Cuando te exigen lo que no hacen.

He sido educada desde que era niña, que cuando iba de visita tenía que estar sentada sin tocar nada mirando a los adultos cuando hablaban. Nada de poner los pies encima del sillón, las piernecitas las recuerdo estiradas sin tocar el cuero del asiento. Los niños de ahora no saben estar en las visitas, pisotean los asientos, lo tocan todo, no son capaces de aguantar sentados, bien sentados sin moverse. No hay autocontrol, no se entrena en el autocontrol. Y con los adultos pasa tres cuartos de lo mismo. Un sobrino me rompió una silla tirándola por las escaleras y la madre encima se mosqueó conmigo por mostrarme dolida por mi silla rota. Ni una disculpa, nada. Tan enfadada se quedó la señora que no ha vuelto a dirigirme la palabra. Encima.
Yo no invito a gente niños asilvestrados a casa. Algunos nos tachan de tiquismiquis, pero a mi si dejan q sus hijos rayen el suelo, mesas de cristal, pinten paredes y un largo etc, en mi casa desde luego no entran. La culpa ya sabemos q no es de los críos si no de quién educa. Ahora bien, cualquier niño puede romper por accidente algo y no pasa absolutamente nada, otra que sea por dejadez de los padres, por tener niños pequeños y ni controlarlos o mayorcitos que se comportan cual animal salvaje.
 
Yo no invito a gente niños asilvestrados a casa. Algunos nos tachan de tiquismiquis, pero a mi si dejan q sus hijos rayen el suelo, mesas de cristal, pinten paredes y un largo etc, en mi casa desde luego no entran. La culpa ya sabemos q no es de los críos si no de quién educa. Ahora bien, cualquier niño puede romper por accidente algo y no pasa absolutamente nada, otra que sea por dejadez de los padres, por tener niños pequeños y ni controlarlos o mayorcitos que se comportan cual animal salvaje.
Lo más fuerte es que mi cuñada y el sobrino estaban jugando a empujar la silla para demostrar lo fuerte que estaba el niño a sus dos añitos. Yo esto no lo vi, estaba en la cocina organizando el segundo plato, pero mi marido me lo contó. Cuando llegué me encontré la silla piso abajo, el niño llorando y la cuñada consolando al churumbel. Me dio mucha pena mi silla, me costó carísima, y más que no hubo palabra de disculpa ninguna. Increíble que el niño no se dañara, increíble lo irresponsable de la madre, e increíble su falta de delicadeza y educación ante el mueble que su hijo, con su irresponsabilidad como madre, rompió.
 
Lo más fuerte es que mi cuñada y el sobrino estaban jugando a empujar la silla para demostrar lo fuerte que estaba el niño a sus dos añitos. Yo esto no lo vi, estaba en la cocina organizando el segundo plato, pero mi marido me lo contó. Cuando llegué me encontré la silla piso abajo, el niño llorando y la cuñada consolando al churumbel. Me dio mucha pena mi silla, me costó carísima, y más que no hubo palabra de disculpa ninguna. Increíble que el niño no se dañara, increíble lo irresponsable de la madre, e increíble su falta de delicadeza y educación ante el mueble que su hijo, con su irresponsabilidad como madre, rompió.
Como sea de las que no lo hacen en su casa aún por encima... ag , de verdad, es que si a ti te dan igual las cosas quizá a los demás no, para mí es menospreciar a los demás. Y aunque no sea caro, si lo tienes es porque para ti tiene un valor o te es de utilidad.
 
Como sea de las que no lo hacen en su casa aún por encima... ag , de verdad, es que si a ti te dan igual las cosas quizá a los demás no, para mí es menospreciar a los demás. Y aunque no sea caro, si lo tienes es porque para ti tiene un valor o te es de utilidad.
Exacto, para mí mis cosas son muy importantes por su precio, por la utilidad, por la belleza. Cada objeto que ha entrado en mi casa tiene una historia, no son simples muebles. Hace mucho tiempo que no voy a su casa, la última vez estaba todo bastante deteriorado si bien hay que decir que cuando no tenían niños su casa me parecía que estaba puesta con muy buen gusto, sencilla pero bonita. Una vez que tuvieron hijos se empezó a degradar, lo cual no lo entiendo, porque yo también he sido madre y todo está impecable, de siempre.
 
