Me atrae alguien y no está el horno para bollos

El problema siempre es la expectativa. Al final si alguien se ilusiona sin nada tangible, y ha endiosado al otro, es difícil que el otro esté a la altura de eso.

Pero vaya yo también veo raro como dice la prima más arriba, que por un "Tomemos un café" el chico sea tan explícito rechazando y hable "de algo más".

Pronunciar: "me gustas" o "quiero algo más" siempre he pensado que rompe la magia un poco. Que es mejor hacer porque surja, y de repente, te sorprendes o le sorprendes.
 
El problema siempre es la expectativa. Al final si alguien se ilusiona sin nada tangible, y ha endiosado al otro, es difícil que el otro esté a la altura de eso.

Pero vaya yo también veo raro como dice la prima más arriba, que por un "Tomemos un café" el chico sea tan explícito rechazando y hable "de algo más".

Pronunciar: "me gustas" o "quiero algo más" siempre he pensado que rompe la magia un poco. Que es mejor hacer porque surja, y de repente, te sorprendes o le sorprendes.
Es que tampoco sabemos cómo le ha propuesto lo del café, si se entendía que era algo más lo que realmente proponía, etc. Claramente él ha pillado por dónde iba la cosa. Pero también puede que lo haya pillado porque veía venir a la OP ya de antes. Nos falta toda la información.
 
Es que tampoco sabemos cómo le ha propuesto lo del café, si se entendía que era algo más lo que realmente proponía, etc. Claramente él ha pillado por dónde iba la cosa. Pero también puede que lo haya pillado porque veía venir a la OP ya de antes. Nos falta toda la información.
Pero toda.

Porque proponer un café de forma totalmente informal no debería llevar asociado nada.
 
Todo este episodio me ha recordado a una anécdota remotamente parecida que me pasó con un compañero de clase cuando estaba en la universidad hace más de 3 décadas y yo estaba en mis veintipocos años. En mi caso, era un chaval que me gustaba mucho físicamente (luego le conocí algo mejor y me gustó aún más aunque reconozco que también le idealicé) desde 2º y me esperé 3 años, a estar en 5º, para una noche que habíamos salido los de clase y habíamos bebido un poco decirle que me gustaba mucho. Yo hubiera jurado que no le era indiferente por algunas miradas y frases que me había soltado, que no eran de tonteo, pues los dos éramos bastante tímidos e introvertidos. Pues su contestación fue "¿Y yo qué quieres que te diga?" y nos quedamos los dos en silencio y no dijimos nada más. A mí, aquella tibieza me dejó bastante confusa y la achaqué a que íbamos bebidos y no me desanimé, máxime cuando al día siguiente que nos vimos en clase, me miró intensamente y me sonrió. Seguramente solo trataba de ser empático y cordial pero yo lo interpreté como que había "algo" entre nosotros a pesar de su respuesta la noche anterior.

Así que, a los pocos días, volví a la carga y me acerqué a él un momento para ver si quería quedar conmigo (pobre chaval, jajaja) el siguiente sábado por la tarde. Y ahí ya se dejó de diplomacias y fue más tajante. Me soltó un simple pero firme "No", que era lo que yo necesitaba que me hubiera dicho antes. Y, obviamente, ya me quedó claro y no volví a insistir jamás, quitándomelo de la cabeza para siempre a pesar del chasco y el disgustillo (estuve algo baja de ánimo unas semanas). Y nos seguimos tratando como siempre hasta que acabó el curso y con él, la carrera. Le vi al año siguiente en alguna ocasión que coincidimos preparando oposiciones, y me volvió a dejar confusa que me preguntara por mi relación con un chico y hasta me llamó a casa un día y todo sin un motivo aparente, algo impensable en él, pero yo ya había pasado página y no hice mayor caso. Hoy será un señor de 54 años, supongo que casado, con familia y hasta nietos, je. Menos mal que me dijo "no", no creo que hubiéramos durado mucho como potencial pareja.
 
Joder me he quedado fatal. Estaba preparada para un "no" y para mi sería muy sencillo ver que no le intereso y olvidarme. Pero ha sido un me gustas pero prefiero esperar . Eso es un quizás. Y no cierra la puerta del todo y me deja más rayada. Lo que más me ha jodido ha sido el no hace falta que me esperes, si aparece otro adelante. Eso significa que no le importa una mierda perderme por mucho que diga que le gusto. O que ha visto otra que le gusta más y a mi me quiere dejar en la recámara. Grrrr eso es mucho peor que un no. También ha dicho que ha tenido una mala experiencia por apurar demasiado y que no quiere repetir el error. Y que si tiene que pasar algo entre nosotros pasará. Que de momento sigamos como hasta ahora. ¿Qué se supone que significa eso? ¿Que es lo que se supone que puede pasar "por ir demasiado deprisa"? Sé que se dejó con alguien hace varios meses, pero no sé cuanto tiempo llevaban ni nada más. No entiendo qué es ir demasiado deprisa. Si dos personas se gustan, adelante no? agggggg que mal. Estoy peor que antes. Con lo bien que estaba yo en mi mundo de tonteo y felicidad.
Quédate con el NO y no le des más vueltas.


