Prima, aquí pienso de otra manera o es que quizás me falten datos. Yo no creo que él sea egoísta, yo creo que en algo tan íntimo como es entregarse a una relación sexual tienes que desear hacerlo, y él por las razones que sea no quiere o no lo necesita.
Supongo que la inapetencia de él no es un bache, si no la manera en la que viven realmente. Si es así, es ella la que, en mi opinión, debe decidir si eso es algo de lo que puede prescindir en su vida y seguir en su matrimonio o no.
Es que el marido es una de esas personas distante emocionalmente, cumple todos los rasgos, es bastante desconfiado, incluso con ella que es su mujer, pone corazas emocionales y no le gusta profundizar en sentimientos, cuando una conversación se pone profunda y toca desnudarse cambia de tema, le cuesta pedir perdon y reconocer errores, piensa que lleva siempre ( o casi siempre la razón), se suele poner a la defensiva y evita mucho la intimidad. Vamos, es de libro.
Cuando hay choques en puntos de vista por ejemplo sobre el niño él no suele confiar en que el instinto de madre tiene fuerza, y no solo ese instinto sino que una madre, bajo el mejor criterio, siempre va a querer lo mejor para su hijo. El suele desprestigiar las opiniones de ella, con gestos, miradas o superioridad diciendo que es que no coinciden en ideas sobre crianza. Lo peor es que cuando ella se abre para llegar a un punto de acuerdo, diálogo, etc es cuando él cambia de tema o no la escucha. Y a los 5 mins puede estar diciendole que mira que camisa me he comprado o tengo que llamar mañana al mecánico. Incluso le veo rasgos de gaslighting.
Y puede ser que como consecuencia de eso para él la intimidad con ella no sea necesaria, no conciba que es un pilar de unión y complicidad esencial en una pareja, de bienestar emocional que trasciende más allá de las relaciones intimas. Con pasarle la mano por el lomo o un beso para él es suficiente.
Como luego él puede cambiar facilmente de tercio pues parece que se le olvidaran las cosas. Ella es más sensible y siente más todo.
Por poner un ejemplo estúpido, un día a ella en la cocina se le explotó un plato por el calor que voló por los aires, y a él solo le acertó decir que la que habia liado, que habian caido todos los cristales en la comida.... ella se sintio tan vulnerable que se le cayeron las lagrimas pensando que lo importante no era eso sino que a ella no le hubiera saltado a la cara u ojos.
Lo que ella ha comparado siempre es lo diferentes que son a nivel comunicación el marido y el ex. Quizá eso ha influido en idealizar al primero, pensando que llenaría los vacios emocionales que tiene en su vida y matrimonio.
Cuando hay choques en puntos de vista por ejemplo sobre el niño él no suele confiar en que el instinto de madre tiene fuerza, y no solo ese instinto sino que una madre, bajo el mejor criterio, siempre va a querer lo mejor para su hijo. El suele desprestigiar las opiniones de ella, con gestos, miradas o superioridad diciendo que es que no coinciden en ideas sobre crianza. Lo peor es que cuando ella se abre para llegar a un punto de acuerdo, diálogo, etc es cuando él cambia de tema o no la escucha. Y a los 5 mins puede estar diciendole que mira que camisa me he comprado o tengo que llamar mañana al mecánico. Incluso le veo rasgos de gaslighting.
Y puede ser que como consecuencia de eso para él la intimidad con ella no sea necesaria, no conciba que es un pilar de unión y complicidad esencial en una pareja, de bienestar emocional que trasciende más allá de las relaciones intimas. Con pasarle la mano por el lomo o un beso para él es suficiente.
Como luego él puede cambiar facilmente de tercio pues parece que se le olvidaran las cosas. Ella es más sensible y siente más todo.
Por poner un ejemplo estúpido, un día a ella en la cocina se le explotó un plato por el calor que voló por los aires, y a él solo le acertó decir que la que habia liado, que habian caido todos los cristales en la comida.... ella se sintio tan vulnerable que se le cayeron las lagrimas pensando que lo importante no era eso sino que a ella no le hubiera saltado a la cara u ojos.
Lo que ella ha comparado siempre es lo diferentes que son a nivel comunicación el marido y el ex. Quizá eso ha influido en idealizar al primero, pensando que llenaría los vacios emocionales que tiene en su vida y matrimonio.