Una vez vinieron amigos con niños a mi casa y los muy engendros me pintaron las paredes.
La madre dijo uy jijiji la que habéis liado chicos. Y estaba ya cogiendo el abrigo para marcharse.
A los dos días le mandé un WhatsApp con el ticket de lo que me había costado la pintura
(no es mucho dinero, lo sé, pero me jode que ni se disculpó así que que aprenda, seguro que la próxima vez los tiene controlados)
 
Bueno pues a mi el tema niños me tiene hasta las narices. Y te lo dice uno que tiene tres críos!
En mi casa tengo vetada la entrada a unos amigos y ellos saben el porqué. Sus hijos son unos maleducados y ellos unos pasotas de cuidado. Más de una vez nuestra amistad a colgadonde un hilo, pero es que yo no entiendo esos padres medio sordos que no saben poner límites. Con ellos no vamos ni a tomar un café (si vienen los críos). Son unos dejados y como mucho a su casa... El problema es que la tienen echa una leonera y a nosotros nos da un asco que flipas.
Hay mucho "va, déjalo que son niños" y se equivocan. LOS NIÑOS EDUCADOS TAMBIÉN SON FELICES.
Y si no saben estar, que se queden en su casa sin molestar a nadie ?‍♂️
 
Tuve una amiga que venía a tu casa y le importaba 3 narices si rompía o ensuciaba algo, dejaba todo tirado en cualquier sitio, también llegaba a mesa puesta y despreciaba la comida.
Ahora bien, en su casa, de las pocas veces que he estado, no puedes tocar nada, tienes que andar con pies de plomo y en el desayuno lo que te tocan son 3 cereales contados.

Durante el verano con un grupo de amigos y conocidos nos juntamos un día a la semana en un lago para correr, nadar y hacer pícnic después. En cuanto empieza la temporada del buen tiempo es así y ya se sabe que si vas tal día a partir de tal hora habrá gente allí. Este año una amiga trajo a dos vecinos suyos.

Yo tengo una manta de pícnic gigante que en verano hace las delicias de todos porque cabe mucha gente y la comida. Obviamente la manta se mancha de tierra y de comida pero la gente es cuidadosa normalmente y casi todos, o bien nos limpiamos la tierra de los pies o bien los apoyamos fuera. Pues estos chicos, a los cuales no conocía yo de nada, el primer día salen del lago y con todos los pies mojados y llenos y tierra se sientan y los apoyan en la manta (sobre la cual se pone la comida también). Y encima me mira uno y me dice, ¿te da igual que la manchemos, no? Mi cara era un poema mientras veía un kilo de tierra sobre mi manta.
 
A esto se le llama proyección.
Hago un copia y pega:



La proyección ocurre cuando una persona niega poseer algún aspecto, conducta o actitud considerada negativa, y asume que son los demás los que tienen esa característica. Es una forma de externalización de los rasgos negativos que tiene una persona, y desplazar el sentimiento de culpa a una fuerza externa, como puede ser el ambiente, el gobierno, la sociedad u otras personas.

Existen diversos motivos por los que nuestra psicología humana recurre a la proyección: salvaguardar la imagen que tenemos de nosotros mismos, culpabilizar a otros para sentir que nosotros no tenemos la culpa, deshacernos del sentimiento de responsabilidad responsabilizando y acusando a otros… es una especie de defensa psicológica que nos permite proteger nuestro ego y asumir que somos especiales, diferentes, y que el resto de la humanidad, o su gran mayoría, son los que poseen los rasgos negativos que nosotros mismos tenemos.

Desde la psicología evolutiva se da una explicación a este fenómeno: Tendemos a explicar el mundo con los únicos conceptos que conocemos. Esto se sintetiza muy bien en el refrán “cree el ladrón que todos son de su misma condición”. El ladrón que roba porque es muy codicioso y quiere tenerlo todo sin esfuerzo y sin tener que pagar por ello, asume que todo el mundo piensa de la misma manera y que todo el mundo hace lo mismo que él cuando se presenta la oportunidad.

El fenómeno de la proyección podemos observarlo claramente en las discusiones por Internet, cuando una persona de forma constante y patética acusa a todos los demás de ser lo que él mismo está demostrando que es. Todos son como él, excepto el proyectador, que es la excepción.

A este fenómeno también se le llama reflejo, o reflexión: Ve en los demás sus propios defectos como si fueran un espejo de sí mismos. Pero no se ve a sí mismo en ese espejo.
 

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