Ya. No entiendo qué gana con decirme eso. No sé para que sirve un tonteo si no hay intención de nada más. Y no sé a que viene decirme que quizá más adelante. Acaso va a cambiar algo más adelante? Voy a seguir teniendo un hijo y vamos a seguir siendo compañeros de trabajo. Y no nos vamos a conocer mejor si no quedamos fuera.
Que mal me ha sentado todo. Voy a pasar dos días muy jodida por este rechazo pero no me arrepiento. Mejor saberlo ahora. Pero qué poco corazón. Es que los hombres no se dan cuenta del daño que hacen?

Te dice eso porque es la forma sencilla de decir "no". Siempre es más fácil soltar un no eres tú, soy yo; no es el momento; no estoy preparado; tal vez más adelante pero seamos amigos... creo que todos más de una vez hemos caído en usar esas excusas porque siempre resulta más fácil que decirle a alguien que no le correspondes y que no te gusta. No hay que darle muchas más vueltas, ni buscar explicaciones donde no las hay.
 
Última edición:
Todo este episodio me ha recordado a una anécdota remotamente parecida que me pasó con un compañero de clase cuando estaba en la universidad hace más de 3 décadas y yo estaba en mis veintipocos años. En mi caso, era un chaval que me gustaba mucho físicamente (luego le conocí algo mejor y me gustó aún más aunque reconozco que también le idealicé) desde 2º y me esperé 3 años, a estar en 5º, para una noche que habíamos salido los de clase y habíamos bebido un poco decirle que me gustaba mucho. Yo hubiera jurado que no le era indiferente por algunas miradas y frases que me había soltado, que no eran de tonteo, pues los dos éramos bastante tímidos e introvertidos. Pues su contestación fue "¿Y yo qué quieres que te diga?" y nos quedamos los dos en silencio y no dijimos nada más. A mí, aquella tibieza me dejó bastante confusa y la achaqué a que íbamos bebidos y no me desanimé, máxime cuando al día siguiente que nos vimos en clase, me miró intensamente y me sonrió. Seguramente solo trataba de ser empático y cordial pero yo lo interpreté como que había "algo" entre nosotros a pesar de su respuesta la noche anterior.

Así que, a los pocos días, volví a la carga y me acerqué a él un momento para ver si quería quedar conmigo (pobre chaval, jajaja) el siguiente sábado por la tarde. Y ahí ya se dejó de diplomacias y fue más tajante. Me soltó un simple pero firme "No", que era lo que yo necesitaba que me hubiera dicho antes. Y, obviamente, ya me quedó claro y no volví a insistir jamás, quitándomelo de la cabeza para siempre a pesar del chasco y el disgustillo (estuve algo baja de ánimo unas semanas). Y nos seguimos tratando como siempre hasta que acabó el curso y con él, la carrera. Le vi al año siguiente en alguna ocasión que coincidimos preparando oposiciones, y me volvió a dejar confusa que me preguntara por mi relación con un chico y hasta me llamó a casa un día y todo sin un motivo aparente, algo impensable en él, pero yo ya había pasado página y no hice mayor caso. Hoy será un señor de 54 años, supongo que casado, con familia y hasta nietos, je. Menos mal que me dijo "no", no creo que hubiéramos durado mucho como potencial pareja.
Buah, recuerdos del Vietnam. 🤣🤣🤣

De los 13 a los 17 (aprox) estuve enamoradísima y obsesionadísima con mi vecino de delante, se lo hice saber con indirectas por tierra, mar y aire, nunca directamente ni cara a cara. Lo más directo que llegué a hacer fue a enviarle una carta, esto ya a los 17 y como último cartucho, en plan “aquí me tienes para lo que quieras, o lo tomas o lo dejas, si no reaccionas te dejo en paz para siempre”. Hasta llegar a esto, como el pobre chaval seguía siendo amable conmigo en vez de mandarme ATPC, yo ahí seguía, erre que erre, pensando que tenía que mantener la esperanza y que había opciones de que se enamorase de mí. Obviamente nunca pasó nada de nada entre nosotros, la carta solo me sirvió para malgastar papel y tinta, ahora lo pienso y menuda vergüenza ajena. Ahora es un señor calvo y tiene tropecientos hijos, menos mal. 🤭
 
