Madres que son adversarias

Me estoy planteando seriamente el poner un muro muy grande entre mi madre y yo. No sé si es por su edad, que ya va mayor o qué... Estoy harta de que me lleve la contraria en todo, no hace más que llamarme exagerada, que estoy fatal y siempre, siempre le quita hierro a mis problemas. Se cree que tengo que estar hiper feliz 24h o ya empieza a decirme que mi actitud no es normal... Es la ÚNICA persona con la que me pasa esto.

Tb no para de alardearme de su dinero y cosas lujosas (pero en plan exagerado, no se pq lo hace), cuando sabe que lo poco que consigo es con las mierdas de trabajos esporádicos que me salen. Nunca me da nada, es que ni se plantea echarme un cable ( creo que sabe que en cuanto junte pasta, me largo de su casa). En cambio a mis hermanos mayores les ha pagado alquileres de pisos, coches, etc. Ellos me sacan bastantes años y tienen estabilidad, creo que han dado por supuesto que soy yo la que se "tiene" que quedar con nuestra madre...

Odia estar sola y me quiere retener cerca, pq todas las veces que me he largado por curro me hacía chantaje con lo solita que se quedaba, me lloraba, llámame... y ahora que estoy con ella es como si creyera que esto va a ser así siempre, que soy un perrito de compañía a su servicio. Es viuda, pero no por ello yo me tengo que quedar sin vida y estar a su disposición, no?? En fin, tenía que soltarlo...
Pírate. Ya. No te va a ayudar en la vida. Lo que quiere es tenerte sometida. Maleta y puerta.
 
Madre mía.... he evitado este hilo muchas veces, porque sabía que lo pasaría mal leyendo, y así ha sido. Estoy con un catarrazo del tres y en mala hora me he metido aquí. Lo siento por todas, de corazón.
Deciros a todas las que escribis vuestras experiencias, que son mucho más comunes de lo que pensais, y que es una pena que exista ese tabú y no se pueda decir en voz alta: Mi madre es un asco de madre. La mía lo es. Una p*ta mierda de madre.
Y no se por qué es, pero me importa tres coj*nes a estas alturas. Ya he pasado por todas las fases y estoy en la de ni frío ni calor. Es triste pero si me llama mi padre y mañana me dice mi madre ha palmao, pues me daría bastante igual. Bastante mucho. Qué hija desnaturalizada! Pues si... pero qué madre he tenido.
No recuerdo un gesto de cariño, no recuerdo un abrazo, un mimo, un decirme hija mía cuánto te quiero o hija que bien has hecho esto.
Sólo había miradas de asco, silencio y desprecio. Insultos y golpes si, en abundancia. Recuerdo esconder estas cosas, no contarlas a nadie, porque me avergonzaba yo. Pensaba que era yo la mala, que me merecía dormir en el balcón a -5 grados Centígrados porque me había quejado de que las lentejas de la cena estaban saladas. Que me fui a hacer el exámen de selectividad con un ojo como una berenjena y encima le decía a la gente que había sido yo de los nervios contra la puerta del armario, por mala hija, por no haber dado las gracias por la cena. Cuando con tres años ya había aprendido a esconderme cuando ella llegaba a casa. Cuando me hacía la dormida para evitar que me hablara, pero me despertaba y me reñía igual, por dejar la toalla descolocada en el baño. Cuando me dijo que de sus hijos habría preferido que fuera yo la que enfermara y muriera, y no mi hermano. Cuando yo enfermé, y me dijo que a ella le daba igual si yo podía tener hijos o no, que casi mejor que no los tuviera. Cuando me llamaba montón de carne, cuando me decía que soy fea como su suegra, cuando me insultaba diciéndome que lo único para lo que valía era para estudiar, que si no me daba vergüenza ir con esa cara por la calle, cuando saliamos juntas de casa a hacer un recado y yo tenía que ir cinco pasos por detrás, porque le daba vergüenza ir a mi lado. Cuando me decía que soy la mayor decepción de su vida.
Mi nacimiento fue un parto horrible y trabajoso en el que mi madre pensó que palmaba y que nunca me dejó de recordar. Desde el primer día me crió mi abuela. Mi madre volvió pronto al trabajo. Y esa falta de vínculo durante los primeros días, estoy segura de que es determinante.
Con 18 años me fui, me pagaron estudios, carrera y de todo, y me ayudaron mis primeros meses de empezar a trabajar, conste. Pero no he vuelto a casa de mis padres desde hace mucho, mucho tiempo, sólo para lleva a mi niña a que pase unos días con ellos, porque sorprendentemente son unos muy buenos abuelos. No he vuelto a mirar atrás excepto muy de vez en cuando. Hoy ha sido uno de esos días. Y me cago en la p*ta.
Ahora contemplo a mi hija jugar, feliz y amada. Y me siento llena de eso que me faltaba. Veo las fotos de esa adolescente con ojos tristes, tan guapa y tan bienintencionada, tan deseosa de agradadar a todos, tan necesitada de reconocimiento. Tan brillante y tan opacada. Y me siento muy orgullosa de ella. De como salió adelante, de como sin una gota de cariño y sin casi apoyo se forjó una carrera a base de trabajo duro, de como un día se miró al espejo y se dio cuenta de que era una gran mujer, que lo merecía todo. Y de como al mismo tiempo se dio cuenta, con horror, de que su madre no se la merecía a ella.
Me encanta que te hayas decidido a escribir y también me me parece precioso lo que cuentas porque pese a todo al final ha ganado LA VERDAD y estás viviendo la vida que te mereces.
Has sufrido lo indecible pero has sido capaz de deshacerte de sus voces, de sus mentiras y ver lo que en realidad vales.
Yo esa reconciliación con mi yo infantil la he alcanzado plenamente sólo al ser madre y al darle a mi hijo lo que mí no me dieron.
Al mimarlo a el era como si mimará a la vez a la niña que fuí y que lo necesitaba desesperadamente.
La maternidad para mi ha sido el paso definitivo hacia la sanación.
Bienvenida y de verdad gracias por tu historia y por tu confianza.
Un abrazo gigante, eres muy valiente.
 
