Hawking empezó a tener síntomas de ELA (esclerosis lateral amiotrófica). Entonces los médicos le dieron dos años y medio de vida.





Ahora, a la edad de 77 años, continúa enseñando, investigando, y proporcionando bellos mensajes al mundo. Se dice que sus expectativas se redujeron a cero cuando se le dio el diagnóstico de ELA. Desde entonces, cada aspecto de su vida ha sido como algo “extra” para él.


Una de las mentes más brillantes no permitió que estos desafíos de la vida lo detuvieran. Continuó estudiando. Hawking tiene doce grados honorarios. Ha dedicado su vida a la búsqueda de respuestas sobre el universo, el Big Bang, la creación y teorías científicas. Él no puede hablar o moverse, está limitado a una silla de ruedas, pero ha encontrado formas de inspirar el mundo que nos animan a encontrar la mística en las estrellas. Hawking dice:


Recuerde que debe mirar hacia las estrellas y no hacia abajo a sus pies. Nunca hay que dejar de trabajar. El trabajo le dará significado y propósito. Sin él la vida estará vacía. Si tiene la suerte de encontrar el amor, recuerde que está ahí y no lo tire a la basura“.


Recientemente, durante una conferencia en enero en el Instituto Real de Londres, Hawking comparó los agujeros negros con la depresión, porque lo que está claro es que ni de los agujeros negros ni de la depresión es imposible escapar. “El mensaje de esta conferencia es que los agujeros negros no son tan negros como los pintan. No son las prisiones eternas que antes se pensaba que eran. Las cosas pueden salir de un agujero negro al exterior y, posiblemente, a otro universo. Así que si usted siente que está en un agujero negro, no se rinda; hay una salida“, dijo.


Cuando se le preguntó acerca de sus discapacidades, dijo: “La víctima debe tener el derecho de poder poner fin a su vida, si él quiere. Pero creo que sería un gran error. Por muy mala vida que pueda parecer, siempre hay algo que puede hacer y tener éxito en ello. Mientras hay vida, hay esperanza“. Hawking continuó con un mensaje inspirador acerca de las discapacidades:





Si usted está incapacitado, es probable que no sea su culpa, pero no es bueno culpar al mundo o esperar que se apiaden de usted. Uno tiene que tener una actitud positiva y hay que sacar el mejor partido de la situación en la que uno se encuentra; si uno es discapacitado físico, uno no puede permitirse el lujo de ser también discapacitado psicológicamente. En mi opinión, uno debe concentrarse en actividades en las que su discapacidad física no presentará una seria desventaja. Me temo que los Juegos Olímpicos para personas con discapacidad no son para mí, pero es fácil para mí decirlo debido a que de todos modos nunca me gustó el atletismo. Por otro lado, la ciencia es un área muy buena para las personas con discapacidad, ya que continúa principalmente en la mente. Por supuesto, la mayoría de los tipos de trabajos experimentales son probablemente descartados para la mayoría de estas personas, pero para el trabajo teórico es casi ideal.


Mi discapacidad no ha sido un impedimento significativo en mi campo, que es la física teórica. De hecho, me ha ayudado de alguna manera a mí, protegiéndome de conferencias y del trabajo administrativo en el que de otro modo habría estado involucrado. Lo he conseguido, sin embargo, sólo gracias a la gran cantidad de ayuda que he recibido de mi esposa, hijos, colegas y estudiantes. Me parece que la gente en general está muy dispuesta a ayudar, pero usted debe animarles a sentir que sus esfuerzos para ayudarle valen la pena“.


Stephen Hawking no sólo estimula las mentes científicas a prestar atención, también inspira a los demás a tomar nota de que hay una conexión entre las estrellas y cada uno de nosotros. Sus discapacidades no han detenido su mente curiosa y su sentido de maravillarse.


Su hija, Lucy, compartió con la multitud de la conferencia: “Él tiene un deseo muy envidiable de seguir adelante y la capacidad de convocar a todas sus reservas, toda su energía, toda su concentración mental y juntar todo ello con el objetivo de continuar. Pero no sólo para seguir adelante con el fin de sobrevivir, si no para trascender al producir el extraordinario trabajo de escribir libros, dar conferencias, e inspirando a otras personas con enfermedades neurodegenerativas y otras discapacidades“.

Por Power of Positivity
 
5 sencillos hábitos que eliminan los pensamientos negativos


Nosotros actuamos como pensamos y sentimos. Cuando eliminamos el pensamiento negativo, con el se van el drama y el dolor “. – Anónimo.

Los pensamientos negativos no sirven absolutamente para ningún propósito. Cero. Ninguno. Nin-gu-no.





El pensamiento negativo no tiene absolutamente nada que ver con usted como persona. Los pensamientos tóxicos no definen su carácter, y no pueden determinar su destino. Nosotros determinamos la potencia de cada pensamiento negativo. Por desgracia, a menudo concedemos demasiada influencia a los pensamientos negativos – y esto es lo que causa el daño.


