Ya están aquí: Sí, es Navidad, os guste o no.

La Navidad me parece maravillosa, será por los recuerdos tan mágicos que tengo de mi infancia y estas fechas.

Lo que no me gusta es como han degenerado, ... tanto consumismo, apenas se escuchan villancicos, ha perdido esa "magia" especial que tenía, aunque en mi caso, sigo manteniendo las costumbres y creando un ambiente acogedor, lleno de recuerdos, olores, decoración etc... para que todas las personas que quiero y aprecio se encuentren felices en estas fechas.
 
A mi la navidad me encanta, estar con mi familia es una maravilla , ya tengo unos años y soy muy consciente de q seguir disfrutando de padre y madre es un lujo! Mi familia politica es muy simpática y como nos vemos poco lo paso muy bien, las cenas q me daban pereza me las he quitado todas y estar con mi marido es un lujo! No me quejo de nada, ojalá duraran así para siempre....
 
Pitufas gruñonas navideñas (es broma eh)!!!
Leyéndoos acabo de darme cuenta de que la navidad me gusta:
Me gusta ver las tiendas decoradas.
Me gusta pasear por el centro pero por la mañana que hay menos barullo de gente.
El otro día fuimos a ver el Belen de la plaza de Pilar y rediez, cómo estaba la plaza ¡abarrotáaa! Pero vamos los tres siempre con mi hermana y mi sobrino, nos comemos un chocolate con churros y nos damos un paseito.
Tengo una hija pequeña y le hace ilusión poner las bolitas del árbol, con su padre y a mí me gusta ver cómo las ponen. (Recogerlas ya no me gusta tanto).
Y para acabar el año, antesdeayer se murió un tío mío, pero bueno, era mayor ya.
Lo que no me gusta es hacer el paripe con familiares lejanos y gente que no aguanto, con mi familia política no se ha sacado el tema, pero tal como está el patio, estamos a día 13 y éste todavía no ha mentado lo de sacar los billetes de tren, así que, no iremos a ver a su familia.
Mi cuñado gilipollas hace años que no pasa ni a comer ni a cenar (qué pena).
2018 ha sido Annus horribilis, y estoy esperando ansiosa a que termine, a ver si el 19 es solamente un poquito mejor...
De todos modos os deseo feliz navidad o.... que por lo menos no discutáis con nadie.
 
Asco de Navidad... los mejores no están y hay que "cumplir" con gente de mi "familia" que no la considero como tal cuando preferiría estar sola o con mis familiares más cercanos en casa con una copichuela, refritos de las galas antiguas de Navidad de La Primera y comiendo turrón. Amistades, vienen a cuenta gotas así que reunir al grupo entero para hacer una cena o comida es misión imposible, como mucho un café o cerveza con la que tenga un hueco que venga y ya está.
Veo el alumbrado, que cada vez es más pomposo y me deprimo. Hasta los anuncios navideños me parecen cada vez más cursis, consumistas yendo de profundos y ridículos como "La de mi padre es un Elfo" o el del Lidl, puaag. Ver a la gente vestida por el centro de punta en blanco, rodeada de gente y de risas no hace más que recordarme que cualquier tiempo pasado fue mejor, que cada vez somos menos y que nada va a cambiar, en todo caso empeorar. Porque me da pena de mis padres que están muy solos, pero ganas me dan de desaparecer a un sitio que no me recuerde que es Navidad y no volver hasta que se acaben.
 
