Os cuento otra que a mí me tiene flipada, la gente deja a Verónica Mars a la altura del betún.
Mujer que cree que su marido le pone los cuernos porque de pronto empieza a tener demasiadas reuniones hasta horas intempestivas. El marido se tiende su propia trampa diciendo sin que nadie le pregunte desde el día 1 que las reuniones son en su oficina, la mujer sospecha y va una noche a la oficina y, como todos esperábamos, su coche no estaba allí.
La mujer se calla.
Compra un móvil, activa el GPS de manera que puede ver la localización desde el suyo y se lo mete debajo del asiento.
En dos días ya sabe dónde se dirige el marido a sus "reuniones" y saca en una conversación al azar esa zona, en plan "uy pues Perica me ha dicho que está mirando un piso en esta zona".
El marido, que tiene pocas luces, le suelta que una de su trabajo vive en esa zona.
Hasta aquí a mí me parece una investigación digna de admirar, pero después a la mujer se le va la olla y la toma con la amante, cosa que nunca entenderé porque quien le ha sido infiel es su marido. Su venganza estuvo relacionada con fotos íntimas que la amante mandaba al marido y, evidentemente, acabó todo mal: la amante destrozada y ella condenada. El único que se fue de rositas fue el marido.
Mujer que cree que su marido le pone los cuernos porque de pronto empieza a tener demasiadas reuniones hasta horas intempestivas. El marido se tiende su propia trampa diciendo sin que nadie le pregunte desde el día 1 que las reuniones son en su oficina, la mujer sospecha y va una noche a la oficina y, como todos esperábamos, su coche no estaba allí.
La mujer se calla.
Compra un móvil, activa el GPS de manera que puede ver la localización desde el suyo y se lo mete debajo del asiento.
En dos días ya sabe dónde se dirige el marido a sus "reuniones" y saca en una conversación al azar esa zona, en plan "uy pues Perica me ha dicho que está mirando un piso en esta zona".
El marido, que tiene pocas luces, le suelta que una de su trabajo vive en esa zona.
Hasta aquí a mí me parece una investigación digna de admirar, pero después a la mujer se le va la olla y la toma con la amante, cosa que nunca entenderé porque quien le ha sido infiel es su marido. Su venganza estuvo relacionada con fotos íntimas que la amante mandaba al marido y, evidentemente, acabó todo mal: la amante destrozada y ella condenada. El único que se fue de rositas fue el marido.