El día que un extraño me sacó una sonrisa...

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En un país multicolor...
¡Hola primis! Seguro que tenéis más de una historia relacionada con esto. ¿Os animáis a contarlas?
Os dejo la más reciente mía.
Salgo esta mañana con mi marido y mi peque y tomamos algo en una cafetería, se acerca una chica a saludarnos: nos conocía porque coincidimos en el hospital las dos unos días antes de ser mamás, me ha dado muuuuucha alegría.
 
Yo entré en una tienda el otro dia estando echa un arapo y la chica de la caja me dijo q era muy guapa, sin venir a cuento.. con q poco podemos hacer felices a las personas durante un momento. Como se suele decir.. no sabemos q guerra tiene cada uno dentro, se amable siempre
 
asi tal cual, un dia llego a la farmacia, dia ajetreado con niñas, trabajo etc
la sra dependienta me dijo que la bufanda combinaba con mis ojos
muy seria ella nada de sonrisas ni nada pero lo senti como comentario de mis tias viejitas, secas pero cariñosas
 
Yo entré en una tienda el otro dia estando echa un arapo y la chica de la caja me dijo q era muy guapa, sin venir a cuento.. con q poco podemos hacer felices a las personas durante un momento. Como se suele decir.. no sabemos q guerra tiene cada uno dentro, se amable siempre

asi tal cual, un dia llego a la farmacia, dia ajetreado con niñas, trabajo etc
la sra dependienta me dijo que la bufanda combinaba con mis ojos
muy seria ella nada de sonrisas ni nada pero lo senti como comentario de mis tias viejitas, secas pero cariñosas
¡Qué bonitas esas dos personas anónimas! Suena a abrazo pero de los gordos!
 
Iba en el bus de camino a mi pueblo, ojos rojos e hinchados, rímel corrido, la típica cara de haber llorado lo indecible. Delante de mí iba una madre con su hijo de unos 3 anyos. El ninyo se da la vuelta y me ofrece lacasitos diciendo que a él le gusta comerlos cuando está triste. :love::love:
 
Última edición:
Paseando de buena mañana, me adelanta por la izquierda un negro muy negro y altísimo, con unas trenzas en el pelo muy largas; veo que se cruza con un abuelete que termina por cruzarse conmigo a medida que voy avanzando. Este señor va farfullando algo a medida que el negro se lo cruza y le termino por escuchar cuando ya pasa a mi lado..."qué cosa más negra, pero negro negro, vamos, pero qué cosa más negra"; a medida que se aleja, va hablando solo "pero qué cosa más negra de tío". Fui todo el camino descojonándome yo sola, parecía que era la primera vez que este hombre veía a un negro, y lo que creo es que el negro mismo escuchó todo lo que iba cascando este hombre.
 
Esto me pasó hace unos años, me dirigía a una terraza donde había quedado con unas amigas y pasé al lado de un chico que estaba apoyado en una barandilla. Al pasar dijo "Acabo de ver una princesa" y me sonrió. Lo dijo de tal forma que me entró la risa pero tímidamente seguí mi caminito :oops:
 
Siempre recordaré cuando trabajaba de dependienta en una tienda pequeñita, con un escaparate enorme que daba a una plaza. En esa plaza hay terrazas de varias cafeterías a la que solía ir una mujer con su niña de una añito a darle la marienda. Cuando la niña comenzó a caminar, se apoyaba en el escaparate con las manitas y sonreía, supongo que le atraían los colores, luces etc El caso es que todos los días venía hasta el escaparate y la madre me sonreía simpática y se encogía de hombros como diciendo: "pues nada, aquí estamos de nuevo!"

Un día, se me ocurrió abrir la puerta y la pequeña se acercó a mí me sonrió y estiró los brazos, me agaché y me dió un abrazo que casi me derrite.

Es una tontería, pero todavía recuerdo su carita.
 
Siempre recordaré cuando trabajaba de dependienta en una tienda pequeñita, con un escaparate enorme que daba a una plaza. En esa plaza hay terrazas de varias cafeterías a la que solía ir una mujer con su niña de una añito a darle la marienda. Cuando la niña comenzó a caminar, se apoyaba en el escaparate con las manitas y sonreía, supongo que le atraían los colores, luces etc El caso es que todos los días venía hasta el escaparate y la madre me sonreía simpática y se encogía de hombros como diciendo: "pues nada, aquí estamos de nuevo!"

Un día, se me ocurrió abrir la puerta y la pequeña se acercó a mí me sonrió y estiró los brazos, me agaché y me dió un abrazo que casi me derrite.

Es una tontería, pero todavía recuerdo su carita.
No es una tontería, al contrario, preciosa la vivencia. :)
 

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