Os contaré que mi fantástica memoria de Dory (la de Buscando a Nemo), me juega malas pasadas. Me olvido de muchas cosas muchas veces, salgo de casa y a mitad de camino darme la vuelta por olvidarme de algo, como la mascarilla en tiempos de su uso obligatorio, pero hoy os hablaré de la fantástica experiencia de que se me olvide algo en el coche en el garaje...como las llaves del garaje.
Tenemos, como en la mayoría de garajes de la nación española, una puerta de peatones y otra de vehículos. Los subnormales del garaje salen por la puerta de vehículos siempre, dificultando el acceso a coches porque en su afán "porqueyolovalgo" y como putos vagos que son, prefieren salir por esa puerta, más cercana y fácil, ya que la de peatones supone la ardua y dificilísima tarea de subir escalones a pie,algo a lo que tiene alergia la mayoría de españoles. Luego estamos los que respetamos la ley, y salimos por la dichosa puerta de peatones, porque las personas honradas sabemos cuál es nuestro sitio (no como esos cantamañanas que salen por donde quieren, ni que esto fuera Bilbao).
Pues la puerta de peatones se abre nada más que por dentro, no necesita llave, eso sí para entrar hay que abrir con la llave de cada uno.
Pues aquí servidora, conocida por merecer una beca en Harvard, se ha olvidado de la llave del garaje en alguna ocasión...dentro del coche, ya aparcado y guardado, acordándome estando ya fuera. ¿Que como me tocó entrar al garaje sin la llave?, Esperando una puñetera hora o más con un puto sol de justicia asqueroso de julio, a que alguien que fuera al garaje y tuviera llave y me abriera, para así poder recuperar la llave de dentro del coche. ¿Que qué pasó?, Que era domingo y la gente ese día parece que no tiene otra cosa mejor que hacer que estar en sus puñeteras casas y se queden sin ir al garaje, nadie piensa, que puede haber otra persona necesitada de que le abran o algo, todos los putos días alguien va al garaje a NADA y ese día no iba ni Peter.
Y yo ahí, esperando como la loca del muelle de San Blas, sola sin nadie en la calle, casi al borde de morir abrasada por el puto calor, a que alguien me abriera,hasta que llegó una chica del garaje que guarda su coche allí y entré por fin a por las llaves.
Luego me podréis preguntar por algo que pasó en mi infancia o en un momento determinado del pasado, me acuerdo hasta de la ofensa más deshonrosa que me hizo algún enemigo, o bien os puedo recitar versículos de la Biblia, para eso te lo una memoria que te cagas, pero para el día a día, soy LO PUTO PEOR.
Tenemos, como en la mayoría de garajes de la nación española, una puerta de peatones y otra de vehículos. Los subnormales del garaje salen por la puerta de vehículos siempre, dificultando el acceso a coches porque en su afán "porqueyolovalgo" y como putos vagos que son, prefieren salir por esa puerta, más cercana y fácil, ya que la de peatones supone la ardua y dificilísima tarea de subir escalones a pie,algo a lo que tiene alergia la mayoría de españoles. Luego estamos los que respetamos la ley, y salimos por la dichosa puerta de peatones, porque las personas honradas sabemos cuál es nuestro sitio (no como esos cantamañanas que salen por donde quieren, ni que esto fuera Bilbao).
Pues la puerta de peatones se abre nada más que por dentro, no necesita llave, eso sí para entrar hay que abrir con la llave de cada uno.
Pues aquí servidora, conocida por merecer una beca en Harvard, se ha olvidado de la llave del garaje en alguna ocasión...dentro del coche, ya aparcado y guardado, acordándome estando ya fuera. ¿Que como me tocó entrar al garaje sin la llave?, Esperando una puñetera hora o más con un puto sol de justicia asqueroso de julio, a que alguien que fuera al garaje y tuviera llave y me abriera, para así poder recuperar la llave de dentro del coche. ¿Que qué pasó?, Que era domingo y la gente ese día parece que no tiene otra cosa mejor que hacer que estar en sus puñeteras casas y se queden sin ir al garaje, nadie piensa, que puede haber otra persona necesitada de que le abran o algo, todos los putos días alguien va al garaje a NADA y ese día no iba ni Peter.
Y yo ahí, esperando como la loca del muelle de San Blas, sola sin nadie en la calle, casi al borde de morir abrasada por el puto calor, a que alguien me abriera,hasta que llegó una chica del garaje que guarda su coche allí y entré por fin a por las llaves.
Luego me podréis preguntar por algo que pasó en mi infancia o en un momento determinado del pasado, me acuerdo hasta de la ofensa más deshonrosa que me hizo algún enemigo, o bien os puedo recitar versículos de la Biblia, para eso te lo una memoria que te cagas, pero para el día a día, soy LO PUTO PEOR.