J
Madre mía.... he evitado este hilo muchas veces, porque sabía que lo pasaría mal leyendo, y así ha sido. Estoy con un catarrazo del tres y en mala hora me he metido aquí. Lo siento por todas, de corazón.
Deciros a todas las que escribis vuestras experiencias, que son mucho más comunes de lo que pensais, y que es una pena que exista ese tabú y no se pueda decir en voz alta: Mi madre es un asco de madre. La mía lo es. Una p*ta mierda de madre.
Y no se por qué es, pero me importa tres coj*nes a estas alturas. Ya he pasado por todas las fases y estoy en la de ni frío ni calor. Es triste pero si me llama mi padre y mañana me dice mi madre ha palmao, pues me daría bastante igual. Bastante mucho. Qué hija desnaturalizada! Pues si... pero qué madre he tenido.
No recuerdo un gesto de cariño, no recuerdo un abrazo, un mimo, un decirme hija mía cuánto te quiero o hija que bien has hecho esto.
Sólo había miradas de asco, silencio y desprecio. Insultos y golpes si, en abundancia. Recuerdo esconder estas cosas, no contarlas a nadie, porque me avergonzaba yo. Pensaba que era yo la mala, que me merecía dormir en el balcón a -5 grados Centígrados porque me había quejado de que las lentejas de la cena estaban saladas. Que me fui a hacer el exámen de selectividad con un ojo como una berenjena y encima le decía a la gente que había sido yo de los nervios contra la puerta del armario, por mala hija, por no haber dado las gracias por la cena. Cuando con tres años ya había aprendido a esconderme cuando ella llegaba a casa. Cuando me hacía la dormida para evitar que me hablara, pero me despertaba y me reñía igual, por dejar la toalla descolocada en el baño. Cuando me dijo que de sus hijos habría preferido que fuera yo la que enfermara y muriera, y no mi hermano. Cuando yo enfermé, y me dijo que a ella le daba igual si yo podía tener hijos o no, que casi mejor que no los tuviera. Cuando me llamaba montón de carne, cuando me decía que soy fea como su suegra, cuando me insultaba diciéndome que lo único para lo que valía era para estudiar, que si no me daba vergüenza ir con esa cara por la calle, cuando saliamos juntas de casa a hacer un recado y yo tenía que ir cinco pasos por detrás, porque le daba vergüenza ir a mi lado. Cuando me decía que soy la mayor decepción de su vida.
Mi nacimiento fue un parto horrible y trabajoso en el que mi madre pensó que palmaba y que nunc
Pa me dejó de recordar. Desde el primer día me crió mi abuela. Mi madre volvió pronto al trabajo. Y esa falta de vínculo durante los primeros días, estoy segura de que es determinante.
Con 18 años me fui, me pagaron estudios, carrera y de todo, y me ayudaron mis primeros meses de empezar a trabajar, conste. Pero no he vuelto a casa de mis padres desde hace mucho, mucho tiempo, sólo para lleva a mi niña a que pase unos días con ellos, porque sorprendentemente son unos muy buenos abuelos. No he vuelto a mirar atrás excepto muy de vez en cuando. Hoy ha sido uno de esos días. Y me cago en la p*ta.
Ahora contemplo a mi hija jugar, feliz y amada. Y me siento llena de eso que me faltaba. Veo las fotos de esa adolescente con ojos tristes, tan guapa y tan bienintencionada, tan deseosa de agradadar a todos, tan necesitada de reconocimiento. Tan brillante y tan opacada. Y me siento muy orgullosa de ella. De como salió adelante, de como sin una gota de cariño y sin casi apoyo se forjó una carrera a base de trabajo duro, de como un día se miró al espejo y se dio cuenta de que era una gran mujer, que lo merecía todo. Y de como al mismo tiempo se dio cuenta, con horror, de que su madre no se la merecía a ella.