Hago lo bueno que es poner la casa que parezca un bar de señoritas-que-fuman, toda llena de luces (que se quedan hasta el verano de lo que me gustan) y de paso el nacimiento, que tb me chifla aunque no creo en nada, pero lo he heredado y me encanta porque es precioso y me trae muy buenos recuerdos de la infancia, así que todos los años lo saco y muevo unos pasitos a los reyes magos cada dia (ante la mirada del sr marujo que dice que ya estoy un poco crecidita para eso, pero a escondidas él tb da algún pasito a los reyes :D ).
De regalos, comilonas y fastos familiares paso ampliamente. De los festejos de amigos, estoy como loca de alegria porque por fin he conseguido no salir en Nochevieja. Por mi trabajo todo son fiestas y compromisos durante todo el año, así que me voy con mi marujo a la montaña a una casita con chimenea y adiós muy buenas. Comeremos las uvas en pijama.. no me lo creo todavia: sin pintar, sin arreglar, ¡SIN TACONES!!! ¡ SIN BORRACHINES PESADOS!!! VIVA!!
 
Pueden llegar a ser unos tiempos de bajón. A ver, el pasado no vuelve, y tenerlo idealizando no ayuda nada. El tiempo es que el es y las cosas las que son. Los amigos se van casando, desaparecen, etc...hay que buscar alternativas a los planes que antes se hacían con amigos.

Miradme a mi, que ya paso de todo, y me conformo con unas navidades sin reunirme con nadie de amigos me refiero, con tal de tener paz. La Nochebuena será familiar, la Nochevieja la cena la haré en familia con las uvas pero después me las piro sola a mi casa, es lo único que quiero. Honestamente este año estoy en un plan que no echo de menos nada o sí a familiares que fallecieron y no están, pero el tiempo y la vida siguen, deprimirme no me va a ayudar nada. He tenido Navidades realmente malas, aguantando gente gilipollas e insufrible, con no verlos más me conformo, solo quiero paz y nada más. Este año a menos que salga algo espontáneo y con gente escogida selectivamente, yo personalmente, no tengo ningún plan excepto conmigo misma. Seguiré disfrutando de mis paseos por el centro, viendo luces, decorados y belenes, iré a la misa del Gallo si puedo porque la experiencia cuando lo hice me gustó, iré a la cabalgata (me encanta) y me comeré las uvas.

Y conmigo misma. Los que se fueron y pasan de todo y ya no se acuerdan de una ahí se quedan, allá ellos, yo no fuerzo a nadie a regresar, ¿te fuiste porque algo te interesaba más que yo?, aquí no vengas más. No me voy a poner a patalear.

Sólo pido a Dios tener unas fiestas tranquilas, nada más. Salud para mi y mi familia, siempre tener trabajo y paz.
 
15 cosas que antes hacíamos los españoles en Navidad y hoy nos parecerían impensables
¿Hemos cambiado mucho los ciudadanos de este país? Incluso en las fechas más tradicionales se nota. Vamos a comparar


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En Navidad siempre hemos comido como si envidiáramos la barriga de Papá Noel. En la la imagen, la familia Alcántara ('Cuéntame') se prepara para la cena de Nochebuena.



MIGUEL ÁNGEL BARGUEÑO
14 DIC 2018



Si hay una tradición que los españoles respetamos esa es la Navidad. La cena con los compañeros de trabajo, llevar a Cortylandia al crío, la discusión con la familia en Nochebuena, el matasuegras en Nochevieja... Pero hasta en esta época (y menos mal) este país ha evolucionado. Lo vamos a demostrar aquí, relatando un puñado de cosas que hacíamos hace años y ahora nos parecen poco probables...

1. Antes solo celebrábamos Reyes, no Papá Noel

No, Papá Noel no es un invento de la Coca-Cola. Esta solo le cambió el color del traje. En realidad, el orondo repartidor de regalos es un personaje anclado en la más ancestral cultura europea, de origen profano, del que el cristianismo se apropió identificándolo con San Nicolás, icono religioso medieval. Aun así, en España siempre fuimos más de los Reyes Magos. Según la socióloga Myriam Fernández Nevado, del Colegio Nacional de Politólogos y Sociólogos (COLPOLSOC), la incorporación de Papá Noel se debe, por un lado, a que “el ADN del español es festivo” y, por tanto, la idea de añadir una celebración más siempre nos parece genial. Por otro, responde a un carácter práctico. “Facilita a los niños, y las familias lo han visto así, un mayor tiempo para jugar con los regalos. Además, no siempre los familiares pueden juntarse en Reyes, por lo que la Nochebuena, el día central de la Navidad, es un buen momento para compartir obsequios”, añade.



