La suerte te tiene que pillar preparado, pero claro que existe la suerte. Yo crecí en un barrio de clase baja y soy una empollona de manual, claro que estudiar y trabajar a destajo me ha llevado a donde estoy, pero también tuve la suerte de entrar al mercado laboral cuando, aunque había crisis, estudiar aún servía para una cierta movilidad social. Y tuve la suerte de que tras la carrera entré de becaria a una empresa del sector tecnológico y ya me quedé en una industria que no solo va bien, sino que si te quieres ir a otra, venir de ella te beneficia porque se presupone que vienes de trabajar con las metodologías de trabajo más pioneras. Y claro que me he esforzado pero otros se han esforzado igual que yo y no lo han conseguido. Gente esforzándose la hay a patadas.No es suerte prima. Jamás he aceptado unas prácticas remuneradas por 100 euros porque me parece un insulto a mi profesión. Eso para empezar. Si tu le llamas suerte a tener que ir todas las noches de 19.00 a 1.00 y trabajar en un teleppi para poder pagar un alquiler apaga y vámonos . Es más cuando me contrataron en un buen trabajo (de lo que estudie y que me pagaban bien) seguí trabajando en el teleppi para poder pagar la entrada del piso. Cualquiera habría dimitido y vivir la vida pero lo mío son los calculos. Te lo repito, no es suerte, es sacrificio y aceptar verdaderas mierdas para conseguir llegar hasta ese punto. También he limpiado mierda por cierto. Ahora, con 33, tengo "suerte". Tengo un trabajo que me permite recoger a mis hijos del colegio, pagar la hipoteca y seguir estudiando. Otros ven series en Netflix y yo estudio para una oposición con un bebé de dos meses en los brazos.
Respondiendo a la pregunta de la persona que ha abierto el hilo. No nos cuesta madurar, nos falta actitud a la hora de poder visualizar un futuro. Yo también caí en eso de que si estudiaba lo tendría todo fácil y una buna vida, y un trabajo de oficina de los que te tiras 8 horas sentadita y bien pagados. Si pudiese hablar con mi yo de 25 años, no me diría nada, solo podría descojonarme viva de ella.