Preciosa has llegado muy lejos tú sola,es admirable pese a ese dolor la gran fuerza que llevabas dentro. Cada línea que he leído me ha encogido el corazón.

Supongo que cuando miras a tu niña te preguntarás tantas cosas... con lo fácil que es sentir amor por un hijo,verdad?

Esa niña bonita tiene una gran madre, una madre de verdad.

Ole tú, como mujer y madre, no ha podido contigo.
Un abrazo grande grande
 
Es mucho más sencillo. Lo hacen porque no nos quieren. Es duro, pero es así. Mi madre no me quiere, y lo tengo asumido. Para mi madre era una cosa decorativa de la que de vez en cuando podía presumir y que tocaba el piano en el salón para dar ambiente cuando había invitados en casa. Punto. En el momento en que empecé a pensar por mi misma y no aceptar sus órdenes absurdas, dejé de interesar. Y literalmente desaparecí.
Bueno sí...eso desde luego. Que no nos quieren es algo que hay que asumir (sé que más de una puede que no haya "llegado a este punto" de aceptación).
Estos padres cosifican a los hijos . Somos sus cosas, su propiedad. De ahí que se empeñen en que cumplamos su voluntad sin preocuparse de lo que sentimos realmente...
Pero vaya..Yo me refería a que en su día a día no creo que actúen con un "objetivo claro" hacia nosotras...Simplemente despertamos en ellas sentimientos malos...y para "acallarlos" actúan en consecuencia..con sus "maldades" particulares...pero sin pensar más allá....Se mueven por impulsos para satisfacer sus necesidades momentáneas...
No piensan a largo plazo....eso creo yo, vamos
 