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Ahí está una imagen del pasado: ese verdugo que tapa la cabeza del niño, ese abrigo de paño, la carta a los Reyes, Melchor con la peluca mal puesta...



2. Antes se felicitaba enviando por correo un 'christmas' y ahora se envía un meme navideño por WhatsApp
La Nochevieja de 2016 se enviaron 63.000 millones de mensajes vía WhatsApp, el servicio de mensajería instantánea líder en el mundo. Fue el día que más mensajes se enviaron a través de esta aplicación desde que nació en 2009. Sin embargo, hace veinte años era impensable no felicitar el año nuevo a amigos y familiares mediante una llamada telefónica. Costumbre que provocaba que las líneas telefónicas se colapsaran tras la duodécima campanada. Previa felicitación telefónica, la Navidad no daba el pistoletazo de salida hasta que uno recibía en casa su primer christmas. Para que los millennials lo entiendan: una postal con motivos navideños donde se escribían a mano felicitaciones personalizadas y se enviaban por correo postal. Pasar las primeras tardes de diciembre escribiendo christmas mientras sonaban villancicos en el reproductor de música era una de las actividades más navideñas que podían practicarse.

3. Antes toda la casa veía junta ‘La gran familia’

A veces más que por banderas o costumbres, los ciudadanos de un país se sienten unidos por hechos culturales. Cualquier español adulto que escuche las palabras “Chencho” y “plaza Mayor” evocará inmediatamente la dramática escena de La gran familia (Fernando Palacios, 1962) en la que a José Isbert, que acude con algunos de sus nietos a comprar parafernalia navideña al mercadillo madrileño, se le pierde el más pequeño, Chencho. No solo es una de las secuencias más recordadas del cine español, sino uno de nuestros emblemas de la Navidad. Un escalofrío recorría a la familia reunida frente al televisor, empatizando con el abuelo y sufriendo por un niño que podía ser el suyo. Hoy, preferimos pegar los ojos a las series de moda en Netflix, no vaya a ser que nuestros colegas las vean y nosotros no. En el último trimestre, el número de abonados a la televisión de pago creció un 10,4%, con 137.000 altas netas, superando los 6,7 millones, según CNMCData.


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Alberto Closas, Pepe Isbert... y Chencho, el niño de la casa. Antes, la televisión ponía en Navidad 'La gran familia', que se estrenó un 20 de diciembre de 1962. Ahora se ha cambiado por alguna serie estadounidense de Netflix.


4. Antes lo primero al llegar a la fiesta de Nochevieja era comentar el especial de Martes y 13; ahora solo se habla del vestido de Cristina Pedroche


Hubo un tiempo en que muchos esperábamos el Fin de Año por las campanadas, el cotillón y el especial de Josema Yuste y Millán Salcedo. Desde su primera intervención navideña, en 1988, hasta la última, en 1997 —entre medias solo faltaron en 1993—, generaron auténticos fans en públicos de todas las edades. Algunos de sus sketches aún se recuerdan con una sonrisa: "Encarna y la empanadilla de Móstoles", “Pocholo y Borja Mari”, “Paca Carmona”, “Café tacita”, “Digamelón”… Y cuando nos reuníamos con los colegas en el sarao posterior, nos faltaba tiempo para recordar las gracietas, imitando lo mejor que podíamos los acentos y los gestos de estos dos humoristas. Aunque el humor sigue teniendo su espacio en la televisión navideña, la gran mayoría de las conversaciones se centran hoy en el ya célebre vestido de la presentadora Cristina Pedroche.