Buda dijo una vez: “Tu peor enemigo no te puede dañar tanto como tus propios pensamientos que no vigilas.


Note las palabras “que no vigilas” en las enseñanzas de Buda. Como suceden con la mayoría de las cosas que pertenecen a la mente, Buda es una vez más supremamente sabio. A veces los pensamientos negativos tienen tendencia a quedarse “colgados” – entonces es cuando la reformulación cognitiva (es decir, ‘la reestructuración cognitiva’) es esencial.


El Dr. Alice Boyes, un ex psicólogo clínico y autor del libro El kit de herramientas de la ansiedad, describe la reestructuración cognitiva como “una parte fundamental de la terapia cognitivo conductual (TCC)”, y añade “es uno de los tratamientos psicológicos más eficaces.


No, no es necesario participar en una TCC para aprender la reestructuración cognitiva.





De hecho, en este artículo, vamos a enseñar algunos de los fundamentos de la reestructuración cognitiva. Y aunque no podrá convertirse en un experto en la técnica – lo más importante – tendrá el poder de haber aprendido.


AQUÍ ESTÁN 5 MANERAS DE REPLANTEAR LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS:

1. OBSERVE EL PENSAMIENTO

Tome asiento en el extremo posterior de su mente y simplemente observe el pensamiento negativo. (Piense en cómo le gustaría ver un aleteo de aves sobre un tejado.)


Los pensamientos negativos son generalmente un producto de las distorsiones cognitivas, o patrones de pensamiento irracional, algo reconocido por psicólogos y psiquiatras de todo el mundo. No se requiere psicoterapia o medicación – sólo tiene que observar un pensamiento, y luego ver que se disipa.


2. CUESTIONAR CUALQUIER REFLEXIÓN

Las reflexiones son patrones de pensamiento excesivo, por ejemplo, “Tengo este problema y puede resolverse si sigo pensando en ello.” A menos que esté participando activamente con el lóbulo frontal del cerebro – es decir, tratando de resolver un problema – la mayoría de las reflexiones no tienen sentido.


La pregunta entonces es: “¿Cómo replantear estos pensamientos?





Sugerimos el siguiente curso de acciones:


(A) Crear dos columnas en una hoja de papel. Titular la primera columna como “Pensamiento” y la segunda columna como “Solución”.


(b) Cuando aparezca la reflexión, anote la hora. Escriba todo en la columna “solución”.


(C) Al final del día / semana / mes, contar el número de veces que apareció el pensamiento y las ideas.


¿Hay algo de valor? Si no es así, vuelva a leer el punto 1.


3. DETERMINAR LA EVIDENCIA

Otra manera de reformular sus pensamientos es evaluar la evidencia detrás de ellos.


Por ejemplo, si siempre está pensando “Nunca tengo suficiente dinero”, puede ser útil evaluar la evidencia y llegar a una solución (si es necesario).


Una vez más, vamos a crear dos columnas. En la Columna (A) escribimos alguna prueba que apoye que “nunca se tiene suficiente dinero”, por ejemplo, saldo de cuenta bancaria, siempre pidiendo dinero, etc. en la columna (B) escriba alguna prueba objetiva que demuestre lo contrario, por ejemplo, tengo casa, comida, ropa, y así.


¿Qué información se transmite a través de este ejercicio? ¿Puede decir con 100 por cien de honestidad que “nunca tiene suficiente dinero”? Si es así, ¿cuál es la siguiente acción a tomar? ¿Crear un presupuesto y limitar los gastos?


4. PRACTICAR LA ATENCIÓN

¿Qué mejor lugar para hablar de la atención que después de hablar de dinero – un factor de estrés casi universal?


Christopher Bergland, un tricampeón del triatlón y científico, explica la atención como algo “mucho más básico de lo que la mayoría de la gente piensa.” Bergland destaca su aproximación a la atención en tres pasos: “STOP. Respirar. Pensar en su pensamiento. Cualquiera puede usar esta sencilla técnica de atención durante todo el día para mantenerse en calma, centrado, optimista y amable “.


Existen prácticas y técnicas de meditación consciente estructurada, tales como la reducción del estrés basada en la atención plena (MBSR), para aquellas personas que buscan una aprendizaje más formal.


5. COMPRENDER LA IMPERMANENCIA Y LA NEUTRALIDAD

Hemos tocado esto durante la introducción, pero vale la pena repetirlo: los pensamientos negativos son fugaces y temporales; sin ningún poder real sobre el resto.


No importa que los pensamientos negativos pasen por su mente, es fundamental entender estos conceptos. De hecho, puede incluso crear y recitar una máxima, por ejemplo, “Este es un pensamiento negativo. Voy a observar, pero no voy participar, ya que se irá rápidamente.


Una excelente manera de demostrar la impotencia de un pensamiento negativo es distraerse. Hacer algo que vaya a ocupar su mente, así no hay espacio para los pensamientos negativos.


Le deseamos la paz, felicidad, amor propio y auto-compasión.


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Fuente: Conocer Salud
 

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