Me encanta que te hayas decidido a escribir y también me me parece precioso lo que cuentas porque pese a todo al final ha ganado LA VERDAD y estás viviendo la vida que te mereces.
Has sufrido lo indecible pero has sido capaz de deshacerte de sus voces, de sus mentiras y ver lo que en realidad vales.
Yo esa reconciliación con mi yo infantil la he alcanzado plenamente sólo al ser madre y al darle a mi hijo lo que mí no me dieron.
Al mimarlo a el era como si mimará a la vez a la niña que fuí y que lo necesitaba desesperadamente.
La maternidad para mi ha sido el paso definitivo hacia la sanación.
Bienvenida y de verdad gracias por tu historia y por tu confianza.
Un abrazo gigante, eres muy valiente.
Tal cual. Muchas gracias. Gracias. Gracias.
Yo solo he sanado gracias a este sol de naranjita que tengo. Comprendí plenamente que no era yo además, que la que era antinatural era mi madre.
Y es curioso, pero he ido poco a poco olvidando todo, y encontrando una paz y una tranquilidad que nunca pensé que tendría. Y si, soy clavada a su suegra, y si, lo prefiero, porque ella es un pobre truño indigna de la madre tan guapísima que la parió a ella (mi abuela era guapisisísima). Y si, soy más lista que ella. Y si, estoy más buena que ella. Y si, seguramente también follo mejor que ella, o al menos pongo todito de mi parte para disfrutar y hacer disfrutar. Y si, gracias al dinero que nunca me negaron, hablo más idiomas que ella, tengo muchísimo mejor curriculum académico que ella y toco mucho mejor que ella el piano. Eso si, coso peor y no cocino tan de put* madre. Pero mira... Lo más importante, lo importante de verdad es que:
SOY MIL QUINIENTOS MILLONES DE VECES MEJOR MADRE QUE ELLA, PORQUE SOY TRILLONES DE VECES MEJOR PERSONA
 
