Me doy cuenta que hay gente que no puede vivir sin que les hagan casito.
Y lo peor de todo es que muchos los 40 no los cumplen.
Ya no hablo de las redes sociales, que son el catálogo de adictos a llamar la atención. Hablo del día a día.
En el supermercado, en el transporte público, en el trato cotidiano.
Esa gente que va por la calle hablando a voces opinando de lo que sea, para que escuchemos lo que opinan. Y sus opiniones son formadísimas siempre.
Algunos incluso van comportándose de forma muy llamativa para que les veamos, les miremos, no lo pueden remediar: necesitan llamar la atención.
Hace poco comenté en un hilo cómo me fui a un entorno natural a pasar el día libre, y en mitad de la nada, si digo la nada, en plena naturaleza, tres mujeres que no cumplían los 50, cogieron y se sentaron muy cerca de donde estaba yo, habiendo otra pareja a escasos metros, y allí en mitad de NADA, lugar donde se busca la tranquilidad, se ponen a hablar a voces del entonces escándalo político del PP y el culebrón de Ayuso. Opinando a voces para que las oyeran. Y esto es una anécdota, porque veo cada cosa que es de traca.
Son gente que necesitan estar rodeados de otra gente, para que los miren, les oigan, y les vean. Y así se puedan lucir ante los demás.
Lo mejor de todo: que a la mayoría nos importan un soberano carajo sus pretensiones, pero son personajes cómicos y descacharrantes.
Suelten por esa boquita, cotillas. ¿Hay en vuestros entornos ejemplares de estos?.
Y lo peor de todo es que muchos los 40 no los cumplen.
Ya no hablo de las redes sociales, que son el catálogo de adictos a llamar la atención. Hablo del día a día.
En el supermercado, en el transporte público, en el trato cotidiano.
Esa gente que va por la calle hablando a voces opinando de lo que sea, para que escuchemos lo que opinan. Y sus opiniones son formadísimas siempre.
Algunos incluso van comportándose de forma muy llamativa para que les veamos, les miremos, no lo pueden remediar: necesitan llamar la atención.
Hace poco comenté en un hilo cómo me fui a un entorno natural a pasar el día libre, y en mitad de la nada, si digo la nada, en plena naturaleza, tres mujeres que no cumplían los 50, cogieron y se sentaron muy cerca de donde estaba yo, habiendo otra pareja a escasos metros, y allí en mitad de NADA, lugar donde se busca la tranquilidad, se ponen a hablar a voces del entonces escándalo político del PP y el culebrón de Ayuso. Opinando a voces para que las oyeran. Y esto es una anécdota, porque veo cada cosa que es de traca.
Son gente que necesitan estar rodeados de otra gente, para que los miren, les oigan, y les vean. Y así se puedan lucir ante los demás.
Lo mejor de todo: que a la mayoría nos importan un soberano carajo sus pretensiones, pero son personajes cómicos y descacharrantes.
Suelten por esa boquita, cotillas. ¿Hay en vuestros entornos ejemplares de estos?.