Todo este episodio me ha recordado a una anécdota remotamente parecida que me pasó con un compañero de clase cuando estaba en la universidad hace más de 3 décadas y yo estaba en mis veintipocos años. En mi caso, era un chaval que me gustaba mucho físicamente (luego le conocí algo mejor y me gustó aún más aunque reconozco que también le idealicé) desde 2º y me esperé 3 años, a estar en 5º, para una noche que habíamos salido los de clase y habíamos bebido un poco decirle que me gustaba mucho. Yo hubiera jurado que no le era indiferente por algunas miradas y frases que me había soltado, que no eran de tonteo, pues los dos éramos bastante tímidos e introvertidos. Pues su contestación fue "¿Y yo qué quieres que te diga?" y nos quedamos los dos en silencio y no dijimos nada más. A mí, aquella tibieza me dejó bastante confusa y la achaqué a que íbamos bebidos y no me desanimé, máxime cuando al día siguiente que nos vimos en clase, me miró intensamente y me sonrió. Seguramente solo trataba de ser empático y cordial pero yo lo interpreté como que había "algo" entre nosotros a pesar de su respuesta la noche anterior.

Así que, a los pocos días, volví a la carga y me acerqué a él un momento para ver si quería quedar conmigo (pobre chaval, jajaja) el siguiente sábado por la tarde. Y ahí ya se dejó de diplomacias y fue más tajante. Me soltó un simple pero firme "No", que era lo que yo necesitaba que me hubiera dicho antes. Y, obviamente, ya me quedó claro y no volví a insistir jamás, quitándomelo de la cabeza para siempre a pesar del chasco y el disgustillo (estuve algo baja de ánimo unas semanas). Y nos seguimos tratando como siempre hasta que acabó el curso y con él, la carrera. Le vi al año siguiente en alguna ocasión que coincidimos preparando oposiciones, y me volvió a dejar confusa que me preguntara por mi relación con un chico y hasta me llamó a casa un día y todo sin un motivo aparente, algo impensable en él, pero yo ya había pasado página y no hice mayor caso. Hoy será un señor de 54 años, supongo que casado, con familia y hasta nietos, je. Menos mal que me dijo "no", no creo que hubiéramos durado mucho como potencial pareja.
La clave no suele ser tanto lo que dicen como lo que hacen.

Puede tontear muchísimo, pero si lo único especial que hace es eso, te vuelve la cabeza loca, pero analizandolo puede estar todo en nuestra cabeza. Que al final nos ilusionamos y muchas veces vemos lo que queremos ver. Otra cosa es cuando ves que hace por quedar, por tocarte (contacto físico sútil), por saber de tu vida, si estás pasando un mal momento se implica, te quiere hacer favores...

Que luego habrá alguno que tontee, haga todo eso, y luego no se lance. Porque cuando hay que ponerse a ello no le gustas tanto, hay otra, o a saber...
 
Ya lo siento chicas, pero es que siempre es lo mismo, reformista, oficinista o vecino del quinto.... si no sabes si le gustas, es que NO.

Hasta el más tímido se echa p'alante cuando le gustas de verdad.
Exacto, porque una cosa es el tonteo, y habría que ver a qué llamamos tonteo, porque probablemente la otra parte ni sea consciente.
 
La clave no suele ser tanto lo que dicen como lo que hacen.

Puede tontear muchísimo, pero si lo único especial que hace es eso, te vuelve la cabeza loca, pero analizandolo puede estar todo en nuestra cabeza. Que al final nos ilusionamos y muchas veces vemos lo que queremos ver. Otra cosa es cuando ves que hace por quedar, por tocarte (contacto físico sútil), por saber de tu vida, si estás pasando un mal momento se implica, te quiere hacer favores...

Que luego habrá alguno que tontee, haga todo eso, y luego no se lance. Porque cuando hay que ponerse a ello no le gustas tanto, hay otra, o a saber...
El problema que yo veo que suele haber es que cuando hablamos de interacciones humanas y de atracción, la frontera entre realidad e ilusiones no siempre está tan clara. A todos nos gusta gustar, y hay personas poco empáticas que ponen su ego por delante de la posibilidad de hacer daño a alguien potencialmente vulnerable.
 
El problema que yo veo que suele haber es que cuando hablamos de interacciones humanas y de atracción, la frontera entre realidad e ilusiones no siempre está tan clara. A todos nos gusta gustar, y hay personas poco empáticas que ponen su ego por delante de la posibilidad de hacer daño a alguien potencialmente vulnerable.

