Historias de parejas que os parecen flipantes

Señora de 70 años de las solteras y enteras de toda la vida que sigue trabajando en el negocio familiar como ha hecho toda la vida. Su trabajo es toda su vida y era de las que pensaba morir con las botas puestas.

Un día llega un señor más joven, arquitecto y de buen ver por el negocio. Al poco tiempo ella le dice a la familia que deja el trabajo y se va a otra ciudad a vivir su historia de amor.

En el pueblo la han apodado La Duquesa de Alba. Conociendola es graciosísima la historia y el mote.
 
Otra solterona (por favor que nadie se me indigne) porque dejó pasar su juventud sin que el príncipe azul perfecto llegase. Tenía que ser guapo, listo, con carrera, sofisticado y con dinero (ella no tenía ningina de esas cualidades) y a todos los demás los despreciaba de mala manera.

Salía con otras dos en situación similar. Las llamában "Las chicas de oro"

Pues llega a los 40 y tantos y una de las chicas de oro se casa con un tipo normal, ni guapo ni feo pero con bastante pasta y posición y tienen un hijo. Pues ahí que se pone la protagonista de la historia al lío y con 45 tacos ficha a un puto despojo según su propio criterio: feo, gañan pero de campeonato, de profesión peón de construcción, gordo, alcohólico... es que no ñe consigo sacar ni una cualidad al margen de que a ella también le va el drinkin y cuando los dos se ponen contentos todo es bailar y cachondeo.

Lo mejor es que con 50 tacos sigue siendo una ridi marijopelines y fue a buscar trabajo al corte inglés porque "con su buena apariencia..." le preguntaron si tenía hijos y ella contestó: "No porque aún no ha llegado el momento adecuado, pero no descarto tenerlos en el futuro"
 
Mi hermana y su marido: él se queda literalmente en cama con el bebé de un mes mientras mi hermana, con cesárea y todo, se encarga de sus seis animales y de todas las tareas de casa. Él ni tiene trabajo ni busca (porque "tiene que encargarse del niño" traducción "Tengo que dormir todo el día con la excusa del niño"). Mi hermana ahora está de baja por maternidad, y no tienen un duro, pero él es súper caprichoso y por ejemplo de comidas básicas come las marcas más caras o las deja hacerse malas tranquilamente. Mi hermana se gasta dinero extra por él, porque ella es vegana y ni consume esas cosas.

Podría contaros mil cosas que demuestran la mala decisión que tomó mi hermana con ese tío.
 
Mi hermana y su marido: él se queda literalmente en cama con el bebé de un mes mientras mi hermana, con cesárea y todo, se encarga de sus seis animales y de todas las tareas de casa. Él ni tiene trabajo ni busca (porque "tiene que encargarse del niño" traducción "Tengo que dormir todo el día con la excusa del niño"). Mi hermana ahora está de baja por maternidad, y no tienen un duro, pero él es súper caprichoso y por ejemplo de comidas básicas come las marcas más caras o las deja hacerse malas tranquilamente. Mi hermana se gasta dinero extra por él, porque ella es vegana y ni consume esas cosas.

Podría contaros mil cosas que demuestran la mala decisión que tomó mi hermana con ese tío.

Lo que tendría que hacer tu hermana es divorciarse de él y ponerlo a trabajar.
 
A
ctualizo el drama, volvieron juntos y parecía que todo iba genial, que parecían dos adolescentes enamorados de nuevo... etc, mi hermano me ha confesado que se precipitó y que le agobia el hecho que ella quiera volver a convivir y volver a lo de antes, le he dicho que ahora se aguante y que asuma las consecuencias, que no puede estar jugando con los sentimientos de las personas, y el dice que no va a ser infeliz, de momento siguen juntos, pero a verano no creo que lleguen... Me da mucha pena y rabia esta situación, es el típico que ni come ni deja comer, y la otra está enamoradísima...
No me extraña para aguantar que tu novio se lie con un compañerO. Como va la historia prima @Anitsirc Sigue con la novia o ella por fin ha abierto los ojos? Me da mucha pena ella de verdad.
 
Esta historia que cuento ha durado muchas décadas, bueno, en realidad toda una vida.

Mujer soltera conoce a un hombre soltero que vive con la madre. El trabaja como abogado y vive bien. Se ponen de novios, ella prepara el ajuar hasta dos veces.

Todos los domingos él iba a comer y pasar la tarde a su casa (ella vivía con hermanos y padres) y los veranos iban de vacaciones juntos.
Con la excusa que “no puedo dejar a mi madre viuda sola”, estuvieron cuarenta, sí, cuarenta años de novios.

La no suegra murió y, como ya se había instaurado esa dinámica entre ellos, así siguió hasta que todos los implicados en esta historia murieron. Y llevan muertos un par de décadas, ¿eh?​
 
Esta historia que cuento ha durado muchas décadas, bueno, en realidad toda una vida.

Mujer soltera conoce a un hombre soltero que vive con la madre. El trabaja como abogado y vive bien. Se ponen de novios, ella prepara el ajuar hasta dos veces.

Todos los domingos él iba a comer y pasar la tarde a su casa (ella vivía con hermanos y padres) y los veranos iban de vacaciones juntos.
Con la excusa que “no puedo dejar a mi madre viuda sola”, estuvieron cuarenta, sí, cuarenta años de novios.

La no suegra murió y, como ya se había instaurado esa dinámica entre ellos, así siguió hasta que todos los implicados en esta historia murieron. Y llevan muertos un par de décadas, ¿eh?​
Debía tener un cirimbolo mágico el abogado, porque de otra forma eso no se explica.
 
Debía tener un cirimbolo mágico el abogado, porque de otra forma eso no se explica.
Juan José, que así se llamaba, era un caradura, egoísta y bon vivant de mucho cuidado.

Nunca quiso sacrificar su comodidad y asumir responsabilidades y ella era una señorita soltera educada que nunca había conocido otro hombre; eso sí, ¿habéis oído “lo de uno tiene la cara que merece” o “uno tiene la cara que se ha ganado” o “la cara es el reflejo del alma”?

Bueno, Isabel, mi tía abuela Isabel, Isa, para los muy amigos, era alta, delgada, seca y tenía la amargura cincelada en la cara.

Sólo se le iluminaba en dos ocasiones: cuando iba a visitar profesionalmente a sus enfermos y con sus sobrinos nietos que nos podía disfrutar y malcriar como si fuésemos suyos, esos hijos que nunca pudo tener.

En las reuniones y fiestas que hacía mi abuela, que eran muchas, nunca recuerdo haber visto a mi tía abuela Isabel venir acompañada por él. Sospecho que era persona non grata en su casa.
Pero eso ya es cosecha mía, por que ya nunca lo sabré con seguridad​
 
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