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En la imagen, el popular 'sketch' de Martes y Trece en el que imitaron a Isabel Pantoja y Encarna Sánchez (propiciando el enfado de ambas) en 'El 92 cava con todo', especial de Fin de Año emitido por RTVE en la Nochevieja de 1991.


5. Antes los Reyes traían la muñeca Nancy a las niñas y el Geyperman a los niños


"Me ha costado mucho que mi padre entienda que este año su nieto no quiere ni un coche ni un barco como regalo de Reyes. Mi hijo de tres años ha pedido una cocinita con todos sus complementos: sartenes, cazos, cubiertos... Dice que quiere aprender a cocinar. Sin embargo, cuando el niño se lo contó a su abuelo este no daba crédito. Mi padre tiene 77 años y él no concibe que un niño quiera jugar con una cocinita o una muñeca", afirma Roberto (periodista, 40 años). Los anuncios de muñecos como Nancy o Geyperman han contribuido durante años a este adoctrinamiento. En la televisión aparecían a finales de los años setenta niñas jugando con Nancy, a la que vestían y dormían, mientras los niños jugaban con su Geyperman, que se batía en duelo con otros Geyperman, montaba en moto e iba de misión secreta. Estas actitudes van cambiado poco a poco: famosos como la cantante Adele, que ha disfrazado a su hijo de princesaen más de una ocasión, han ayudado a acabar con unos estereotipos que ya huelen a naftalina.



6. Antes después de cenar bebíamos Calisay, Espléndido Garvey y Lumumba

“Hoy en día eso no lo pide nadie. A la gente no le puedes hablar de esas bebidas porque no sabe lo que son”, dice Toni Cortés, barman valenciano campeón del mundo 2018 en la categoría de decoración y mánager del bar El Candil, en Benicarló (Castellón). “Venimos de un concepto clásico de lo que era tomar un licor o un combinado, pero a raíz del boom del gintonic nos hemos abierto a nuevas experiencias líquidas. La gente conoce que hay diferentes tipos de ginebras, rones y vodkas. Igual que hemos puesto en valor la gastronomía, en la coctelería está empezando a suceder lo mismo".

Grupo Disber, empresa líder en el sector. “En nuestro auge, antes de la crisis, vendíamos 1.600.000 lotes. Cuando llegó la crisis, dejó casi de hacerse”. Poco a poco parece recuperarse: “Actualmente estamos en torno a las 800.000 cestas, aunque la facturación apenas ha caído debido a que algunas contienen productos de mayor calidad. El presupuesto que destinamos a las cestas ha aumentado un 10% en los últimos cinco años”, añade.

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La crisis de 2008 acabó con las cestas de Navidad regaladas por la empresa. Ahora vuelve poco a poco esta sabrosa tradición.


8. Antes el pecho de Sabrina provocaba un debate nacional


El 31 de diciembre de 1987, a la cantante italiana Sabrina, mientras interpretaba una canción en la gala de Fin de Año de Televisión Española, se le salió un pecho. En las horas (incluso días) siguientes, en España no se habló de otra cosa, desde diferentes ópticas: hubo quien celebró el momento, quien afeó que hubiese sucedido con niños frente al televisor, quien criticó la cosificación de la artista… Es posible que hoy esas imágenes hubieran pasado sin pena ni gloria. La moda del s*x* explícito en series de televisión como Juego de tronos y la exhibición de partes íntimas hasta en pelis familiares (como Capitán fantastic), por más que no complazcan a todos, dejan el incidente de Sabrina a la altura del betún.


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Ocurrió el 31 de diciembre de 1987. No se habló de otra cosa ese día y las semanas posteriores. La protagonista: la cantante italiana Sabrina.


