- Registrado
- 28 Ene 2018
- Mensajes
- 13.543
- Calificaciones
- 83.471
Pues eso primas, que hasta comenzar con mi actual pareja no puedo decir que haya tenido relaciones o parejas especialmente marcantes, pero hubo una persona que para siempre será como una espinita que tengo clavada.
En uno de los veranos entre curso y curso de la universidad trabajé en un supermercado donde éramos muchos estudiantes haciendo la temporada estival. ahí conocí a un chico con el que estuve liada como mes y medio y por el que perdí la cabeza. Este chico, al que llamaremos Rubén, tenía un encanto especial que no sabría cómo definir: era super culto sin ser pedante (estudiaba Filosofía), educado, encantador, buen compañero, tenía un sentido del humor muy sarcástico que era imposible no reírte de sus comentarios...
Estuvimos unas semanas viéndonos y liándonos, luego dejamos de vernos por un tiempo, aunque seguíamos hablando, hasta que un día me dijo que estaba empezando a sentir algo por otra persona y que quería ser honesto conmigo y no tenerme engañada, que me apreciaba mucho, que yo le parecía una tía de p*ta madre, y que le encantaría que quedásemos como amigos.
Fue un palo gordísimo y lo pasé mal, hasta tal punto que tuve que dejar de seguirle en Facebook a él y a los amigos que teníamos en común porque cada vez que subían una foto en la que le etiquetaban a él o a su nueva pareja, se me estropeaba el día y me sentía mal. Igualmente hablábamos de vez en cuando, nos felicitábamos los cumpleaños, etc.
Tardé tiempo en superar aquello, porque en el caso de Rubén no podía consolarme diciéndome que él no valía para nada y que no me merecía, yo sabía que él era una buena persona, que era un tío 10, que había perdido una oportunidad única y estaba convencida de que nunca volvería a conocer a alguien como él. Siempre me ha costado muchísimo menos superar rupturas con tíos que me han tratado mal.
Pues bueno, ya hace como unos 10 años de eso, aún nos tenemos agregados en Facebook (volví a seguirle cuando superé lo nuestro) y acabo de ver que ha sido padre por primera vez. Y no sé explicar muy bien cómo pero, aunque ya hace tiempo que le tengo superado, sentí una sensación rara en el estómago. No rabia ni tristeza, puede que a lo mejor melancolía o nostalgia, no sabría decir muy bien el qué. Me alegro mucho por él, por supuesto, pero solo viendo esa foto y notando mi propia reacción me di cuenta de cuánto me llegó a marcar este chico.
¿Os ha pasado algo parecido a vosotras/os?
En uno de los veranos entre curso y curso de la universidad trabajé en un supermercado donde éramos muchos estudiantes haciendo la temporada estival. ahí conocí a un chico con el que estuve liada como mes y medio y por el que perdí la cabeza. Este chico, al que llamaremos Rubén, tenía un encanto especial que no sabría cómo definir: era super culto sin ser pedante (estudiaba Filosofía), educado, encantador, buen compañero, tenía un sentido del humor muy sarcástico que era imposible no reírte de sus comentarios...
Estuvimos unas semanas viéndonos y liándonos, luego dejamos de vernos por un tiempo, aunque seguíamos hablando, hasta que un día me dijo que estaba empezando a sentir algo por otra persona y que quería ser honesto conmigo y no tenerme engañada, que me apreciaba mucho, que yo le parecía una tía de p*ta madre, y que le encantaría que quedásemos como amigos.
Fue un palo gordísimo y lo pasé mal, hasta tal punto que tuve que dejar de seguirle en Facebook a él y a los amigos que teníamos en común porque cada vez que subían una foto en la que le etiquetaban a él o a su nueva pareja, se me estropeaba el día y me sentía mal. Igualmente hablábamos de vez en cuando, nos felicitábamos los cumpleaños, etc.
Tardé tiempo en superar aquello, porque en el caso de Rubén no podía consolarme diciéndome que él no valía para nada y que no me merecía, yo sabía que él era una buena persona, que era un tío 10, que había perdido una oportunidad única y estaba convencida de que nunca volvería a conocer a alguien como él. Siempre me ha costado muchísimo menos superar rupturas con tíos que me han tratado mal.
Pues bueno, ya hace como unos 10 años de eso, aún nos tenemos agregados en Facebook (volví a seguirle cuando superé lo nuestro) y acabo de ver que ha sido padre por primera vez. Y no sé explicar muy bien cómo pero, aunque ya hace tiempo que le tengo superado, sentí una sensación rara en el estómago. No rabia ni tristeza, puede que a lo mejor melancolía o nostalgia, no sabría decir muy bien el qué. Me alegro mucho por él, por supuesto, pero solo viendo esa foto y notando mi propia reacción me di cuenta de cuánto me llegó a marcar este chico.
¿Os ha pasado algo parecido a vosotras/os?