- Registrado
- 20 Ene 2014
- Mensajes
- 1.278
- Calificaciones
- 13.339
Con respecto al arrepentimiento, me gustaría compartir con vosotros una anécdota personal. Hace kantidubi de eones, una chica me gustaba. Yo creía que también le gustaba a ella, y no sólo lo creía yo, sino que todo la baska daba por sentado que éramos novios o que pronto lo seríamos o algo así, ya que en la disco ambos nos tirábamos juntos todo el rato, e incluso a veces nos abríamos los dos solos por el pueblo, sin la pandilla, a pegarnos unos garbeos o unos lingotazos . El caso es que yo passaba de declararme, esperaba que lo hiciera ella, o que surgiera una relación de noviazgo entre nosotros de manera natural sin necesidad de declaraciones ni horteradas. Pero la peña me presionaba: ¿"tú eres gilipollas o qué te ocurre"? ¿Cuándo vas a enrrollarte con ella de una vez, pringao"? ¿"Dónde vas a encontrar otro bombón como ése"? Aunque jovencito, me daba cuenta de que si no tomaba la decisión de pasar al ataque, podría arrepentirme de ello pa' los restos. En fin, que un día le demandé noviazgo y la respuesta no consistió simplemente en un no, sino que me preguntó a ver si estaba mal del tarro, puesto que me consideraba su mejor amigo y que salir conmigo ella lo consideraría como salir con un hermano o una sensación semejante.
Han transcurrido tres décadas y pico desde entonces y me arrepiento enormemente de haberme declarado. Si no me hubiera decidido hace treinta años a declararme, no me cabe duda de que a día de hoy me arrepentiría de no haberme declarado porque me hallaría convencido que había perdido la oportunidad de mi vida de jovencito. Las apariencias engañan.
Por supuesto que la apariencias engañan, pero es que en la vida todo es arriesgar, y creo que al final es cierto que uno se arrepiente más de lo que hizo que de lo que no hizo. Ahora mismo estás seguro de que la chica no quería una relación amorosa contigo, es decir, tienes una certeza... pero si no te hubieras arriesgado no tendrías ni eso.
Saludos!