9. Antes pedíamos para Reyes libros, discos y pelis en DVD

Hoy les pedimos dispositivos para escuchar, leer y ver. El consumo de música digital ya es el doble que el de DVD, discos y otros soportes similares en España. En cuanto al cine y el vídeo, las ventas de copias en este tipo de soportes continúan cayendo (un 9.3% en 2016), según el Observatorio Nacional de las Comunicaciones. El panorama es distinto en cuanto al libro digital: según el Ministerio de Cultura y Deporte, este formato representa solo el 5% de la facturación total del sector, porcentaje que podría ser muy superior “si se incluyera la facturación por libros autopublicados”. Aun así, parece que las paredes de las casas del futuro estarán libres de estanterías, lo cual es genial porque así podremos cubrirlas de… de… ¿de qué?

10. Antes las estrellas del pop grababan villancicos que pasaban a la historia

Muchos la tienen tomada con Mariah Carey, pero ahí va un dato: All I Want for Christmas is You, su villancico de 1994, llegó por primera vez al top 10 de ventas en Estados Unidos… ¡en 2017! ¿Es que en los últimos tiempos la nieve, los abetos, los regalos y la chimenea ya no inspiran a los que escriben canciones? Esa es una canción navideña como dios manda, hecha para perdurar, lo mismo que Last Christmas, de Wham!, de 1984. Y no será porque no se lancen. Este 2018, de Jessie J a Katy Perry, pasando por John Legend, han grabado villancicos; incluso Eric Clapton ha publicado un disco entero dedicado a la Navidad. Veremos cuántos de estos seguimos cantando en 2030.


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De cuando las estrellas del pop cantaban villancicos y triunfaban, como Mariah Carey.


11. Antes, si salíamos de viaje, era al pueblo


Hace años, esperábamos con ansia estas fechas para retornar a nuestros orígenes y reencontrarnos con padres y abuelos. Hoy lo que prima es la escapada de placer a Londres, París o Nueva York. “Desde finales de los noventa, en los años de bonanza económica, el español medio se lanzó más a viajar, tanto en los puentes como en Navidad. Se sigue respetando la Nochebuena como celebración familiar, pero tendemos a aprovechar los días entre Fin de Año y Reyes para hacer una escapada de cuatro o cinco días, que empezó siendo a Lanzarote y ahora alcanza destinos internacionales. A veces, las familias, cuando los niños ya tienen 11 o 12 años y los juguetes no son tan importantes, se lo toman como un autorregalo de Reyes”, aclara Myriam Fernández Nevado.

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Antes en Navidad se viajaba al pueblo, a ver a la familia. Ahora también, sobre todo en Nochebuena. Pero en Nochevieja y Fin de Año los que han ahorrado se marchan a Londres, a Nueva York... A lo loco. Getty


12. Antes comíamos sin remordimientos, sin pensar en la salud


En Navidad siempre hemos comido como si envidiáramos la barriga de Papá Noel. Pero mientras en el pasado una buena cena era, ante todo, una en la que las viandas nos salieran por las orejas, hoy prima más la calidad que la cantidad y manejamos otras opciones. Nos preocupa el bienestar y tenemos una cultura gastronómica más amplia, que no se limita a lo tradicional. “Las comidas son diferentes porque innovamos un poco más, tenemos más en cuenta la salud, abrimos más el abanico, somos más tolerantes frente a un esquema rígido de lo que había que hacer en navidades”, dice Juana María González, directora técnica de Alimmenta, clínica de dietistas en Barcelona. Pero añade: "Aunque sigue siendo una época de indulgencia, con muchas ocasiones de comer fuera y excesos”.

13. Antes no sabíamos lo que era un "amigo invisible"

Hace 20 años, eso del “amigo invisible” a muchos les sonaba a chino. Hoy es un recurso habitual en muchas familias y grupos de amigos. “Es una idea absolutamente práctica, que equilibra las economías familiares. En un momento como el actual, en que no solo se regalan juguetes sino también costosos dispositivos electrónicos, los gastos se disparan”, dice la socióloga Myriam Fernández Nevado. De este modo se evita la obligación de que todos regalen a todos, y al mismo tiempo se “asegura que nadie se quede sin regalo”.

