Me encanta que te hayas decidido a escribir y también me me parece precioso lo que cuentas porque pese a todo al final ha ganado LA VERDAD y estás viviendo la vida que te mereces.
Has sufrido lo indecible pero has sido capaz de deshacerte de sus voces, de sus mentiras y ver lo que en realidad vales.
Yo esa reconciliación con mi yo infantil la he alcanzado plenamente sólo al ser madre y al darle a mi hijo lo que mí no me dieron.
Al mimarlo a el era como si mimará a la vez a la niña que fuí y que lo necesitaba desesperadamente.
La maternidad para mi ha sido el paso definitivo hacia la sanación.
Bienvenida y de verdad gracias por tu historia y por tu confianza.
Un abrazo gigante, eres muy valiente.
muy de acuerdo en el momento de ser madre,ese sentimiento de acariciar al bebé/niño y a la vez sentir como si te estuvieran acariciando a ti con un recuerdo borroso a la vez, pura añoranza...
Estuve mucho tiempo que cuando le hacía cosquillas al mayor y se reía y me abrazaba me caían las lágrimas,no podía contenerlo,se me escapaba sin querer,tenía que disimular.