Esta semana me enteré del su***dio de un amigo al que hacía mucho tiempo que no veía. Me ha dejado impactada, tanto, que no tenía tiempo para pensar en otra cosa. Estoy devastada, no hago más que recordarle y también rememorar, una y otra vez, todo lo que viví con él. Nos comunicábamos mucho por carta y, no sé porqué entonces, las guardé pero no sé si podré recuperarlas porque están en disquete.
No dejo de pensar en todo lo que habrá sufrido para llegar a ese extremo y siento muchísima necesidad de hablar con su mejor amigo. No quiero que me cuente detalles, ni cómo lo hizo, me horroriza pensar en todas las formas que puede haber y prefiero no saberlo, pero sí que me diga cómo es posible que alguien tan vital, tan extrovertido, tan entusiasta haya podido tomar una decisión así.
No dejo de pensar en todo lo que habrá sufrido para llegar a ese extremo y siento muchísima necesidad de hablar con su mejor amigo. No quiero que me cuente detalles, ni cómo lo hizo, me horroriza pensar en todas las formas que puede haber y prefiero no saberlo, pero sí que me diga cómo es posible que alguien tan vital, tan extrovertido, tan entusiasta haya podido tomar una decisión así.