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Una cosa que a mí me disgusta mucho y que hace muchiiiisima gente son los juicios paralelos o opinar de lo que no sabe.
Por ejemplo, todos esos juicios mediáticos en los que la gente se pone a echarle la culpa a uno u otro sin ton ni son.
Los periodistas se dedican a manipular la información, cuando resulta que no saben ni un 1% de lo que ha pasado y opinan de todo. Ya lo dije una vez por aquí, yo conocía un caso no de primerísima mano, pero si muy cercano y los periodistas no daban un dato cierto ni de casualidad. La gente los oye y se lo cree todo, luego opinan sin ninguna clase de criterio.
Estabas allí, lo has visto con tus propios ojos? Tienes todos los datos, las pruebas? Has oído todas las versiones? Eres juez? Pues cállate y deja que la justícia, haga su trabajo, que bastante difícil tiene que ser y de vez en cuando, aún así también meten la pata.
No me puedo ni imaginar lo que habrán sufrido los que se han visto acusados siendo inocentes por culpa de cuatro energúmenos que lo que quieren es carnaza para llenar diarios y programas de televisión.
Creo que fue en el caso de Madeleine McCann el que sus padres que se vieron acusados injustamente, uno de los primeros en que se querellaron contra la prensa y los de la prensa decían, vale yo ya sabía que lo que decía podía ser falso, es más algunas cosas seguro que lo eran, pero mientras vendiese me sale más a cuenta publicarlo y luego pagar una indemnización. Así va el mundo, periodistas haciendo lo que les da la gana y luego nunca sufren las consecuencias del daño que hacen y gente que porque lo ha dicho Ana Rosa ya parece que sea palabra de Dios.
Por cierto, los jueces cuando se demuestra que lo hacen mal también tendrían que tener consecuencias, como todo quisqui en su trabajo.
Ese es uno de mis sueños que nunca veré cumplido, que esa raza de semidioses que son los jueces, paguen cuando erran, porque sus decisiones erróneas tienen consecuencias tan nefastas y definitivas como los errores médicos.
Pero es que si antes vivíamos en la sociedad estamental, ahora vivimos unos por un lado, y por otro jueces y médicos, seres intocables y ajenos a cualquier responsabilidad.