Creo que no corresponde en este tema, pero ahí voy.
Cuando un niño nace, todo son estímulos. Hay que estimularlo para que se desarrolle, para que hable, para que juegue, para que aprenda, para que mejore, estimularlo, estimularlo, estimularlo. 24/7 estimulando al niño.
Aaah amigo, pero cuando ese niño es adulto, tiene que aprender a hacer las cosas de una en una, a estar en pausa, a saber estar sin hacer nada y sin tener miles de pensamientos en la cabeza. ¿Como va a ser un adulto funcional, capaz de entenderse a si mismo, si ha estado sobreestimulado desde siempre?
Aquí dejo mi comentario para expresar mi total desacuerdo con tanta estimulación a los infantes. Quizás de pequeños sí que les hace bien (que el tema de querer que los niños aprendan o sean "capaces de" antes de tiempo o con rapidez es otro tema a hablar). Por mucho que de niños sea bueno, esos niños luego serán adultos y no veo que haya ninguna transición, ni acompañamiento, ni información para poder saber parar.
Luego se llega a la adultez y todo son frustraciones, llenar la vida vacía con más estímulos temporales y muuuuchas visitas al psicólogo. Algo pasa y hay que mirarlo.
Los estímulos en la infancia son necesarios porque es un período clave para el desarrollo neuronal. Las funciones cerebrales y la personalidad se forjan con la interacción con el ambiente. Durante el primer año sobre todo, pero también los cuatro o cinco siguientes, es cuando el cerebro es más plástico. En esta etapa, se realizan conexiones neuronales mucho más rápido y de más fuerza que en el resto de nuestra vida. Hasta 500 veces más que en el cerebro adulto. Esas conexiones tienen que activarse para mantenerse. Cuando un bebé escucha que le cantan, o cuando un infante repite una rima, se activan las conexiones neuronales que corresponden al lenguaje. Y la repetición de esos estímulos es esencial para la supervivencia de esas sinapsis. De nada vale que el cerebro tenga miles de millones de neuronas, si no se establecen conexiones entre ellas.
Esa transición que tú reclamas, se da naturalmente. En primer lugar, porque como dije luego de los cinco o seis años baja el ritmo del desarrollo neuronal, por tanto las reacciones a los estímulos ya no son las mismas. Y en segundo lugar porque las experiencias que el niño va teniendo hacen que algunas de esas conexiones se eliminen (porque no las usa o no las necesita) y otras se fortalezcan y ganen eficiencia, permaneciendo las verdaderamente necesarias para la vida futura, que serán las bases para los aprendizajes, la salud mental y el relacionamiento con los demás que lo convertirán en un adulto realmente funcional, que pueda manejar las frustraciones y los fracasos.
Esa transición que tú reclamas, se da naturalmente. En primer lugar, porque como dije luego de los cinco o seis años baja el ritmo del desarrollo neuronal, por tanto las reacciones a los estímulos ya no son las mismas. Y en segundo lugar porque las experiencias que el niño va teniendo hacen que algunas de esas conexiones se eliminen (porque no las usa o no las necesita) y otras se fortalezcan y ganen eficiencia, permaneciendo las verdaderamente necesarias para la vida futura, que serán las bases para los aprendizajes, la salud mental y el relacionamiento con los demás que lo convertirán en un adulto realmente funcional, que pueda manejar las frustraciones y los fracasos.