Madre mía.... he evitado este hilo muchas veces, porque sabía que lo pasaría mal leyendo, y así ha sido. Estoy con un catarrazo del tres y en mala hora me he metido aquí. Lo siento por todas, de corazón.
Deciros a todas las que escribis vuestras experiencias, que son mucho más comunes de lo que pensais, y que es una pena que exista ese tabú y no se pueda decir en voz alta: Mi madre es un asco de madre. La mía lo es. Una p*ta mierda de madre.
Y no se por qué es, pero me importa tres coj*nes a estas alturas. Ya he pasado por todas las fases y estoy en la de ni frío ni calor. Es triste pero si me llama mi padre y mañana me dice mi madre ha palmao, pues me daría bastante igual. Bastante mucho. Qué hija desnaturalizada! Pues si... pero qué madre he tenido.
No recuerdo un gesto de cariño, no recuerdo un abrazo, un mimo, un decirme hija mía cuánto te quiero o hija que bien has hecho esto.
Sólo había miradas de asco, silencio y desprecio. Insultos y golpes si, en abundancia. Recuerdo esconder estas cosas, no contarlas a nadie, porque me avergonzaba yo. Pensaba que era yo la mala, que me merecía dormir en el balcón a -5 grados Centígrados porque me había quejado de que las lentejas de la cena estaban saladas. Que me fui a hacer el exámen de selectividad con un ojo como una berenjena y encima le decía a la gente que había sido yo de los nervios contra la puerta del armario, por mala hija, por no haber dado las gracias por la cena. Cuando con tres años ya había aprendido a esconderme cuando ella llegaba a casa. Cuando me hacía la dormida para evitar que me hablara, pero me despertaba y me reñía igual, por dejar la toalla descolocada en el baño. Cuando me dijo que de sus hijos habría preferido que fuera yo la que enfermara y muriera, y no mi hermano. Cuando yo enfermé, y me dijo que a ella le daba igual si yo podía tener hijos o no, que casi mejor que no los tuviera. Cuando me llamaba montón de carne, cuando me decía que soy fea como su suegra, cuando me insultaba diciéndome que lo único para lo que valía era para estudiar, que si no me daba vergüenza ir con esa cara por la calle, cuando saliamos juntas de casa a hacer un recado y yo tenía que ir cinco pasos por detrás, porque le daba vergüenza ir a mi lado. Cuando me decía que soy la mayor decepción de su vida.
Mi nacimiento fue un parto horrible y trabajoso en el que mi madre pensó que palmaba y que nunca me dejó de recordar. Desde el primer día me crió mi abuela. Mi madre volvió pronto al trabajo. Y esa falta de vínculo durante los primeros días, estoy segura de que es determinante.
Con 18 años me fui, me pagaron estudios, carrera y de todo, y me ayudaron mis primeros meses de empezar a trabajar, conste. Pero no he vuelto a casa de mis padres desde hace mucho, mucho tiempo, sólo para lleva a mi niña a que pase unos días con ellos, porque sorprendentemente son unos muy buenos abuelos. No he vuelto a mirar atrás excepto muy de vez en cuando. Hoy ha sido uno de esos días. Y me cago en la p*ta.
Ahora contemplo a mi hija jugar, feliz y amada. Y me siento llena de eso que me faltaba. Veo las fotos de esa adolescente con ojos tristes, tan guapa y tan bienintencionada, tan deseosa de agradadar a todos, tan necesitada de reconocimiento. Tan brillante y tan opacada. Y me siento muy orgullosa de ella. De como salió adelante, de como sin una gota de cariño y sin casi apoyo se forjó una carrera a base de trabajo duro, de como un día se miró al espejo y se dio cuenta de que era una gran mujer, que lo merecía todo. Y de como al mismo tiempo se dio cuenta, con horror, de que su madre no se la merecía a ella.

Que historia tan dura.

Y que bien te has repuesto ;) ¡¡¡OLE TÚ BRAVA!!!

Nos quieren miserables, pero al final nos hacen duras, fuertes, resilientes y valientes, lo que ellas nunca fueron. Y al final las que acaban teniendo una vida miserable son ellas, mientras nosotras recomponemos los trocitos y disfrutamos de nuestra vida sin ellas.

Mi madre también contaba hasta el hartazgo su malísimo parto, y lo malísima que era para comer y mil historias más. Pero nunca ninguna anécdota buena o graciosa mia de bebé, que casualidad...

A mí también me crió mi abuela mis primeros años, ella fue mi figura materna ?
 
Naranja, siento mucho tu historia.

Mi madre también es, sorprendentemente, buena abuela. Tampoco trata mucho a mis hijos, pero es buena abuela. De todas formas ellos perciben que yo no... No saben, pero notan que no estoy unida a mi madre.

La maternidad es una experiencia brutal para nosotras. Nos remueve mucho. Pero sabemos que podemos hacerlo bien, quererles, escucharles. Y que crezcan en un ambiente sano. Erramos, como todas las madres, pero amamos y se lo hacemos saber. Creo que nos esforzamos más que otras madres, porque estamos heridas, a diferencia de las mujeres que han tenido unas madres normales.

Les digo que les quiero. Les escucho. Y recuerdo que nunca lo hacían conmigo. No les chantajeo. Hablamos mucho. El más absoluto fracaso para mí sería que mis hijos me temieran. Yo a ella la temía y aún hoy, enferma como esta, le tengo miedo. A sus palabras, sus miradas, sus reproches. A ese desprecio que me tiene (trata de disimularlo).

El otro día soñé que se enteraba de que salgo con un hombre y yo sentía pánico de ir a verla y encontrarme con su mirada de desaprobación. Me lo hizo pasar fatal con un noviazgo que no aprobaba, me machacó los nervios. Y aún hoy, con 42 años, la temo. No la amo. La temo.

