¡Hola cotis!
Anda que ya me vale, es mi primer día por estas tierras y ya creo un hilo por todo lo grande, a lo loco. En realidad todo tiene una explicación, cuidao.
Hace ya un buen tiempo que os leo desde las sombras, pero me daba una pereza enorme registrarme (que ya ves tú la complicación que lleva, pero perraca se nace). La cantidad de temas que abordáis es acojonante; me encanta que haya tanta variedad. Por mi cabeza ya rondaba la idea de crear un hilo de apoyo para todas aquellas personas que durante su vida hayan tenido o sigan (como es mi caso) batallando contra un trastorno alimenticio. Anorexia, bulimia, atracones, vigorexia... Formar un grupo de apoyo entre cotis, vaya.
Con eso no digo que esto sirva como sustituto completo de un grupo de terapia especializado en trastornos mentales; yo voy a uno, en el que otros jóvenes también participan, y me está ayudando muchísimo. Mi intención aquí es dejar una huella positiva (contando dificultades y cómo han podido solucionarse o al menos minimizarse), ya que no he visto o no he sabido buscar bien otros foros donde se hable de esto.
Un breve resumen de mi historia: desde que empecé la uni, me propuse retomar el ejercicio, pero nada exagerado. De lunes a viernes comía sano, pero al volver a casa de mis padres los fines de semana... la cosa se iba de madre. Podía zamparme un paquete de galletas maría entero en cuestión de minutos, en el sofá mientras miraba la tele. Lo mismo con patatas, frutos secos... Lo que fuera.
Decidí ponerle fin cuando, además de recibir algún comentario en casa tipo "deja de comer, que mira cómo te estás poniendo", yo también me estaba fijando cada vez más y más en las cartucheras que me estaban saliendo. ¿Qué acabó de rematarlo? Lo idealizadas que tenía a ciertas chicas fitness que seguía en Instagram. coxx, si ellas parecían felices con ese abdomen marcado, quizá yo también dejaré de tener un autoestima bajo, ¿no?
En enero del año pasado, como propósito de año nuevo, empecé una rutina de ejercicios en casa bastante intensa. Cada puñetero día hacía, más me valía saltarme un día. Con respecto a la comida, sí es verdad que ya hacía tiempo que miraba cada vez más las etiquetas (ingredientes limpios o reales, número de calorías...), pero ya llegó a un punto obsesivo. Llegó a tal punto todo ese machaque, que llegué a adelgazar 12 kg en 6 meses, llegando a los 47. Lo peor es que mido 1,72cm, pero aún así yo no veía el problema. Por fin había conseguido unos abdominales marcados. ¿Qué bien, eh? Pero... ¿tan bien es guay no tener la regla desde hace más de 1 año? Ahí la cosa cambia, y mucho.
Ahora mismo estoy en un punto en el que he pasado de un extremo al otro: de restringir a comerme hasta las piedras. No tengo control; puede que haya acabado de comer hace 20 minutos, esté saciada, pero aún así mi mente no. Hay una vocecilla ansiosa que me llama a comer galletas y demás guarrerías porque sí. Y me frustro muchísimo.
Estoy trabajando en ello, dejándome ayudar por manos especialistas, pero aún así nunca está de más aprender de personas que estén pasando por algo similar y quieran compartir su vivencia con ello. O cómo vencieron a todo eso, claro.
Venga, que se puedeeeeee.
Anda que ya me vale, es mi primer día por estas tierras y ya creo un hilo por todo lo grande, a lo loco. En realidad todo tiene una explicación, cuidao.
Hace ya un buen tiempo que os leo desde las sombras, pero me daba una pereza enorme registrarme (que ya ves tú la complicación que lleva, pero perraca se nace). La cantidad de temas que abordáis es acojonante; me encanta que haya tanta variedad. Por mi cabeza ya rondaba la idea de crear un hilo de apoyo para todas aquellas personas que durante su vida hayan tenido o sigan (como es mi caso) batallando contra un trastorno alimenticio. Anorexia, bulimia, atracones, vigorexia... Formar un grupo de apoyo entre cotis, vaya.
Con eso no digo que esto sirva como sustituto completo de un grupo de terapia especializado en trastornos mentales; yo voy a uno, en el que otros jóvenes también participan, y me está ayudando muchísimo. Mi intención aquí es dejar una huella positiva (contando dificultades y cómo han podido solucionarse o al menos minimizarse), ya que no he visto o no he sabido buscar bien otros foros donde se hable de esto.
Un breve resumen de mi historia: desde que empecé la uni, me propuse retomar el ejercicio, pero nada exagerado. De lunes a viernes comía sano, pero al volver a casa de mis padres los fines de semana... la cosa se iba de madre. Podía zamparme un paquete de galletas maría entero en cuestión de minutos, en el sofá mientras miraba la tele. Lo mismo con patatas, frutos secos... Lo que fuera.
Decidí ponerle fin cuando, además de recibir algún comentario en casa tipo "deja de comer, que mira cómo te estás poniendo", yo también me estaba fijando cada vez más y más en las cartucheras que me estaban saliendo. ¿Qué acabó de rematarlo? Lo idealizadas que tenía a ciertas chicas fitness que seguía en Instagram. coxx, si ellas parecían felices con ese abdomen marcado, quizá yo también dejaré de tener un autoestima bajo, ¿no?
En enero del año pasado, como propósito de año nuevo, empecé una rutina de ejercicios en casa bastante intensa. Cada puñetero día hacía, más me valía saltarme un día. Con respecto a la comida, sí es verdad que ya hacía tiempo que miraba cada vez más las etiquetas (ingredientes limpios o reales, número de calorías...), pero ya llegó a un punto obsesivo. Llegó a tal punto todo ese machaque, que llegué a adelgazar 12 kg en 6 meses, llegando a los 47. Lo peor es que mido 1,72cm, pero aún así yo no veía el problema. Por fin había conseguido unos abdominales marcados. ¿Qué bien, eh? Pero... ¿tan bien es guay no tener la regla desde hace más de 1 año? Ahí la cosa cambia, y mucho.
Ahora mismo estoy en un punto en el que he pasado de un extremo al otro: de restringir a comerme hasta las piedras. No tengo control; puede que haya acabado de comer hace 20 minutos, esté saciada, pero aún así mi mente no. Hay una vocecilla ansiosa que me llama a comer galletas y demás guarrerías porque sí. Y me frustro muchísimo.
Estoy trabajando en ello, dejándome ayudar por manos especialistas, pero aún así nunca está de más aprender de personas que estén pasando por algo similar y quieran compartir su vivencia con ello. O cómo vencieron a todo eso, claro.
Venga, que se puedeeeeee.