No hablo de este caso en concreto porque lo desconozco, pero yo estoy cansada de escuchar las batallas de amigas que están dolidas o decepcionadas con un hombre porque según ellas las manipularon y engañaron tonteando con ellas sin querer nada más, sólo para alimentar su ego y sin tener en cuenta su fragilidad. Y la traducción era que simplemente se encontraron con una persona amable, educada, espontánea y sonriente que en ningún momento tuvo intención alguna de tonteo y que no era consciente de las ilusiones y expectativas, irreales, que se estaban montando ellas. Y no es un caso, ni dos, ni tres, sino unos cuantos más.
 
No hablo de este caso en concreto porque lo desconozco, pero yo estoy cansada de escuchar las batallas de amigas que están dolidas o decepcionadas con un hombre porque según ellas las manipularon y engañaron tonteando con ellas sin querer nada más, sólo para alimentar su ego y sin tener en cuenta su fragilidad. Y la traducción era que simplemente se encontraron con una persona amable, educada, espontánea y sonriente que en ningún momento tuvo intención alguna de tonteo y que no era consciente de las ilusiones y expectativas, irreales, que se estaban montando ellas. Y no es un caso, ni dos, ni tres, sino unos cuantos más.
Eso me ha pasado a mí con los hombres muchas veces, hasta el punto de pensar en ser diferente a como en realidad soy, más seca y distante para no dar lugar a malos entendidos, pero es que algunos sólo por un simple saludo cordial se ha montado ya su película y cuando por fin se dan cuenta de que todo estaba en su cabeza encima se ponen imbéciles.
Y la cuestión es que si son gente que no vas a volver a ver pues vale, pero cuando es alguien del trabajo o del gym, o de tu vecindario que lo tienes que ver a menudo y empiezan con los malos rollos, que si ahora ya no te saludo que si tal...te ves en una situación que ya no sabes muy bien ni cómo actuar porque cualquier cosa que hagas puede desatar una reacción, en fin... qué paciencia
 
Última edición:
La clave no suele ser tanto lo que dicen como lo que hacen.

Puede tontear muchísimo, pero si lo único especial que hace es eso, te vuelve la cabeza loca, pero analizandolo puede estar todo en nuestra cabeza. Que al final nos ilusionamos y muchas veces vemos lo que queremos ver. Otra cosa es cuando ves que hace por quedar, por tocarte (contacto físico sútil), por saber de tu vida, si estás pasando un mal momento se implica, te quiere hacer favores...

Que luego habrá alguno que tontee, haga todo eso, y luego no se lance. Porque cuando hay que ponerse a ello no le gustas tanto, hay otra, o a saber...
Claro, totalmente de acuerdo. Esto lo sé ahora, con la experiencia y, de todos modos, ya con 55, hace muchos años que no me dan ni me darán tan gordas por nadie nunca más (y seguro que es algo común en personas de mi edad o mayores). Tengo los pies muy en el suelo. Pero cuando tienes veintipocos años, mucha inexperiencia, las hormonas revueltas y se te mete un chico guapo entre ceja y ceja, no ves más allá de lo que tu "dios en la tierra" te diga o cómo te mire. Ves señales ocultas en cualquier gesto, mirada o palabra suya (por eso, porque es lo que quieres ver y no la realidad) y ahora sonrío al darme cuenta de que él se portaba más bien como una especie de "hermano pequeño" algo protector conmigo y no como un novio potencial. El atontolinamiento "adolescentoide" y la perra que cogí con este chaval fueron de aúpa y me duró años hasta su "No". Con el tiempo me di cuenta de que había sido un simple capricho mío y si hubiéramos llegado a salir habría sido un sonoro fracaso ya que no teníamos nada que ver el uno con el otro. Y todo esto lo rememoro con afecto y simpatía hacia él. Si le viera hoy, le saludaría como a un viejo amigo y me alegraría de que le fuera bien en la vida.

De todos modos, a pesar de lo que sufrí, del chasco o de la incomodidad que pude generar en este compañero de clase con mi actitud y lanzamiento a por todas con él, nunca me he arrepentido de haberle dicho que me gustaba. Me sentí más viva que nunca durante todo ese tiempo de amor platónico, y mostrarle mi interés me hizo salir de dudas y detuvo mi sufrimiento. Creo que hice lo que tenía que hacer. Nunca fui pesada, ni me hice omnipresente ni fui detrás de él ni le acosé ni nada de eso. Que me quiten lo bailao. Si no le hubiera dicho nada, hoy me acordaría de él y pensaría que lo mismo él también sentía algo por mí y nunca dimos el paso. Fue una lección de madurez y realismo, necesaria en el aprendizaje de la vida.
 
Última edición:

Temas Similares

2 3
Respuestas
32
Visitas
4K
Back