14. Antes no podíamos comprar regalos en rebajas

En el pasado, era imposible encontrar chollos antes del 7 de enero. Hoy incluso en noviembre —en el Black Friday— desenfundamos la tarjeta de crédito pensando en los regalos de Navidad y, de hecho, durante el mes de diciembre no pocas tiendas anuncian precios especiales. “Antes las rebajas eran solamente dos: en febrero y en agosto. Desde que se liberó el periodo de rebajas en 2012, el concepto ha cambiado totalmente. Se busca que el consumidor tenga un gasto continuo durante todo el año”, dice la socióloga, que añade que, aunque seguramente con una buena planificación podamos gastar menos en estas fechas, es posible que en el cómputo global de la temporada el desembolso sea mayor, sobre todo en ropa.

15. Antes en las cenas de empresa se bebía sin medida

Ahora nos cortamos más: somos conscientes de que incluso con un consumo mínimo de alcohol estamos poniendo en riesgo nuestra vida y las de otros. Puede que ese cambio de mentalidad empezara en 1998, cuando el límite de la tasa de alcoholemia se redujo de 0,8 gramos por litro en sangre a 0,5 gramos. Nos aplicamos aún más con la implantación del carné por puntos, en julio de 2006. Por último, la casi total certeza de que al regreso de la cena van a estar esperándonos unas luces azules nos ha hecho claudicar. Para las navidades de 2017, la DGT invirtió 6,7 millones de euros en comprar 156 nuevas furgonetas de control de alcohol y drogas, y 7,7 millones en la compra de 746 etilómetros, 500 lectores de drogas y 23.400 kits multidroga. Según la memoria anual del Instituto Nacional de Toxicología, el 43% de los 589 conductores fallecidos en 2016 tenían presencia en sangre de alcohol, drogas o psicofármacos.


https://elpais.com/elpais/2018/12/10/icon/1544437442_484139.html

 
Mi navidad este año sera austera por diversas situaciones economicas, sin embargo ha resultado ser muy bonita porque es la primera vez que mi hija la esta disfrutando a plenitud, ayudo a armar el arbol a su gusto y aunque quedo peculiar, es el reflejo del gusto de mi marido, mi hija y yo. Me da risa que cuando me vienen a visitar me dicen ¿ Por que hay un paw patrol en el arbolito??, y yo aja a la niña le gusto, queriamos incluirla en todo y se lo ha gozado. Y al haber austeridad tambien hay prioridad, asi que antes hasta mejor, se le da lo que realmente le gusta y necesita (en concreto solo tendra 3 obsequios y es lo mejor). El año pasado fue maravilloso porque todas mis hermanas pudieron estar en casa (viven fuera de mi ciudad) y este año no van a poder estar por trabajo, asi que mi mama anda un poco tristona pero ya los nietos se encargaran de quitar la tristeza.
Es una epoca que siempre me ha gustado y ahora de mama me encanta.
 
En mi familia nunca ha habido ni hay Papa Noel, ni amigo invisible, nos importa cuatro pitos "el valor nuticional" de las comilonas (y casi ninguno engorda nada, yo misma y mira que me engorda hasta el aire), ni hacemos esas escapadas al extranjero, nos desplazamos al pueblo de parte de mi familia en Nochebuena y en las comidas y cenas de Navidad la gente bebe como cosacos, sólo que antes se arriesgaban y pillaban el coche y ahora van en taxis. ¿Soy rara?
 
Cena de Navidad de empresa superada, no iba desde hacía 3 años porque me coincidía con mis vacaciones o por el cumpleaños de un familiar muy cercano. Este año no ha habido "escapatoria" y para poder sobrellevarlo he colaborado en un tema concreto que había que organizar, vamos, como si fuera trabajo. Nos llevamos todos muy bien, había muy buen ambiente, pero...no me molan nada estos saraos medio impuestos. Está mal visto que los responsables de departamento no vayan.
 
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