En el entorno social, laboral, disimulo. Me siento una impostora salvo con mi círculo más estrecho.
 
Última edición:
Informo que estoy aquí llorando como una subnormal cuando me dais los me gusta y me respondeis. Nunca he hablado de esto con nadie. Sólo con mi abuela y con Naranjo.
Aclaro que toda mi familia sabía lo que había. Y nadie hizo nada. Cuando corté con mi madre, corté también con todos los que sabiendo que había maltrato físico me decían que tenía que tratar de comprender a mi madre y ser buena hija. A día de hoy aún no comprendo a mi padre. Se evadió por completo. Y es un buen tío. Pero no quiso líos. Tampoco estaba mucho. Mis padres trabajaban una barbaridad. Dinero que no faltara. Afecto ya si eso otro día....
 
J

Preciosa has llegado muy lejos tú sola,es admirable pese a ese dolor la gran fuerza que llevabas dentro. Cada línea que he leído me ha encogido el corazón.

Supongo que cuando miras a tu niña te preguntarás tantas cosas... con lo fácil que es sentir amor por un hijo,verdad?

Esa niña bonita tiene una gran madre, una madre de verdad.

Ole tú, como mujer y madre, no ha podido contigo.
Un abrazo grande grande
Gracias de verdad
 
Que historia tan dura.

Y que bien te has repuesto ;) ¡¡¡OLE TÚ BRAVA!!!

Nos quieren miserables, pero al final nos hacen duras, fuertes, resilientes y valientes, lo que ellas nunca fueron. Y al final las que acaban teniendo una vida miserable son ellas, mientras nosotras recomponemos los trocitos y disfrutamos de nuestra vida sin ellas.

Mi madre también contaba hasta el hartazgo su malísimo parto, y lo malísima que era para comer y mil historias más. Pero nunca ninguna anécdota buena o graciosa mia de bebé, que casualidad...

A mí también me crió mi abuela mis primeros años, ella fue mi figura materna ?
Muchas gracias, de corazón
 
@Naranja es muy fuerte lo que cuentas, en efecto no me extraña que ahora estés en un punto ni frío ni calor...y me has desbloqueado otro recuerdo, con lo de ser fea como su suegra...mi madre se llevaba fatal con mi abuela paterna (y salvo que haya algo que yo desconozco, sin motivo) y siempre me decía que yo había sacado las piernas deformes de mi abuela, que asco de piernas feas, y comentarios así... pues no me acordaba, hasta hoy. Es que son malas, coxx. Puede que haya agravantes como que padezcan un trastorno narcisista, o tlp, o bipolaridad, o así... pero es que además son malas. Porque si no, no me lo explico.

Hoy he tenido un mal día, chicas, porque mi pareja le ha gritado a nuestro bebé...el peque ni se ha enterado que el grito iba por él, pero se me han cruzado mucho los cables, casi lo echo de casa...al final la cosa ha quedado en que como vuelva a repetirse una sola vez, sí que me separo. Ha sido un día duro hoy. Está la parte "sentimental" de mi vida en cuarentena. A ver que pasa.
 
A mí de momento sólo se me ocurre una idea que creo que te puede dar un poco de la paz que necesitas.
Si tu hermana está de tu parte ( que ahora mismo no tengo claro al 100% porque soy despistada y me olvido de los detalles de algunas historias) le puedes decir que necesitas que te haga el enorme favor de que deje de darte mensajes de parte de tu abuela.
Un corte total de información ( ni buenos, ni malos ni neutrales) CERO.
Quizá puedas incluso hacerte dar un informe de tu psicólogo o de quien sea en el que diga que ese contacto te perjudica.
Sería genial que te pudiese ayudar así, necesitas un poco de paz y muy urgéntemente.
Sí,estamos muy unidas.
Gracias por el consejo.
 

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